Un pastor pierde tres dedos al manipular una granada
El herido, vecino de Sarrión, encontró el artefacto en un pasto para sus ovejas El explosivo data de la guerra civil y ahora la Benemérita investiga lo ocurrido
Un joven pastor de ovejas de Sarrión, en la comarca turolense de Gúdar-Javalambre, perdió tres dedos tras hallar un artefacto de la guerra civil y manipularlo al no saber qué era. La Guardia Civil investiga este caso y aconseja a la ciudadanía no manipular estos objetos para evitar lesiones e incluso fatales desenlaces. El alertante nunca se enfrenta a una sanción.
El accidente tuvo lugar mientras estaba realizando su trabajo como pastor cuando se encontró una granada de mano que por su aspecto no parecía un artefacto explosivo, según el instituto armado, y, tras manipularla, se produjo la detonación y la amputación de tres dedos de la mano.
La provincia de Teruel fue escenario de intensos y numerosos enfrentamientos durante la guerra civil española, lo que explica la abundancia de restos bélicos que aparecen, sobre todo, cuando se efectúan trabajos tanto en montes públicos como labores agrícolas. El instituto armado aconseja «no tocar, no mover, ni alterar en modo alguno el objeto; desconfiar del aspecto externo que pudieran presentar (oxidado, deteriorado…), pues, se debe tener muy en cuenta que a pesar del tiempo transcurrido muchos de estos artefactos conservan todo su potencial explosivo»,
También desaconsejan desde la Benemérita el transporte hasta un lugar apartado para abandonarlo allí. Ya que, además del peligro inherente que conlleva, se genera una situación descontrolada, volviéndose más peligroso dado que puede sufrir acciones que le hagan explosionar. Es por ello que recomiendan señalar el lugar, abandonarlo y llamar a la sala del 062 para que proceda a la desactivación.
Teruel es la provincia en la que han aparecido más bombas de la guerra civil en los últimos 34 años. Acumula en este plazo la desactivación de 3.693 explosivos, un 10% del total eliminado por la Guardia Civil en el conjunto de España, 35.149. A continuación, aparecen Asturias, con 2.283 artefactos, Madrid, Tarragona y Castellón.
Entre los polvorines más grandes localizados destacan las 534 granadas de mortero que aparecieron en 2017 sumergidas en los Ojos del Jiloca, en Monreal del Campo. Los explosivos fueron localizados casualmente por los buzos de la Guardia Civil cuando buscaban a un vecino que sigue en paradero desconocido.
Pero en la desactivación de este tipo de artefactos no solo actúa la Guardia Civil, sino también el Cuerpo Nacional de Policía. El pasado año los especialistas en ello, los Tedax, inactivaron e intervinieron 28 explosivos. Los dispositivos más comunes son granadas de mano y proyectiles de diversos calibres, que debido a las condiciones climatológicas del terreno tienen un buen estado de conservación en la mayoría de los casos.