Muro de hierro
Desde la llegada del técnico alicantino, el equipo aragonés es el que menos goles encaja, 10, y ha dejado la puerta a cero en siete jornadas
Al Real Zaragoza le cuesta mucho marcar, pero si rentabiliza tanto sus escasos goles es porque en lo que más ha mejorado JIM al equipo es en su consistencia defensiva. Hasta la jornada 18 el equipo había recibido 20 tantos. Desde entonces, con el alicantino en el banquillo, han sido solo 10 y esa sí es la mejor cifra de la categoría. Solo el Sporting, quinto clasificado, la iguala. Incluso el líder, el Espanyol, ha encajado más (13) en estas quince jornadas. De esta manera, el Real Zaragoza de JIM recibe solo 0,67 puntos por partido, por debajo de su media de goles anotados (0,94).
Esta sin duda es una de las claves del rendimiento del Zaragoza de JIM, por la que ha obtenido 25 de los 45 puntos que se han puesto en juego. Aunque sea con algo de fortuna, como sucedió el último día en Fuenlabrada, lo cierto es que al conjunto aragonés es muy difícil meterle goles. De hecho, casi la mitad de los rivales no lo han hecho, lo que le ha permitido sumar un buen número de puntos. En siete de estos quince partidos ha logrado mantener la portería a cero contra el Lugo, Logroñés, Ponferradina, Tenerife, Mirandés, Cartagena y Fuenlabrada. En estos siete partidos ha sumado 19 de los 21 puntos disponibles. Solo en uno de ellos, contra el Cartagena, no logró la victoria.
Además, solo un rival en estos quince partidos ha logrado hacerle más de un tanto, el Rayo Vallecano al remontarle los dos goles iniciales para ganar 3-2. Y en cuatro de las jornadas en las que ha encajado gol ha conseguido puntuar, empatando contra Cartagena, Sabadell y Logroñés (todos 1-1) y ganando en Málaga (1-2). Solo ha perdido tres encuentros por 1-0, en Albacete, frente al Alcorcón y en Oviedo. Así que seis de los diez goles encajados le han condenado a la derrota, aunque tres de ellos fueron en el mismo partido.
La mejora ha sido especialmente sustancial en casa. La Romareda se había convertido en un coladero en el que, cualquiera que pasaba, se llevaba los tres puntos. Hasta la llegada de JIM, el Zaragoza únicamente había ganado dos de los nueve partidos disputados en casa, acumulando cuatro derrotas. Con el alicantino el conjunto aragonés solo ha cedido una vez en casa, contra el Alcorcón en la jornada 26 (0-1). Ha sido el único partido en el que ha encajado un gol en casa y no lo marcó el rival sino que fue Cristian Álvarez en propia meta, en un error impropio de la trayectoria del meta argentino.
De hecho, el cancerbero alcanzó en Fuenlabrada las once jornadas con la puerta a cero esta tem
porada, igualando así su mejor registro con la camiseta del Zaragoza que había alcanzado en dos temporadas anteriores. Siete de esas once jornadas con la puerta a cero han sido desde la llegada de JIM al banquillo zaragocista. El número 1 se perdió dos partidos por lesión en los que estuvo perfectamente suplido por Ratón. Con el gallego el equipo ganó en Málaga (1-2) y empató en Sabadell (1-1), pero no pudo dejar la puerta a cero.
Tras su regreso Cristian cometió varios errores que se transformaron en gol, pero en las últimas jornadas ha vuelto a elevar su rendimiento. Eso, unido a la seguridad defensiva global del equipo, afeada por algunos errores individuales, han convertido al Zaragoza en una defensa de hierro, la mejor del campeonato en estas quince jornadas con solo 10 goles encajados. El Lugo ha recibido 23, el que más. Incluso los equipos que pelean por estar en Primera tienen peores números, 13 el Espanyol, 14 el Leganés, 16 el Rayo, 17 el Mallorca. El Zaragoza de JIM ha encontrado su equilibrio particular. No marca muchos goles pero les saca el máximo rendimiento porque concede muy poco atrás. Este es el único camino que puede llevarle al éxito.