Los expertos piden una relación más sana con la naturaleza
El riesgo de nuevas epidemias procede del uso de la fauna y la degradación ambiental Un organismo internacional para la prevención unificaría la información
Cuando la pandemia amaine, lo peor sería olvidar la lección aprendida. «Es muy probable que vivamos al menos otra pandemia en nuestra vida», alerta Adam Kucharski, epidemiólogo y autor de Las reglas del contagio (Capitán Swing, 2020). «Podría haber una pandemia de gripe en un par de años», aventura.
La mayoría de las enfermedades emergentes tienen origen animal. A mayor contacto entre especies portadoras y humanos, mayor riesgo. «Los mercados de especies vivas o la caza y tráfico ilegales generan mayor contacto. Son animales infecciosos por ser malnutridos y estresados», explica Fernando Valladares, del Museo de Ciencias Naturales del CSIC.
«El ébola saltó de la selva a las ciudades africanas por el consumo de animales salvajes», explica Carlos Das Neves, coautor de un informe sobre pandemias del Panel Intergubernamental sobre la Biodiversidad (IPBES). El coronavirus pudo llegar al mercado de Wuhan en animales procedentes del sur de China, donde hay virus parecidos en murciélagos.
El contacto con especies salvajes es facilitado también por la degradación de los bosques. Por ejemplo, los incendios en Indonesia propiciaron más encuentros casuales con orangutanes. La desforestación estresa a los animales, debilitando su sistema inmune, y reduce sus espacios: a más densidad, más contagios. También redunda en reducción de la biodiversidad, una de las causas más sutiles de la emergencia de infecciones.
El virus del Nilo occidental se transmite entre aves, mosquitos y humanos. En Estados Unidos se ha comprobado que hay más transmisión en los condados con menos diversidad de aves. Eso apoya la hipótesis de la dilución, según la cual la simplificación de un ecosistema facilita la transmisión. «Con mucha biodiversidad, hay muchas especies no susceptibles de contagiarse, entonces la transmisión es menor», explica
Benjamin Roche, también coautor del informe del IPBES. Si un insecto puede picar a muchas especies distintas, no comerá solo de aquella que lleva el patógeno. Si la biodiversidad disminuye, la dilución desaparece y la transmisión aumenta. Esta hipótesis no está exenta de dudas. «Sabemos que en algunos casos funciona, pero no sabemos cuán general es», reconoce Roche. La extinción de una especie portadora también podría acabar con sus virus.
«El intercambio de patógenos siempre ha sucedido, pero estamos cambiando la velocidad», observa Das Neves. «No es lo mismo que un ave silvestre con influencia aviaria se encuentre con una gallina o con 100.000», explica.
Los animales de granja son muy similares genéticamente. Un virus adaptado a ellos tiene muchas oportunidades para aumentar su virulencia. Las granjas de civetas en Asia, por ejemplo, jugaron un papel en el primer SARS. La diversidad genética produce un efecto de amortiguación, algo que es otra razón por la cual la biodiversidad obstaculiza las infecciones.
Actualmente, la responsabilidad de las infecciones emergentes está repartidas entre una plétora de organizaciones (OMS, FAO, OIE, etcétera). El informe del IPBES propone la creación de un Panel Intergubernamental para la Prevención de las Pandemias (IPPP).
La prevención requiere que los estados compartan información sensible, es cara y tiene efectos invisibles, si es efectiva. «Pero es mil veces más barata que atajar una pandemia», observa Valladares. Lo más cercano a eso es un consejo de expertos lanzado por la OMS y otras entidades.
De los 2.809 positivos en las últimas 24 horas, por comunidades País Vasco encabeza el listado, con 405 nuevos casos, seguido de Navarra, con 195; 188 en Castilla y León, 137 en Asturias y 130 ,en Andalucía.
Mientras que de 205 fallecidos en los últimos 7 días con diagnóstico positivo confirmado, 45 eran de Madrid, 31 de Andalucía, 18 de Aragón, 17 de Castilla y León, 15 de Galicia, 14 de Asturias, 14 de Canarias y 10 de Cataluña.
Actualmente, hay 8.416 pacientes ingresados en toda España y 1.892 en uci (1.843 el jueves). En las últimas 24 horas, se produjeron 914 ingresos y 520 altas. La tasa de ocupación de camas ocupadas por coronavirus se sitúa en el 6,80% y en las uci en el 19,15%.
Hasta 1.501 personas han precisado de hospitalización en la última semana, encabezando la lista de comunidades: Andalucía con 273, los 201 de Madrid, 136 de Cataluña, 135 de Castilla y León y 118 de Aragón. Y la mayoría de los 134 ingresos en uci en los últimos siete días han sido en: 20 en Andalucía, 16 en Galicia, 15 en Madrid 13 en Aragón.