El peor momento de Bolsonaro
El liderazgo del presidente, en peligro por el desastre sanitario Minimiza el covid, que ha causado casi 400.000 víctimas
El congreso ha recibido más de 60 peticiones de ‘impeachment’
¿ Ha comenzado la cuenta regresiva para Jair Bolsonaro? Algunos analistas creen que el proyecto ultraderechista del presidente brasileño ha cavado su propia fosa al ser arrastrado por el desastre sanitario. Los más de 300.000 muertos por covid y la posibilidad de que en menos de 60 días la cifra de fallecimientos llegue a 400.000 han puesto al presidente contra las cuerdas. Nunca antes Bolsonaro, que lleva un año minimizando e incluso negando el impacto del virus, se ha mostrado tan débil y extraviado desde su asunción triunfal el primer día de 2019. Hasta el vicepresidente Hamilton Mourão tuvo que reconocer que la cantide dad de decesos «ha superado el límite del sentido común».
La velocidad con la que se multiplican los contagios y las muertes es espeluznante. Los estados de Acre, Rondonia y Río Grande do Sul se quedaron sin camas de ucis. Más de la mitad de los otros estados llegaron a una ocupación del 90% de sus plazas. San Pablo, la región más importante del país, ha anunciado la elaboración de una vacuna propia cuyas pruebas comenzarían en breve. Pero sus hospitales ya no dan abasto ante el alud de enfermos. La proliferación del virus en la variante autóctona que provocó estragos en la ciudad amazónica de Manaos amenaza con perforar las fronteras. Carissa Etienne, directora de la Organización Panamericana de la Salud, señaló que la situación es potencialmente peligrosa para los estados venezolanos de Bolívar y Amazonas, la provincia boliviana Pando y Loreto, en Perú.
La semana pasada, Bolsonaro dibujó sobre su rostro la misma imagen de la derrota cuando convocó al Congreso y al Tribunal Supremo Federal –que sus simpatizantes han querido cerrar– para combatir juntos a la pandemia. Su llamamiento al «acuerdo nacional» duró un suspiro. «Ahora quiere convencernos de que él es presidente de la República, y no el irresponsable que todo el mundo sabe», argumentó el diario conservador Estado. «Bolsonaro –añadía– trata a sus gobernadores como tontos, mintiendo descaradamente y esperando que alguien, además de la gente que lo idolatra, crea».
En medio del desastre se escuchan voces a favor de recortar la capacidad de decisión del presidente y convertirlo, al menos en cuestiones sanitarias, en una figura decorativa. «El comité para combatir la epidemia puede dar algunos resultados solo si Bolsonaro renuncia al mando de la salud. Incluso si se retira y guarda silencio, queda por ver si el Congreso y Marcelo Queiroga, el nuevo ministro de Salud, podrán mantenerlo a distancia», consideró Vinicius Torres Freire, columnista del diario paulista Folha.
HORIZONTE POLÍTICO Al mismo tiempo, cobra fuerza la presión a Bolsonaro para que eche del ministerio de Exteriores a Ernesto Araujo, un desembozado seguidor del trumpista Steve Bannon, a quien responsabilizan de haber limitado sensiblemente la capacidad de Brasil para aprovisionarse de vacunas y, además, boicotear los mecanismos de cooperación con la Organización Mundial de la Salud (OMS). La eventual salida de Araujo representaría un serio golpe al bolsonarismo más radical y podría afectar a la base electoral más fiel del capitan retirado de cara a los comicios del 2022.
El horizonte del juicio político volvió a hacerse visible. «Brasil tiene mecanismos institucionales para destituir a un presidente que comete delitos», recordó el experto en Sanidad Daniel Dourado. El presidente de la Cámara de diputados, Arthur Lira, acaba de encender la «luz amarilla» porque «todo tiene un límite». Y añadió: «Los remedios políticos en el Parlamento son conocidos y todos son amargos. Algunos, fatales. Suelen aplicarse cuando la espiral de errores de evaluación se convierte en una escala geométrica incontrolable. Actuaremos a favor de Brasil». Para Míriam Leitão, columnista del diario O Globo, Lira lanzó una advertencia inédita al ultraderechista Bolsonaro.
Según Dora Kramer, de la publicación Revista Veja, el líder parlamentario habló en nombre de congresistas, el poder judicial y hasta el empresariado. Nunca antes una autoridad parlamentaria habló con tanta claridad.
El Congreso ha recibido más de 60 peticiones de impeachment que jamás prosperaron, entre otras razones por el pacto que alcanzó el presidente Bolsonaro con los sectores de centro y la bancada evangelista que dominan la legislatura se desgasta a una pasmosa velocidad. Todo ocurre de modo vertiginoso en Brasil.