Un ganadero denuncia un nuevo ataque del lobo cerca de Tardienta
Dos ovejas fueron halladas muertas con mordiscos
El lobo monegrino ha vuelto a atacar un rebaño en la localidad de Tardienta. Al menos así lo denunció ayer un ganadero tras descubrir que el depredador habría matado a dos ejemplares de uno de sus rebaños. Las ovejas, una de las cuales estaba preñada, se encontraban apacentando en una zona de la sierra conocida como Santa Quiteria. El secretario provincial de UAGA en Huesca, Joaquín Solanilla, señaló que los pastores llevaban varios meses sin acudir a esos parajes por el riesgo de que sucediera algo así a pesar de que el cánido llevaba un año sin dar señales de vida.
Según explicó, en la mañana de ayer, cuando acudió a revisar el rebaño, que estaba en un cercado, el ganadero afectado, Agustín Martínez, descubrió los dos cadáveres. Los buitres aún no los habían descubierto, por lo que serán los técnicos los que determinen si realmente han muerto por un ataque de lobo monegrino. Según fuentes de la Diputación Provincial de Huesca de la investigación de los restos se han hecho cargo un guardia forestal autonómico y una bióloga del centro de recuperación de La Alfranca. Un informe oficial deberá determinar si las muertes son por la acción de un lobo o por las mordeduras de perros salvajes. Se da la coincidencia de que este coincide con el controvertido debate sobre la protección de la especie.
Según Solanilla en estos momentos podría haber dos lobos en la provincia de Huesca, uno en la zona de Monegros y otro en la zona de La Ribagorza, un animal que, a su entender, «está perjudicando a la biovidersidad en la zona de Tardienta». En este sentido, explicó que se estaba aprovechando «muy bien» esa sierra para el pastoreo, pero ahora «la gente ya no quiere subir, más cuando se oye que pasan estas cosas» ya que todos velan por la protección de los animales. Este abandono de amplias zonas del monte implica una mayor acumulación de arbustos que también multiplica el riesgo de incendios.
MALESTAR EN EL EJECUTIVO El debate en torno al lobo sigue coleando en Aragón después de que el director general de Medio Natural y Gestión Forestal, Diego Bayona, de Podemos, votara en contra de la caza del lobo en un consejo consultivo nacional y, días después, fuera rectificado por la parte socialista del Gobierno de Aragón a pesar de que es tremendamente improbables que se modifique la norma estatal, pues la protección a esta especie (que ya no era cinegética) deriva de una petición europea.
Al trascender el voto contra la caza de Bayona, se sucedieron las críticas desde el entorno ganadero y desde el PSOE de Huesca. Hasta ahora, ni por la parte socialista del Gobierno ni por Podemos se ha aclarado por qué se llegó a participar en un consejo consultivo nacional sin haber fijado una posición de consenso de forma previa.
El presidente del PP altoaragonés, Gerardo Oliván, se sumó a estos reproches y explicó que su formación tiene previsto mantener abierto, «tanto tiempo como sea necesario», el frente contra la postura del Gobierno aragonés respecto a la presencia del lobo. A su juicio, «el ejecutivo autonómico sigue eludiendo el problema y se permite, incluso, agraviar al sector ganadero sumándose a la prohibición de la caza».
CONVIVENCIA Estas declaraciones son un buen ejemplo de cómo la incorporación del lobo al Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (LESPRE), acordada en la Comisión Estatal para el Patrimonio Natural y la Biodiversidad del pasado día 4, ha desatado una guerra política y territorial de incierto desenlace.
El lobo estuvo a punto de desaparecer a finales de los años 70. Diversos planes de repoblación lo libraron de la extinción de la Península Ibérica, donde es endémico, y desde entonces su presencia se ha mantenido más o menos estable. Los dos grandes censos llevados a cabo, uno en 1988 y otro en 2014, revelaron la presencia de 300 manadas que sumarían un total de 2.000 animales repartidos, principalmente, por los montes del cuadrante noroccidental de España y Portugal.
El lobo ha desaparecido de Sierra Morena, y los que a veces se ven en el Pirineo provienen de Francia, no de Castilla, territorio lobero con el que no hay comunicación posible para los cánidos desde Aragón. En la Sierra de Madrid ha vuelto a detectarse su presencia a mediados de la década pasada después de que sus aullidos estuvieran silenciados durante más de 70 años.
Si finalmente se confirma que el animal que ha provocado las muertes en Tardienta es un lobo sería necesario explicar cuál ha sido la zona en la que se ha refugiado en el último año.