Un estudio revela la presencia de leishmaniosis en gatos callejeros
Un 15,6% de los felinos están infectados aunque físicamente parezcan sanos El transmisor es un mosquito y no existe un tratamiento efectivo, solo la prevención
Un estudio científico realizado en Zaragoza ha demostrado, por primera vez, la presencia de leishmaniosis felina en gatos callejeros aparentemente sanos de la ciudad. Esta enfermedad, que es transmitida por un mosquito (y no es contagiosa entre individuos) es endémica de la cuenca del Mediterráneo y se asocia sobre todo, con los perros, a los que puede resultar letal. Sin embargo, en el caso de los gatos, es más probable que su sistema inmunológico aguante y no desarrollen esta afección, aunque sean portadores del parásito que la causa.
La investigación la han llevado a cabo científicos de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Zaragoza, miembros del Instituto Agroalimentario de Aragón y personal de la Universidad de Barcelona. Dado que el diagnóstico de esta enfermedad puede ser difícil, se adoptó una combinación de diferentes métodos serológicos y moleculares para después comparar los resultados de las distintas técnicas.
Así, se extrajeron para su análisis serológico y molecular muestras de sangre de un total de 180 ejemplares adultos (97 hembras y 83 machos) procedentes de colonias urbanas y periurbanas de Zaragoza que no presentaban signos de enfermedad durante su examen físico. Para su estudio se utilizaron tres métodos diferentes y tras el análisis de las muestras se concluyó que el 15,6% de los gatos estaban infectados, si bien, dieciséis animales (8,9%) resultaron positivos por una sola técnica serológica y cuatro resultaron positivos por los tres métodos serológicos utilizados.
Este ha sido el primer estudio realizado con gatos de vida libre en la capital aragonesa y la investigación de este tipo más completa realizada en España hasta la fecha. Sus resultados pueden arrojar luz sobre la distribución geográfica de esta enfermedad y las características epidemiológicas de esta infección. Zaragoza es de las pocas grandes ciudades que mantiene colonias felinas en lugares seleccionados por el consistorio. La enfermedad, una vez contraída, no tiene un tratamiento efectivo y solamente se puede prevenir que a los animales les pique el mosquito transmisor (, existiendo para ello medicamentos veterinarios del tipo repelente.
En esta época, de abril a octubre, sobre todo en las zonas húmedas, donde prosperan los mosquitos de la leishmania, y más durante el amanecer y el atardecer, es cuando hay más peligro de recibir la picadura de este insecto. El estudio ha servido para investigar sobre la prevalencia de esta enfermedad.