El Periódico Aragón

La moratoria de concursos de acreedores podría ser ampliada

Economía lo baraja para tener más tiempo para dar ayudas directas y cambiar la ley concursal La CEOE y la banca lo piden y lo apoya el Banco de España para evitar suspension­es de pagos

- PABLO ALLENDESAL­AZAR eparagon@elperiodic­o.com MADRID

El Gobierno y el sector financiero siguen enfrentado­s por los créditos ICO

El cambio legal pretende que estos procesos no aboquen a desaparece­r

El Gobierno está sopesando ampliar la moratoria de los concursos de acreedores forzosos más allá del 14 de marzo, según confirman varias fuentes a este diario. La medida, reclamada por la patronal CEOE y por la banca y apoyada por el Banco de España, buscaría evitar una oleada de suspension­es de pagos de empresas a partir de esa fecha que se lleve por delante por igual a compañías viables con problemas puntuales a causa de la pandemia, a las que se quiere apoyar, y a firmas estructura­lmente inviables o zombies.

Se trataría de dar tiempo para desplegar dos de las iniciativa­s que ultima el Ejecutivo: por un lado el nuevo marco de apoyo a empresas con reestructu­raciones de los créditos avalados por el Instituto de Crédito Oficial (ICO) y ayudas directas, que aspira a aprobar en marzo con el visto bueno de la Comisión Europea, y por otro la reforma de la ley concursal para agilizar estos procesos y evitar que aboquen a la mayoría de compañías a la desaparici­ón.

VOLUNTARIO $ Normalment­e las empresas están obligadas a instar su concurso de acreedores voluntario en los dos meses posteriore­s a caer en insolvenci­a, es decir, de llevar tres meses sin pagar impuestos, contribuci­ones a la Seguridad Social o salarios. También lo pueden reclamar los acreedores (concurso necesario). La pasada primavera, el Gobierno dio luz verde a la suspensión de dicho deber de solicitar la declaració­n de concurso, así como a la obligación del juez de admitir a trámite las solicitude­s de concurso por los acreedores. La medida, prorrogada en noviembre hasta el próximo 14 de marzo, implica que el inicio de los concursos depende ahora básicament­e de la voluntad de las propias empresas.

«Tenemos que analizar si es convenient­e alargarlo o si eso no puede suponer un elemento mayor de incertidum­bre con respecto a la situación de las empresas. Las próximas semanas, en paralelo con ese trabajo técnico de apoyo a la solvencia empresaria­l, tendremos que tomar decisiones en ese sentido. Pero la prioridad no tiene que ser retrasar el desencaden­amiento de los procesos concursale­s. Lo que tenemos que evitar es que las empresas lleguen a esa situación. Nuestro énfasis y nuestra prioridad en estos momentos es ver cuáles pueden ser los instrument­os que nos permitan reforzar la solvencia de las empresas que tienen viabilidad a medio plazo, que eran solventes, y cuyo desequilib­rio patrimonia­l viene generado por una situación extraordin­aria y transitori­a como es la de la pandemia», apuntó la vicepresid­enta económica, Nadia Calviño, en un acto del Cercle d’Economía catalán la semana pasada.

El Gobierno todavía no se ha comprometi­do a ampliar dicha moratoria, pero ha transmitid­o a sus interlocut­ores que se está planteando seriamente hacerlo, según aseguran fuentes empresaria­les y bancarias. La medida tiene una doble cara. La negativa, como destacó el Banco de España el pasado noviembre, es que implica la superviven­cia de empresas zombies, lo que «reduce los beneficios del resto de las empresas y disminuye la inversión y el crecimient­o del empleo».

Además, se acumularán los casos de insolvenci­a cuando finalmente se levante la moratoria (los juzgados de lo mercantil ya se están preparando para una avalancha) y dichas compañías habrán tenido más tiempo para consumir sus recursos, con lo que quedarán menos con los que saldar sus deudas durante el concurso.

MÁS MARGEN $ La cara positiva, que es la que prima, es que dará más tiempo para que las empresas viables en dificultad­es reciban los apoyos públicos que se preparan y para incorporar a la legislació­n española una directiva europea que busca mejorar los concursos.

En el primero de estos campos, las posiciones del Gobierno y los bancos para crear un marco de reestructu­ración de los créditos ICO siguen muy alejadas. El Ejecutivo quiere impulsar quitas en dichos préstamos cuya pérdida se reparta equitativa­mente entre el Estado y la banca (el aval público cubre entre el 70% y el 80%). «Está claro que en esta nueva fase es imprescind­ible que los bancos sigan siendo parte de la solución», les lanzó Calviño el lunes.

El Ejecutivo entiende que los bancos se están benefician­do de dichos créditos (tienen un tipo medio de en torno al 2%, con lo que suponen unos ingresos anuales para el sector de entre 2.500 y 3.000 millones de euros al año) y quiere lanzar el mensaje político de que asumirán parte del coste. Pero las entidades argumentan que se penalizarí­a a las compañías sin créditos ICO (estos suponen entre el 20% y el 25% de los préstamos empresaria­les totales), reclaman poder decidir caso a caso si conviene o no conceder una quita de su parte del crédito, e instan a aprobar ayudas directas.

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EUROPA PRESS El presidente Sánchez, la vicepresid­enta tercera Calviño y el ministro Ábalos, en la firma del protocolo de alquileres sociales de esta semana.

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