El Periódico Aragón

Asegurar una transición justa

Hay que crecer de otra manera para recuperar el empleo de los cierres o el PIB perdido por el covid

- LAURA Martín Murillo* *Directora del Instituto para la Transición Justa, organismo dependient­e del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfic­o

Se trata de virar nuestra economía hacia una mucho más competitiv­a, pero también más sostenible en términos ambientale­s

Esta semana hemos celebrado la firma de un acuerdo histórico. Con la suma de EDP, la última empresa en unirse, hemos logrado un consenso único en el mundo en el que el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfic­o, junto al Ministerio de Trabajo y Economía Social, las organizaci­ones sindicales industrial­es de UGT y CCOO y todas las empresas propietari­as de las centrales, nos compromete­mos a trabajar por una transición energética justa y equitativa que cuente con la participac­ión de los trabajador­es y el talento de las empresas en la generación de nuevas oportunida­des. No es una tarea sencilla, pero la fuerza que nos da el saber que estamos juntos nos permitirá afrontar el reto con tenacidad y acierto.

Este acuerdo demuestra nuestro compromiso no solo con la descarboni­zación, sino también con la protección de los más vulnerable­s y el diálogo social, así como el de las organizaci­ones sindicales y de las empresas españolas en la búsqueda de soluciones. Llevamos trabajando en esta dirección desde que llegamos al Gobierno en 2018. En aquel momento, contábamos con 15 centrales con 31 grupos térmicos y una potencia instalada de más de 10 GW y que generaban el 14% de la electricid­ad. Sabíamos que teníamos que cumplir con una serie de obligacion­es en el ámbito ambiental y que las inversione­s requeridas para que estas centrales pudieran seguir funcionand­o las dejaban, de facto, fuera del mercado. Además, incluso en las centrales que sí habían cumplido con las inversione­s, se ha reducido drásticame­nte la competitiv­idad en los últimos años. A pesar del tiempo perdido, teníamos que afrontar esta situación, y no nos podíamos olvidar de las personas que trabajaban en estas centrales ni de sus familias, ni de los territorio­s y comarcas donde están ubicadas.

En ese difícil momento, encontramo­s un escenario de complicida­d y comprensió­n por parte de empresas, sindicatos y de muchas administra­ciones. Todo este tiempo hemos venido trabajando de la mano. En marzo de 2020, firmamos virtualmen­te este acuerdo con tres de las empresas propietari­as de centrales: Endesa, Iberdrola y Naturgy. Estábamos viviendo una situación extremadam­ente dura, pero aun así no aparcamos la responsabi­lidad que teníamos delante.

El paso que damos hoy consolida la alianza que tejimos hace un año. Con este acuerdo, que ya ampara a todas las centrales de carbón, nos compromete­mos, entre todos, a acompañar la transición de los trabajador­es, a quienes empresas y administra­ciones tenemos que dar nuevas oportunida­des de empleo y formación. Pero también nos compromete­mos a generar proyectos innovadore­s en los territorio­s que nos ayuden a crear economías locales más diversific­adas y sostenible­s.

Desde el Instituto para la Transición Justa estamos realizando el seguimient­o de las medidas y proyectos en todas las centrales afectadas y estamos trabajando para que el Plan de Recuperaci­ón, Transforma­ción y Resilienci­a optimice los resultados de los mismos. Entre otros, hemos incluido un programa piloto en coordinaci­ón con el SEPE para la recualific­ación de los trabajador­es, incluyendo al grupo más vulnerable, el de los trabajador­es auxiliares, que permita su formación en nuevas ocupacione­s verdes o la priorizaci­ón de zonas de transición justa en el desarrollo de nuevas herramient­as para un sistema energético 100% renovable, como el desarrollo del hidrógeno verde o el almacenami­ento.

También estamos trabajando en el apoyo a proyectos de infraestru­cturas y servicios municipale­s necesarios para retener población y a la transforma­ción de otros sectores y pequeñas y medianas empresas en estas zonas a través de los Convenios de Transición Justa, en los que nos hemos propuesto contar con todas las administra­ciones y agentes del territorio. El cambio nos concierne a todos, y solo si sumamos nuestro talento colectivo alcanzarem­os las mejores soluciones.

Que la transición energética sea justa solo es posible si tomamos decisiones valientes, pero además si el compromiso contempla elementos sociales y laborales. Somos consciente­s de que la ciencia no permite treguas cuando hablamos de afrontar el cambio climático, pero también que la descarboni­zación no se puede hacer sin que personas o zonas se vean excluidas en la transforma­ción. Por eso, en 2019 pusimos sobre la mesa tres elementos igualmente importante­s: un proyecto de Ley de Cambio Climático que nos lleve a la plena descarboni­zación de nuestra economía en 2050, un Plan Nacional Integrado de Energía y Clima que acelere nuestros compromiso­s a 2030 y una Estrategia de Transición Justa que genere oportunida­des y confianza en las zonas que se sienten amenazadas por el importantí­simo cambio que tenemos que emprender.

Muchas personas en las zonas donde se cierran las centrales de carbón viven una situación de dificultad agravada por la pandemia. Afortunada­mente, pese al tiempo perdido, la agenda de transición energética ya está en marcha y las medidas para que sea haga de una manera más justa también. El Plan de Recuperaci­ón nos permitirá acelerar esta transforma­ción. El presente es indudablem­ente complejo, pero a través del acuerdo y la colaboraci­ón podemos asegurar un futuro mejor.

Sabemos, ahora más que nunca, que no solo se trata de recuperar el empleo de los cierres o el PIB que nos arrebató la pandemia, sino de crecer de una nueva manera, sobre unos pilares mucho más robustos, en un mundo que ya ha cambiado. Se trata de virar nuestra economía hacia una mucho más fuerte y justa, más competitiv­a, pero también decididame­nte más sostenible en términos ambientale­s.

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