La princesa Leonor deposita un ‘Quijote’ en la Caja de las letras
La hija mayor de los Reyes realiza su primer acto oficial en solitario
Algo nerviosa, aunque sonriente tras la mascarilla, la princesa Leonor protagonizó ayer a sus 15 años su primer acto oficial en solitario en la sede del Instituto Cervantes de Madrid, un estreno en el que ha dejado como legado para la historia un ejemplar de la Constitución y otro del Quijote en la denominada Caja de las letras que es por donde empezó su visita. La hija mayor de los Reyes accedió al edificio acompañada por la vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo; el director del Instituto Cervantes, Luis García Montero; y la secretaria de Estado de Cooperación Internacional, Ángeles Moreno Bau. Además del jefe de la Casa del Rey, Jaime Alfonsín, a Leonor le acompañó la única mujer ayudante de campo con la que cuenta Felipe VI.
Una vez dentro, la heredera al trono, de 15 años, y las autoridades se dirigieron hacia la Caja de las letras, el lugar más simbólico del edificio, donde se guardan los legados de los premios Cervantes y de otras figuras de la cultura en español. Leonor de Borbón guardó para la historia en uno de los cajetines, el número 2021, el ejemplar de la Constitución que leyó el 31 de octubre de 2018, en sus primeras palabras en público, también en la sede del Cervantes. A continuación, colocó en su interior el libro del Quijote con el que participó en la lectura de la obra de Miguel de Cervantes el pasado 23 de abril junto a la infanta Sofía a través de un vídeo grabado en el Palacio de la Zarzuela debido a la pandemia.
El cajetín reservado para la princesa está situado entre el de el médico Severo Ochoa y el escritor Miguel Delibes, quien ha sido el
El cajetín reservado para la heredera está situado entre el de Severo Ochoa y el de Miguel Delibes
último de quien se ha guardado un manuscrito, de manera póstuma, el pasado día 12.
Aunque no estaba previsto que hablara en el acto, Leonor de Borbón tomó el micrófono para formular «un comentario y una pregunta» a la secretaria general del Instituto Cervantes, Carmen Noguero, tras su explicación sobre los planes de digitalización que tiene en marcha la institución. «Gracias a todos los trabajadores del Instituto Cervantes por estos 30 años»,comenzó la princesa de Asturias
en referencia al aniversario que este año conmemora el organismo.
A continuación, como estudiante de cuarto de la ESO, ha dado su enhorabuena por «lo muy útil» que le resulta para sus estudios a ella y a sus compañeros la herramienta virtual del Cervantes. Leonor de Borbón completósu intervención interesándose por los trabajadores de la institución que no pudieron regresar a España debido a la pandemia. «Qué tal están, si ha mejorado su situación y si han podido venir. Nada más, muchas gracias», concluyó la princesa desde su asiento.
La visita, que se prolongó durante 45 minutos, se completó en el vestíbulo de la sede con la exposición de algunos libros escritos en catalán, gallego y euskera. Entre ellos, obras relevantes de autores como Ramón Llull, Ausiás March, Martí i Pol, Martín Codaz, Manuel Rivas o Bernardo Atxaga. También estaba el libro Poemas galegos, de Rosalía de Castro, que la princesa cogió con sus manos mientras recibía la explicación de García Montero.
Como agradecimiento, le regalaron tres libros, Joana, del recientemente fallecido Joan Margarit; Quisiera tener, un poemario en distintas lenguas; y Antología poética, obra traducida al catalán del propio director del Instituto Cervantes. En el interior de la cámara acorazada, García Montero agradeció a la princesa que su estreno en solitario haya sido en la entidad cultural, lo que ha interpretado como «un compromiso con la cultura».
Varias decenas de personas se congregaron en el exterior de la sede del Instituto Cervantes de Madrid bajo el lema «El futuro es Leonor» para dar ánimos a la princesa. «¡Viva el rey y viva la princesa!», corearon las personas convocadas por la asociación Concordia Real Española.
objeto de diferentes planes de fomento por parte del gobierno autonómico y estatal. Este guiso tan especial incluye también esturión, un pescado del que se obtiene el caviar y que en Aragón se cría en varios puntos. Esta receta reúne lo mejor de la montaña y los ríos.
CRIADO EN ARAGÓN
Él mismo informaba el pasado 12 de marzo en un artículo que tenía un carcinoma. «Solo la palabra da susto», empezaba aquella columna. Ese cáncer terminó ayer con la vida del escritor y periodista Jorge Martínez Reverte en Madrid, la ciudad donde nació hace 72 años.
Fue autor de novelas políticas, como La matanza de Atocha (junto con su hermana Isabel), de ensayos históricos sobre la Guerra Civil y de una serie negra, iniciada en 1979 con Demasiado para Gálvez, protagonizada por un periodista metido a investigador y que se veía envuelto en algunos problemas del tardofranquismo y la transición, Julio Gálvez.
Entre sus ensayos destacan La batalla de Madrid, La batalla del Ebro, La furia y el silencio, El arte de matar o De Madrid al Ebro. Por La caída de Cataluña recibió el Premio Terenci Moix y, en 2018, publicaba Una infancia feliz en una España feroz. Para abril, Galaxia Gutenberg había anunciado la publicación del ensayo El vuelo de los buitres, sobre el desastre de Annual. Como reportero ganó en 2009 el Ortega y Gasset por el reportaje Una muerte digna, donde explicaba cómo había ayudado a morir a su madre, con un cáncer terminal.