Seis verdades con datos
La crisis abierta en torno a los efectos secundarios de la vacuna de AstraZeneca debe enfocarse con serenidad e información.
La proliferación de noticias preocupantes sobre los posibles efectos adversos de la vacuna de Oxford AstraZeneca está consiguiendo que bastantes personas se estén negando a vacunarse con esa «marca» maldita. Muchos de los que reciben la primera dosis lo hacen angustiados por si tendrán mala . Lo que sí inquieta es saber si produce en ocasiones trombocitopenia inmunitaria protrombótica, los trombos post-vacunación.
Primera verdad: lo que está pasando. Un riguroso seguimiento de los vacunados en Alemania demuestra que 1 de cada 83.000 astrazénicos desarrolló trombos. Las cifras en los países nórdicos son aún peores. Marco Cavaleri, jefe de Estrategia de Vacunas de la Agencia Europea del Medicamento (EMA), dijo que «existe alguna relación entre casos raros de trombosis y la AstraZeneca, aunque no se hayan establecido las causas»
El Comité de Seguridad de la EMA recordó el miércoles a los profesionales de la salud y a los recién vacunados «que estén al tanto de casos muy raros de coágulos de sangre combinados con niveles bajos de plaquetas en la sangre dentro de las dos semanas posteriores a la vacunación. La mayoría de los casos notificados han ocurrido en mujeres menores de 60 años».
Segunda verdad: no es la que más trombos provoca. Sorprendentemente, el registro sobre posibles efectos adversos de las vacunas del Reino Unido (uno de los países más avanzados del mundo en ciencia y sanidad, y también de los que más han vacunado) recoge muchos más casos de trombos en quienes recibieron la vacuna de Pfizer que de AstraZeneca (las diferencias son estadísticamente significativas) pese a que allí la mayoría de la gente recibió ña de AstraZeneca.
Tercera verdad: No es la que tiene más efectos adversos. La Base de datos Europea sobre posibles efectos adversos de las vacunas que destacó que en España 2.599 personas se quejaron de dolores musculares y malestar general tras recibir AstraZeneca, también recoge que otras 8.610 los sufrieron con Pfizer. ¿Acaso 2.599 es más que 8.610? Y con Moderna fueron 1.148.
Todo este lío es consecuencia de uno de los mayores problemas de la sociedad europea actual: la burocracia excesiva.
Cuarta verdad: es más peligroso probar cualquier comida nueva. En nuestro país 57 personas de cada 100.000 sufren al año un shock anafiláctico muy grave simplemente por comer. Alimentos tan corrientes como el pescado, el marisco, la fruta y los frutos secos están entre los productos que causan buena parte estas anafilaxis. Quienes las padecen acaban en urgencias. Los que no llegan a tiempo a menudo fallecen (y algunos de los que sí, también). Tenemos 48 veces más probabilidad de que estos alimentos nos maten a que lo haga AstraZeneca.
Quinta verdad: los analgésicos son más peligrosos. Tras vacunarse se recomienda tomar paracetamol. Alrededor de 60 españoles de cada 100.000 sufren un shock anafiláctico grave por alergias a medicamentos, en su mayoría a los AINES, como el paracetamol y algunos antibióticos. Cinco veces más que los 1,2 casos por 100.000 que desarrollan trombos tras la vacuna de AstraZeneca.
Sexta verdad: lo que sí mata es no vacunarse. En un año el covid ha causado en España 75.783 muertos, mientras que los vacunados no enferman con síntomas graves, no van a las ucis y no mueren.