JxCat pide que no se repita la votación sin cerrar un acuerdo
Illa reprocha al líder de ERC que busque «repetir un fracaso»
Todo el rencor acumulado hacia ERC reapareció ayer en la argumentación de JxCat para rechazar la investidura de un candidato independentista a la Generalitat. Y no solo eso, sino que, de forma insólita, los de Carles Puigdemont reclamaron a Pere Aragonès que no se someta a una segunda votación de investidura el martes, dándole a entender que tampoco en esa votación tendrá el apoyo de Junts. A la formación le enojó el discurso de izquierdas de Aragonès, el preacuerdo con la CUP, que los cupaires apelaran a la responsabilidad de Junts, que Aragonès no rindiera tributo al 1-O, que citara a Marx, tendiera la mano a los comuns o defendiera dialogar con el Estado. Ante todo lo cual el portavoz, Albert Batet, pidió «un poco de respeto».
Por su parte, la CUP repartió advertencias a Esquerra y lecciones a Junts. Sobre todo a estos les exigieron que no se descuelguen de las negociaciones y que no eternicen la investidura de Pere Aragonès. «Nosotros, a quienes se nos acusa de ser lentos por ser asamblearios, esta vez hemos sido los primeros en traer los deberes hechos», lanzó Dolors Sabater.
OPOSICIÓN El que se prepara para ser líder de la oposición, el ganador de las elecciones, Salvador Illa, se estrenó en el Parlament mezclando la crítica al independentismo con la defensa de un proyecto de «alternativa sólida» a 10 años de procés que han dejado «un país agotado», y también con la constatación de que, a pesar de que ERC ha elegido la vía del pacto con JxCat, hay en la Cámara «una mayoría de izquierdas posible». No puede decirse que buscara con su discurso persuadir a Aragonès de dar un giro de última hora, sino evidenciar que el candidato de ERC «ha preferido seguir parapetado en su cómoda trinchera. Es una postura fácil, pero el precio es una Cataluña paralizada. Quiere repetir un fracaso», le reprochó.
La otra integrante de esta hipotética mayoría de izquierdas, Jéssica Albiach, usó gran parte de su intervención en el debate de investidura para regodearse en la «humillación» que JxCat infligía, en su opinión, a ERC.
Desde la derecha, Cs advertía de que no se dejará «avasallar» durante la legislatura pese a su descalabro electoral; el PP lamentó que la llave de la Generalitat siga en manos de los antisistema de la CUP, y confió en resugir de sus cenizas. Y por parte de Vox , Ignacio Garriga –ante cuya intervención gran parte de los diputados de ERC, JxCat, los comuns y todos los de la CUP se fueron– insistió en que harán que los detenidos por el 1-O cumplan sus penas íntegras.