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El exprimer ministro portugués José Sócrates insiste en su inocencia pocos días después de que el juez de instrucción de la Operación Marquês descartara gran parte de los delitos de los que estaba acusado el exmandatario. Entre ellos tres cargos por corrupción que apuntaban a Sócrates como el presunto beneficiario de más de 30 millones de euros obtenidos a cambio de favores y adjudicaciones públicas durante su mandato, entre el 2005 y el 2011. Unas acusaciones que Sócrates siempre ha negado y que atribuye a una supuesta elección fraudulenta del primer juez que se hizo cargo del caso, que ordenó su detención en el 2014 y su posterior ingreso en prisión preventiva durante casi un año. El dirigente –que sí deberá responder por seis delitos de blanqueo de capitales y falsificación documental– atiende a este diario y a otros medios extranjeros para dar su versión de los hechos, que el propio acusado ha recogido en un libro, publicado ayer, bajo el título Só agora começou (Esto acaba de empezar).
¿Qué valoración hace de la decisión del juez?
– La sentencia ha demostrado que el proceso siempre ha estado viciado. Hay evidencias de que el juez anterior, que se hizo cargo del caso en el 2014, fue elegido a voluntad de la fiscalía. El juez tiene que ser elegido de forma electrónica y en mi caso fue elegido de forma manual, de forma fraudulenta. Durante siete años ha habido violaciones del secreto de sumario que han llevado a una campaña difamatoria contra mí, apoyada por los medios de comunicación.
Finalmente la fiscalía no ha podido demostrar la presunta corrupción, no ha presentado ninguna prueba. El único objetivo de este proceso ha sido criminalizar las políticas de mi mandato, con la voluntad de impedir una victoria del Partido Socialista en las legislativas del 2015 así como mi candidatura a las elecciones presidenciales del 2016.
El juez sí ha probado que usted recibió más de un millón de euros en efectivo de su presunto testaferro, en concepto de «préstamos». ¿Una persona con aspiraciones políticas debe aceptar grandes cantidades en efectivo? – Nunca me han gustado los moralistas. Detrás de un moralista siempre veo un pequeño inquisidor, a aquellos que quieren ajustar cuentas con su propia cobardía. Las personas que critican que yo recibiera préstamos de un amigo están tratando de justificar mi encarcelamiento sin acusación y siete años de persecución política en los periódicos. Esta gente no tiene ni una pizca de ética.
Ha sido muy crítico con la dirección del que fue su partido, el Partido Socialista, por su posición durante el proceso. ¿Qué cree que tendría que haber hecho?
– Yo nunca pedí nada al Partido Socialista. Lo que no esperaba era