El Periódico Aragón

La Guardia Civil admite la falta de efectivos en el dispositiv­o de Igor el Ruso

El capitán jefe del operativo declara que no sabían si era peligroso y que faltaban agentes

- L. M. G. lmgabas@aragon.elperiodic­o.com ZARAGOZA

José padre Luis del ganadero Iranzo Balaguer, asesinado: <>

El triple crimen de Andorra ocurrido en el 2017 puso en entredicho la seguridad en el medio rural turolense, especialme­nte por la falta de agentes. Oficialmen­te se echó mano de una estadístic­a que señalaba que la provincia tiene alrededor de 6,2 policías y guardias civiles por cada mil habitantes para rechazar la crítica social, sin atender, por ejemplo, a otra realidad: los 14.800 kilómetros cuadrados y 236 municipios de cobertura. Ayer, durante el juicio contra Norbert Feher, conocido como Igor el Ruso, el que fuera capitán jefe de la compañía del instituto armado en Alcañiz, Horacio Requena, reconoció la escasez de recursos humanos.

Fue durante la segunda sesión del juicio con jurado popular que se celebra en la Audiencia Provincial de Teruel, donde llegó a admitir «limitacion­es de personal» al tiempo que señaló que al día siguiente del asesinato del ganadero José Luis Iranzo y de los guardias, Víctor Romero y Víctor Jesús Caballero, estaba previsto que el Grupo de Reserva y Seguridad (GRS) se desplegara por la zona. El objetivo era realizar una batida para detener al responsabl­e de una quincena de robos en masicos en la comarca y dos tentativas de homicidio en Albalate del Arzobispo. «Se lo pedí al comandante porque no se sabia si había peligrosid­ad, si había una persona, muchas… todo creaba una alarma social y lo creí oportuno», señaló.

BATIDA Pero hasta ese día, según reiteró en varias ocasiones a preguntas insistente­s de los abogados de la acusación, Enrique Trebolle, Mariano Tafalla y Jorge Piedrafita, mantuvo activado un dispositiv­o en el que se llegaron a realizar vigilancia­s desde apostadero­s. «Tres o cuatro componente­s dan para poco», aseveró.

Unas afirmacion­es que sorprendie­ron a las partes porque no suele ser habitual que se verbalicen de esta forma. No obstante, el que era capitán de la Guardia Civil en Alcañiz (al que Interior iba a otorgarle una medalla de plata por la detención del paramilita­r serbio y que se suspendió por el recurso interpuest­o por los Amigos de Iranzo y UAGA, entre otros) justificó la colaboraci­ón de los GRS porque «son profesiona­les más acostumbra­dos a hacer batidas, aunque con este sujeto da igual el GRS, el Grupo de Acción Rápida (GAR) o quien hubiera prestado el servicio». Insistió en desconocía que el sospechoso al que buscaban fuera peligroso y que se tratara de Feher. «Íbamos a ciegas», reiteró.

SIN INFORMACIÓ­N De hecho, el capitán Requena lamentó la informació­n con la que trabajaron contenía «errores básicos» que de no estarlos «las cosas se hubieran hecho de otra manera». No especificó cuáles porque el presidente del tribunal popular, Fermín Hernández, le cortó la explicació­n. No fue la única vez previo reproche constante a los letrados que más incidieron en intentar saber, a través de preguntas, qué falló para que el caso acabara en tres asesinatos.

El magistrado señaló que lo que se estaba enjuiciado eran «hechos muy concretos, no cómo se montaron los dispositiv­os policiales». Se confirmaba de esta forma la crítica inicial de las acusacione­s a la jueza instructor­a que decidió dividir en dos causas diferentes el triple crimen de Andorra y los robos y tentativas de homicidio ocurridas nueve días antes porque de esta forma se creaba una especie de vacío de hechos.

No obstante, otros agentes de la Guardia Civil dejaron claro que el Ministerio del Interior no es como el de Hacienda en coordinaci­ón. Un miembro de la

Policía Judicial de la Benemérita indicó que la Policía Nacional había estado buscando a Igor el Ruso tiempo atrás, que se sospechaba que este peligroso delincuent­e internacio­nal estaba en España, pero que no se informó de ello a la Guardia Civil de Teruel. Este agente ha explicado que, tras el triple crimen, se enteraron de que tiempo atrás había viajado a España un equipo de los carabinero­s italianos, que tenían firmes indicios de que el criminal serbio se había ocultado en España.

Sí había una nota interna en la que se unificaba como sospechoso al autor de los robos y de las tentativas de homicidio a la que dieron veracidad muchos agentes salvo el capitán Requena, quien dijo ayer que «no son 100% fiables». «Cada agente tenía su teoría», espetó.

Durante la vista oral que continuará hoy el abogado de la defensa, Juan Manuel Martín Calvente, trató de poner en duda la cadena de custodia de los dos escenarios del crimen porque los cuerpos fueron levantados antes de que llegara la jueza. Los agentes señalaron que pensaban que podrían salvarles y que los trasladaro­n al centro de salud de Andorra porque «era peligroso» que un médico fuera allí.

Los investigad­ores insisten en que no sabían que detrás de todo estaba Feher

 ?? JAVIER ESCRICHE / EUROPA PRESS ?? José Luis Iranzo Balaguer, en el centro de la imagen, se dirige a la Audiencia para testificar sobre el suceso que le causó la muerte a su hijo.
JAVIER ESCRICHE / EUROPA PRESS José Luis Iranzo Balaguer, en el centro de la imagen, se dirige a la Audiencia para testificar sobre el suceso que le causó la muerte a su hijo.
 ?? ANTONIO GARCÍA / POOL EFE ?? Igor el Ruso, ayer, en los pasillos de la Audiencia Provincial de Teruel momentos antes del inicio de la segunda sesión del juicio.
ANTONIO GARCÍA / POOL EFE Igor el Ruso, ayer, en los pasillos de la Audiencia Provincial de Teruel momentos antes del inicio de la segunda sesión del juicio.

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