El Periódico Aragón

¿‘Cordón’ sanitario a Vox?

-

Una de las novedades de esta legislatur­a es la presencia de Vox en las institucio­nes. Ante esta situación inédita, era esencial que los demás partidos aclarasen cómo iba a ser su relación con la extrema derecha para, a ser posible, no repetir los errores que se han cometido en otros lugares al afrontar el trato con los ultras. En Cataluña, los partidos presentes en la Cámara, excepto el PP y Ciutadans, han pactado un protocolo para aislar a la extrema derecha. El PSC fue el primero que presentó un plan en este sentido, que ya preveía la exclusión de Vox de la Mesa del Parlament, como así sucedió, y de las mesas de las distintas comisiones parlamenta­rias, donde el reparto de puestos no es proporcion­al.

Pese a que la mayoría de los partidos defienden posturas comunes, la unidad no es absoluta, como se ha visto en el debate de investidur­a, en el que unos grupos optaron por abandonar el pleno durante la intervenci­ón del líder de Vox, Ignacio Garriga, mientras otros permanecía­n en la sala o mostraban carteles de protesta. No está clara, pues, la forma de responder a Vox ni la manera de aislar a la extrema derecha. El PP y Cs, por su parte, se oponen a cualquier cordón sanitario. La relación con la extrema derecha siempre ha sido polémica y controvert­ida. Solo hay que ver los bandazos del PP en España para comprobarl­o. Ha ido desde pactos en Andalucía, Madrid o Murcia a la ruptura, al menos simbólica, que

Pablo Casado escenificó en la moción de censura presentada por Vox. Es indudable, sin embargo, que dejarse contaminar por el discurso ultra y pactar con Vox solo beneficia a la extrema derecha y perjudica a los partidos que aceptan los pactos. No solo Vox condiciona entonces las decisiones de la derecha –en inmigració­n o políticas de género, por ejemplo–, sino que crece a costa de los partidos más próximos ideológica­mente. No son nada aconsejabl­es la inhibición ni el silencio, sino la confrontac­ión democrátic­a, la refutación de los discursos tóxicos de los ultras y hacer buenas políticas públicas para resolver los problemas de los ciudadanos y quitar argumentos demagógico­s a Vox.

La implantaci­ón de cordones sanitarios, por el contrario, es discutible y puede resultar contraprod­ucente porque victimiza al partido de Santiago

Abascal. Puede ser peor el remedio que la enfermedad. Una cosa es no pactar con la extrema derecha –ahí están los ejemplos de Alemania y Francia– y otra recluirla en un rincón parlamenta­rio con la posible consecuenc­ia de que se revuelva y traslade la agitación a la calle. Evitar los pactos con los ultras es compatible con la renuncia a aplicar un cordón sanitario.

Una cosa es no pactar con la extrema derecha y otra recluirla en un rincón con la consecuenc­ia de que pueda agitar en la calle

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain