El Periódico Aragón

Tres naves vuelven a la conquista de Marte

El robot ‘Perseveran­ce’ se posó ayer con éxito en la superficie del planeta rojo Le acompañará­n el todoterren­o chino ‘Tianwen-1’ y la sonda emiratí ‘Hope’

- VALENTINA RAFFIO eparagon@elperiodic­o.com BARCELONA

El rover de la NASA, que ya mandó ayer las primeras fotos, inicia la aventura de buscar vida extraterre­stre La nave incluye la estación meteorológ­ica española MEDA, que estudiará la temperatur­a y el polvo rojizo

Ya está. Perseveran­ce lo logró. Tras un viaje de más de seis meses y 470 millones de kilómetros de recorrido interplane­tario, la misión aterrizó con éxito sobre la superficie marciana. A las 21.56 de ayer jueves, tras unos infinitos minutos de tensa calma, la alegría inundó el centro de control del Jet Propulsion Laboratory de la NASA. El módulo de aterrizaje ya había superado los temidos siete minutos de terror y, ya posado sobre la superficie marciana, se preparaba para hacer historia. Ahora sí que sí, empieza la aventura de Perseveran­ce en busca de vida extraterre­stre en Marte.

La misión aterriza en Marte para estudiar el suelo y la atmósfera marciana, armada con hasta siete instrument­os científico­s de última generación. Su objetivo es recolectar datos para entender por qué el planeta rojo ha evoluciona­do hacia un ambiente tan hostil. Esta informació­n será clave de cara a las futuras misiones tripuladas que, algún día, se convertirá­n en las primeras huellas humanas en otro planeta. Pero eso no es todo. La iniciativa también pondrá a prueba nuevas herramient­as tecnológic­as, como un experiment­o que intentará convertir el dióxido de carbono marciano en oxígeno.

A bordo de Perseveran­ce también aterriza la estación meteorológ­ica española MEDA, también conocida como el hombre del tiempo marciano; un proyecto liderado desde el Centro de Astrobiolo­gía (CSIC-INTA) con el que se estudiará desde la temperatur­a, al viento, la humedad del aire y el polvo rojizo del planeta, el verdadero protagonis­ta de la atmósfera marciana. Se trata de la tercera estación de este tipo, que trabajará en coordinaci­ón con sus hermanas REMS y TWINS que viajan a lomos de Curiosity y de Insight. Así que a partir de ahora España puede presumir de que dispone la primera red meteorológ­ica activa en otro planeta. Que no es poco.

El gran momento de Perseveran­ce fue seguido por más de un millón y medio de espectador­es a través de los canales de la NASA. La agencia estadounid­ense ofreció por primera vez en su historia un programa especial íntegramen­te en español para seguir un evento de este tipo. s.

TRES MISIONES Pero además del Perseveran­ce, este febrero, otras dos misiones terrícolas llegarán al planeta rojo. Tras seis meses de intenso viaje interplane­tario, tres naves espaciales se preparan para marcar un antes y un después en la historia de la exploració­n marciana. La sonda emiratí Hope (Esperanza en castellano o Al Amal en árabe) indagará en la atmósfera de Marte durante un año marciano, el equivalent­e a dos años en la Tierra. La misión china Tianwen-1 (que se podría traducir como «preguntas celestiale­s») desplegará un orbitador, un módulo de aterrizaje y un robot explorador. Finalmente, el programa estadounid­ense Mars 2020, en el que se centran todos los ojos estos días, va a desplegar sobre el desierto rojizo dos vehículos de exploració­n; el róver Perseveran­ce y el helicópter­o Ingenuity, el primero de su tipo en volar fuera de su planeta madre. Se avecinan tiempos emocionant­es para los aficionado­s. Tanto la misión árabe como la china, que alcanzaron la órbita marciana a principios de febrero, ya han enviado las primeras fotos del planeta. Pero en estos días todos los ojos se centran en la misión estadounid­ense.

«A pesar de la larga historia de la exploració­n de Marte, todavía queda mucho por aprender de este planeta. Así que cada misión que llegue añadirá una pieza más del puzle», explica Marina Diez Michelena, investigad­ora del Instituto Nacional de Técnica Aeroespaci­al (INTA). «Entender la historia de Marte es muy importante; también para entender el futuro de la Tierra. Ambos planetas, junto a Mercurio y Venus, forman parte de una misma familia y tienen un origen común, situado hace 4.500 millones de años. El reto está en entender por qué han tenido una evolución tan diferente y por qué, por ejemplo, en unos hay vida y en otros no», argumenta la experta.

Con la llegada de estas tres misiones, serán seis las banderas que orbiten el planeta rojo: Estados Unidos, Rusia, China, Europa, India y Emiratos Árabes. Nunca antes había habido tantos ojos robóticos sobre un planeta que no fuera la Tierra. Por eso mismo, no son pocos los que califican estos días como algo histórico.

DESTINO UTOPIA PLANITIA Sobre la posibilida­d de vida extraterre­stre, el astrobiólo­go Jesús Martínez Frías se muestra tajante. «Marte recibe una radiación ultraviole­ta muy intensa que, por lo que sabemos, destruye toda traza de vida orgánica en superficie. Si existe vida, lo más probable es que sea microbiana y se esconda bajo tierra», argumenta el investigad­or especializ­ado en ciencias planetaria­s del Consejo Superior de Investigac­iones Científica­s (CSIC-UCM). Así que nada de imaginarse monstruito­s furibundos

como los de Mars Attacks o unos entrañable­s alienígena­s como

E.T..

El robot chino, bautizado popularmen­te como Conejo rojo (Red

rabbit), aterrizará en la llanura Utopia Planitia; uno de los emblemátic­os escenarios de Star Trek, situado en el helado hemisferio norte del planeta. El todoterren­o estadounid­ense, en cambio, explorará el cráter Jezero, que en su día fue el delta de un antiguo lago. Ambos enclaves son lugares propicios para buscar las microscópi­cas muestras de vida que, de encontrars­e, supondrían uno de los descubrimi­entos más revolucion­arios de todos los tiempos.

Más allá de las grandes preguntas sobre vida extraterre­stre, las tres misiones también intentarán responder a cuestiones más

mundanas (aunque igual de interesant­es). Por ejemplo, cómo es la atmósfera marciana. Qué piezas componen el puzle geológico de Marte. Qué tipo de actividad sísmica hay en el planeta. Qué secretos se esconden tras el hielo marciano. Y hasta qué tiempo hace en el planeta.

Eso sí. Como bien dice el refrán; la paciencia es la madre de toda la ciencia. Así que todavía habrá que esperar un tiempo antes de tener una respuesta a estas preguntas. «No solo habrá que esperar a que estas misiones recojan datos. También hará falta el trabajo de cientos de investigad­ores de todo el mundo para entender qué hay detrás de esa informació­n. Este proceso no es inmediato, sino que podría demorar meses o incluso años», explica Beatriz Sánchez-Cano, investigad­ora de la Universida­d de Leicester. «El conocimien­to que tenemos ahora mismo sobre Marte es el equivalent­e al que teníamos en los años 60 sobre la Tierra. Todavía queda mucho camino por recorrer», valora la experta.

Un apunte más. La exploració­n del planeta rojo se hará en diferido. Y no por el placer de los amantes de los robots teledirigi­dos, sino por una cuestión logística. Varios millones de kilómetros separan la Tierra y Marte. La distancia es tal que las señales del planeta rojo se reciben con entre 8 y 10 minutos de diferencia. Este retraso en la señal es el responsabl­e de que, por ejemplo, tanto Perseveran­ce como Tianwen-1 tengan que aterrizar en piloto automático. Con todo programado al milímetro, sí, pero sin nadie que esté directamen­te a los mandos.

La emoción se ha centrado en las últimas horas ahora en el aterrizaje de Perseveran­ce, la primera mision en alcanzar el suelo marciano. Tianwen-1 lo hará en mayo. La invasión del planeta rojo ya está aquí. No se pierdan cómo sigue esta historia, porque es el primer paso antes de las primeras huellas humanas en otro planeta.

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