Forcejeo diplomático por el partido entre España y Kosovo
El primer enfrentamiento de la historia de la selección española de fútbol contra Kosovo, en medio de la fase de clasificación para el Mundial 2022, ha provocado un amago de conflicto diplomático para el Gobierno, aplacado por concesiones como pisar suelo español y la exhibición de símbolos de un país no reconocido en España, aunque sin conceder ningún tipo de legalidad a su proceso independentista de Serbia.
Después de que la Federación Española usara la terminología «territorio de Kosovo» para anunciar el partido, la furibunda defensa de sus derechos de las autoridades
España certificó su pase a cuartos de final del Europeo sub-21 con una victoria frente a República Checa por 2-0 que tardó en llegar. No fue hasta la entrada de Dani Gómez en el minuto 65 cuando los de Luis de la Fuente respiraron. Su doblete (m. 69 y m. 78) y la solidez defensiva dieron la clasificación tras vivir en el alambre. Italia amenazó la primera plaza de España, que no consiguió marcar en ninguno de sus ocho remates de la primera parte. El cambio de posición de Barrenetxea en la segunda fue clave para desatascar a España, que no marcó hasta el 69 para llevarse el duelo. kosovares, que llegaron a amenazar con no acudir al partido si no se respetaban sus símbolos, ha obligado a la RFEF a asegurar que en el choque se va a respetar la normativa FIFA y UEFA, según confirmó la ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, lo que implica que hoy en La Cartuja ondeará la bandera y sonará el himno de Kosovo. Aún así, en ningún caso se referirá la megafonía, la cartelería o los grafismos televisivos al nombre oficial de República de Kosovo, solo se le llamará territorio de Kosovo, Federación de fútbol de Kosovo o Kosovo a secas.
En medio de su política de máxima expansión por el mundo, la FIFA otorga la posibilidad de concurrir a competiciones internacionales a territorios, desde Gibraltar (que no se puede enfrentar a España por las restricciones de FIFA) o las Islas Feroe hasta las islas neerlandesas del Caribe, por ejemplo, que no tienen ni buscan categoría de país independiente.
El caso de Kosovo es diferente. Tanto la UEFA como la FIFA lo reconocen como miembro de pleno derecho desde 2016, después de su independencia unilateral de Serbia en el 2008 y, para ellos, el reconocimiento del fútbol internacional es un paso más hacia la normalización de su independencia. A problemáticas similares a la kosovar se enfrentan Taiwan o Palestina o Israel, al que no reconocen los países árabes.
En la Unión Europea, además de España, solo Rumanía, Eslovaquia, Chipre y Grecia (en el mismo grupo que España) no reconocen a Kosovo. El Gobierno español es reticente a dar validez legal a cualquier movimiento independentista interno comparable, aunque sea de forma laxa, a los casos de Cataluña o el País Vasco.
El Gobierno acepta su himno y la bandera pero no que se le nombre como República
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