Día del amor y la amistad
En vísperas de un san Valentín un tanto insólito, debido a que a la conmemoración de un día especial dedicado al amor se junta la celebración de las elecciones catalanas, quiero hacer un homenaje a este sentimiento que tal vez este año pase desapercibido para muchos. Precisamente este 14 de febrero, en que la pandemia representa un hecho importante en nuestra vida, es el momento más propicio para hablar del amor y enaltecer este afecto que ahora hemos restringido físicamente ante tantos protocolos y actuaciones que, aunque necesarios, nos alejan del verdadero sentido de esta palabra. Llevo días planteándome si a los políticos realmente les importa la situación por la que han de pasar algunas personas. No creo que se haya de priorizar salvar unas elecciones antes que salvar o proteger a los ciudadanos. Con mis palabras reivindico, puesto que éste no es el momento más propicio para unas elecciones, el centrar nuestro interés en impregnar este día con un deseo de aprecio hacia los demás, expresándolo de forma sincera y noble, incluyendo también la amistad, ya que el nombre de San Valentín equivale a día de los enamorados o día del amor y la amistad.
Seguro que muchas personas, presas en esta especie de caos en el que van a tener lugar las elecciones al Parlament de Cataluña, van a ignorar o van a cerrar los ojos ante la realidad de esta conmemoración y seguirán sin levantar la vista de ese pozo oscuro que ni siquiera nos asegura buenos augurios ni la posibilidad de remodelar ese paisaje incierto en el que el territorio catalán se mueve.
Me gustaría que esta frase llegara a las mayorías, votantes o no, pero sobre todo de los que aman la vida. «Ama un solo día y el mundo habrá cambiado» (Robert Browning).