Malestar por las nuevas zonas de aparcamiento
Carlos Gelado Jaime Zaragoza
Permítame a través de su periódico manifestar mi malestar por las nuevas zonas de aparcamiento de pago que de la noche a la mañana ha instalado el ayuntamiento en la calle Miraflores y adyacentes del barrio de San José.
De entrada, tener que pagar por aparcar en la calle me parece una estafa. Puedo entender que en algunas zonas de la ciudad como es el centro se hayan implantado para facilitar el movimiento de vehículos. Que en un barrio obrero en el que no existe una concentración de comercios ni de centros comerciales la aplicación de esta medida solo puede responder a un mero afán recaudatorio.
El señor alcalde, de esa derecha que siempre esgrime como mantra la facilidad con la que la izquierda sube los impuestos, resulta que nos cuela uno más. Se habrá inspirado en el señor Lambán que se inventó el del ICA como por arte de magia. Como si no pagásemos bastante con el IBI, el impuesto de circulación, el agua, la recogida de basuras y demás tasas municipales, ahora tendremos que pagar simplemente por dejar el coche en la calle.
¿Qué es lo siguiente? ¿Pagar por sentarnos en los bancos de nuestras degradadas plazas? Me parece indignante. Para los que no tenemos la opción de disponer de una plaza de garaje el tema del aparcamiento se ha convertido en un verdadero suplicio.
Este es un asunto que desde hace años al ayuntamiento no le ha preocupado en absoluto sino más bien todo lo contrario: nuevos badenes, más zonas de carga y descarga, plazas para motos como si viviéramos en Jerez de la Frontera, contenedores de todo tipo, plataformas para terrazas de hostelería, calles en las que se han pintado líneas discontinuas eliminando plazas de aparcamiento, plazas para VMP, creación de nuevas isletas donde antes se podía estacionar, etc, etc. Una dejadez y una falta de imaginación mayúsculas. Muchos vecinos de San José aún recordamos el cartel que durante 8 años estuvo colocado en la plaza Reina Sofía anunciando la futura construcción de un parking subterráneo municipal. Nos toman el pelo. A pagar y a callar. Es por nuestro bien.