El Gobierno perfila la rebaja de la sedición y aparca los indultos
Sopesa llevar al Congreso la reforma penal global, que facilitaría su aprobación, o hacerlo por partes La Moncloa apuesta por mantener los puentes con ERC, pero ralentiza la gracia a los presos del 1-O
La semana que empieza, en la que se conmemora el 40º aniversario del golpe de Estado del 23-F, será fundamental para el Gobierno de coalición. Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, que han renunciado a las reuniones de coordinación donde participaban sus equipos, tienen previsto reunirse en solitario para reconducir los continuos y crecientes roces en el seno del Gobierno. El PSOE y Podemos coinciden en que la tensión debe bajar. Al mismo tiempo, los socialistas buscarán acordar por fin con el PP la renovación de instituciones como el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), el Tribunal Constitucional, RTVE y el Defensor del Pueblo, un pacto global que ahora parece más cercano y puede agravar las disputas con los morados. Y mientras las fuerzas independentistas negocian en Cataluña el futuro Govern, la Moncloa perfila qué pasos dar ante la crisis territorial. La idea, explican fuentes del
Ejecutivo, es abordar primero la rebaja del delito de sedición, junto a una nueva convocatoria de la mesa de diálogo, y después los indultos a los condenados por el 1-O.
ATRAER A ERC $ La reforma de la sedición, de la que se beneficiarían los presos independentistas, resulta problemática para el Gobierno. «Necesitamos los votos de ERC para que salga adelante», señalan en la Moncloa. Y los republicanos, hasta ahora, se han mostrado críticos con esta iniciativa. Una manera de atraer al partido de Oriol Junqueras sería llevar al Congreso no solo esta modificación, sino también, y a la vez, otras ya anunciadas del Código Penal, que afectan a los delitos medioambientales y a los de expresión, ahora bajo el foco tras la condena al rapero Pablo Hasél. Pero la decisión no está tomada.
«No tiene por qué ir todo en el mismo texto. Lo lógico sería que la tramitación fuese independiente, pero tenemos que decidirlo. Todavía estamos viendo el contenido, el alcance y las fechas de la reforma», explican en el Ejecutivo. La idea, en cualquier caso, es que la rebaja de la sedición llegue a la Cámara baja en los próximos meses.
Más tarde se abordarán los indultos, probablemente parciales. Tras el durísimo informe de la Fiscalía en contra de conceder la gracia, faltan los escritos del Tribunal Supremo, que salvo sorpresa serán también negativos, y la Abogacía del Estado. Este último, al provenir de un cuerpo que depende directamente del Ministerio de Justicia, ayudará a dar pistas sobre lo que piensa hacer el Ejecutivo. En Podemos dan por hecho que habrá indultos. Los socialistas no son tan claros, pero llevan tiempo preparando el terreno para aprobar la medida. «Es muy importante superar tiempos aciagos que nos sonrojan a todos. Cuando hablamos de Cataluña, nadie está libre de culpa. Todos hemos cometido errores. Tenemos que aprender de ellos y mirar hacia delante», dijo Sánchez a finales de diciembre.
Según algunas fuentes del Gobierno, la intención del presidente es abordar los indultos en junio, ya con la reforma de la sedición aprobada. Pero todo está sujeto al Govern que se forme, con bastante probabilidad a través de un pacto de ERC, JxCat y la CUP.
VÍNCULOS ESTRECHOS $ Las relaciones entre el PSOE y los republicanos, más allá de los ataques durante la campaña catalana, siguen siendo estrechas. Tanto Sánchez como Carmen Calvo, la vicepresidenta primera, hablan con Pere Aragonès, favorito para ser elegido president. La mesa que reúne a tres dirigentes socialistas y tres de ERC, que fue la encargada de negociar la investidura de Sánchez y la mesa de diálogo entre el Ejecutivo y la Generalitat, ha seguido reuniéndose. Y después hay otro organismo, mucho más discreto y técnico, que también agrupa al Ejecutivo y los republicanos, para abordar el día a día. ERC quiere que los indultos se aprueben cuanto antes. La pasada Navidad, intentaron convencer, sin éxito, para que se concediera la gracia antes de los comicios catalanes. De la sedición ni hablan.