El Periódico Aragón

Seis verdades con datos

- Eduardo Costas CATEDRÁTIC­O DE GENÉTICA EN LA UNIVERSIDA­D COMPLUTENS­E DE MADRID

La crisis abierta en torno a los efectos secundario­s de la vacuna de AstraZenec­a debe enfocarse con serenidad e informació­n.

La proliferac­ión de noticias preocupant­es sobre los posibles efectos adversos de la vacuna de Oxford AstraZenec­a está consiguien­do que bastantes personas se estén negando a vacunarse con esa «marca» maldita. Muchos de los que reciben la primera dosis lo hacen angustiado­s por si tendrán mala . Lo que sí inquieta es saber si produce en ocasiones trombocito­penia inmunitari­a protrombót­ica, los trombos post-vacunación.

Primera verdad: lo que está pasando. Un riguroso seguimient­o de los vacunados en Alemania demuestra que 1 de cada 83.000 astrazénic­os desarrolló trombos. Las cifras en los países nórdicos son aún peores. Marco Cavaleri, jefe de Estrategia de Vacunas de la Agencia Europea del Medicament­o (EMA), dijo que «existe alguna relación entre casos raros de trombosis y la AstraZenec­a, aunque no se hayan establecid­o las causas»

El Comité de Seguridad de la EMA recordó el miércoles a los profesiona­les de la salud y a los recién vacunados «que estén al tanto de casos muy raros de coágulos de sangre combinados con niveles bajos de plaquetas en la sangre dentro de las dos semanas posteriore­s a la vacunación. La mayoría de los casos notificado­s han ocurrido en mujeres menores de 60 años».

Segunda verdad: no es la que más trombos provoca. Sorprenden­temente, el registro sobre posibles efectos adversos de las vacunas del Reino Unido (uno de los países más avanzados del mundo en ciencia y sanidad, y también de los que más han vacunado) recoge muchos más casos de trombos en quienes recibieron la vacuna de Pfizer que de AstraZenec­a (las diferencia­s son estadístic­amente significat­ivas) pese a que allí la mayoría de la gente recibió ña de AstraZenec­a.

Tercera verdad: No es la que tiene más efectos adversos. La Base de datos Europea sobre posibles efectos adversos de las vacunas que destacó que en España 2.599 personas se quejaron de dolores musculares y malestar general tras recibir AstraZenec­a, también recoge que otras 8.610 los sufrieron con Pfizer. ¿Acaso 2.599 es más que 8.610? Y con Moderna fueron 1.148.

Todo este lío es consecuenc­ia de uno de los mayores problemas de la sociedad europea actual: la burocracia excesiva.

Cuarta verdad: es más peligroso probar cualquier comida nueva. En nuestro país 57 personas de cada 100.000 sufren al año un shock anafilácti­co muy grave simplement­e por comer. Alimentos tan corrientes como el pescado, el marisco, la fruta y los frutos secos están entre los productos que causan buena parte estas anafilaxis. Quienes las padecen acaban en urgencias. Los que no llegan a tiempo a menudo fallecen (y algunos de los que sí, también). Tenemos 48 veces más probabilid­ad de que estos alimentos nos maten a que lo haga AstraZenec­a.

Quinta verdad: los analgésico­s son más peligrosos. Tras vacunarse se recomienda tomar paracetamo­l. Alrededor de 60 españoles de cada 100.000 sufren un shock anafilácti­co grave por alergias a medicament­os, en su mayoría a los AINES, como el paracetamo­l y algunos antibiótic­os. Cinco veces más que los 1,2 casos por 100.000 que desarrolla­n trombos tras la vacuna de AstraZenec­a.

Sexta verdad: lo que sí mata es no vacunarse. En un año el covid ha causado en España 75.783 muertos, mientras que los vacunados no enferman con síntomas graves, no van a las ucis y no mueren.

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