Una mirada en positivo para luchar contra la despoblación
Ya no valen los lamentos. La pandemia, la oportunidad de la energía limpia y la presencia en la agenda política han puesto el foco en la revitalización del medio rural y su papel en el futuro, aspectos que se han abordado en un desayuno informativo de EL PERIÓDICO DE ARAGÓN.
Despoblación, reto demográfico o, como se conoce al problema desde que Sergio del Molino acertara con el eufonismo, la España Vacía. Distintos términos para ilustrar una misma realidad: los pueblos de Aragón, Castilla La Mancha y Castilla y León languidecen por la falta de pobladores. Sin embargo, parece que la fuerza impulsada desde los campos amarillos resuena y se ha colado en las agendas de las Administraciones para tratar de paliar el interminable éxodo rural.
En busca de ideas y consenso, EL PERIÓDICO DE ARAGÓN enfoca en un nuevo desayuno informativo la lacra de la despoblación desde una mirada más positiva que de costum
bre, pues ya se vislumbra un horizonte común. Participan en el coloquio cuatro expertos de la materia: Javier Allué, Comisionado para la lucha contra la despoblación de Gobierno de Aragón; José Antonio Pérez Cebrián, asesor estratégico de Forestalia; Susana Ramón Purroy, alcaldesa de Altorricón y presidenta de la Comisión de Pequeños Municipios y Despoblación de FAMCP; y Vicente Pinilla, director de la Cátedra DPZ sobre Despoblación y Creatividad en la Universidad de Zaragoza.
LA SITUACIÓN ACTUAL
La despoblación es una realidad demasiado presente en Aragón. Sin embargo, tras años de lamentos, de debates sobre si es la España Vacía o la España que vaciaron, los expertos solo miran al futuro en positivo. «La despoblación está sin duda alguna en la agenda de todas las administraciones», asegura Javier Allué, del Comisionado para la lucha contra la despoblación de Gobierno de Aragón. «Aragón fue pionero, al menos en el establecimiento de instrumentos importantes, como el primer plan de política demográfica y contra la despoblación que data del año 2000. Ahora se está trabajando en un anteproyecto de ley de medidas de dinamización del medio rural. Lo importante en la situación actual, más allá del trabajo, es el papel que va a jugar el Estado, porque no podemos aislarnos del debate sobre la pandemia dados los fondos europeos Next Generation que hay en juego. Y parece que la lucha contra la despoblación no se va a quedar al margen de esos fondos. Solo falta unificar los criterios que marcarán qué territorios pueden ser perceptores de esas ayudas».
También piensa en positivo José Antonio Pérez Cebrián, asesor de estrategia de Forestalia, cuando afirma que tras años y años trabajando sobre el terreno las falsas expectativas y los «lloriqueos» solo producen «melancolía». Sin embargo, es crítico con la acción de la Administración pública: «Yo soy más práctico que teórico en esto de la despoblación. Los proyectos no se pueden quedar en la estantería y fallamos en la ejecución».
Una crítica con la que coincide Vicente Pinilla, director de la Cátedra DPZ sobre Despoblación y Creatividad en la Universidad de Zaragoza: «Es cierto que Aragón ha sido pionera, pero lo ha sido más en formular planes que en ejecutarlos. Las directrices del plan integral del año 2000 me gustaban, pero no se han llevado a cabo. El Comisionado debe servir para que exista una coordinación tanto horizontal como vertical en este tema. Nos da miedo que haya una competencia intragubernamental por ver quién hace más contra la despoblación. También habría que insistir sobre todo en la evaluación, los resultados de lo que hemos hecho. Y, además, se deberían fortalecer los grupos de acción local, porque es la gente pegada al territorio, son los que conocen bien qué se está haciendo y que realizan un trabajo fundamental».
Precisamente pegada al territorio está Susana Ramón Purroy, alcaldesa de Altorricón y presidenta de la Comisión de Pequeños Municipios y Despoblación de FAMCP. Asevera que están «agradecidísimos» de las medidas que se han puesto encima de la mesa, pero que lo que quieren desde el territorio es «que esas medidas se concreten cuanto antes, porque hay zonas a las que ya se está llegando tarde». «La realidad de quien vive en un municipio despoblado es que tenemos problemas de transporte, de conectividad, de muchísimas cosas con las que nuestros vecinos puedan estar en igualdad de oportunidades con los habitantes de las ciudades», afirma Ramón Purroy.
Por alusiones, Javier Allué, Comisionado del Gobierno de Aragón para la lucha contra la despoblación, subraya que «sí se está trabajando en la práctica»: «Si decimos que solo hay teoría estamos vendiendo un victimismo que creo que es falso. Evidentemente hay que hacer un grandísimo esfuerzo presupuestario para mantener un buen nivel de servicios básicos en el medio rural y, por supuesto, políticas de promoción del emprendimiento, del empleo y de apuesta por los sectores estratégicos: energético, agroindustrial, logístico, turismo… Si no hiciéramos esto, si las regiones no ejercieran sus competencias para aplicar estas políticas, Aragón sería un desierto fuera de Zaragoza. Es evidente que hay muchos documentos que se quedan en el tintero. Fundamentalmente, la activación de la Ley del 2007. A mí me sobran todas las estrategias o planes si se activa esa ley o un mecanismo multisectorial y multinivel con un presupuesto financiero como aportaba aquella ley que está dormida, no derogada».
NECESIDADES Y SERVICIOS
La pandemia ha puesto sobre la mesa la vuelta a lo rural. En previsión de evitar nuevos confinamientos en la ciudad, por ser entornos a priori más libres de coronavirus al reducirse las aglomeraciones o, simplemente, con el objetivo de evadirse del estrés de las ciudades. Ahora queda averiguar si esta vuelta a los pueblos no ha sido más que una burbuja que explotará cuando la pandemia amaine o si es cierto que los ciudadanos lo valoran como una opción real.
Sobre esta realidad, Susana Ramón Purroy, presidenta de la Comisión de Pequeños Municipios y Despoblación de FAMCP, echa el freno de mano: «De todas maneras… es poca gente la que ha decidido venir al pueblo. Al final, la gente tiene que querer. En situación de pandemia es muy fácil decirlo, pero si no tienes un plan de futuro, una vivienda, un trabajo y unos servicios equiparables a los de la ciudad, pues no vas a decidir quedarte en el pueblo. Hay que poner medios para que quienes decidan voluntariamente que se van a ir al pueblo pueden desarrollar su teletrabajo, su conciliación, etc».
Coincide Vicente Pinilla, director de la Cátedra DPZ sobre Despoblación y Creatividad, en que esta vuelta al pueblo por la pandemia «ha tenido mucho impacto mediático», pero que si la gente no tiene las condiciones para vivir «con cierto equilibrio respecto a las zonas urbanas», o no irán o se volverán cuando se ponga freno al covid.
La conectividad es uno de los nuevos servicios esenciales, y es cierto que el trabajo durante los últimos años es alto. En el 2015, según explica Javier Allué, solo había 50 municipios aragoneses con acceso a internet; hoy día el 94% de la población aragonesa está conectada. Sin embargo, y teniendo en cuenta su inestimable importancia para la igualdad de condiciones frente al mundo urbano, otros servicios hasta ahora asentados, como el transporte público, se están perdiendo en el medio rural. El propio Allué lo define como un «contrasentido»: «Parece que a veces se producen situaciones de exclusión de determinados servicios. Creo que se puede exigir a las administraciones públicas que no apliquen criterios de rentabilidad económica en detrimento de la rentabilidad de social. Tiene que haber un plus de compromiso en evitar esas posibles exclusiones que perjudican al medio rural».
El reto es complicado. Vicente Pinilla, director de la Cátedra sobre Despoblación y Creatividad, explica que existe un problema serio para la Administración: «Es imposible que haya en todos los lugares todos los servicios a los que tenemos derecho. Hay que jerarquizar, y eso implica tomar decisiones dolorosas. Esto quiere decir que no va a haber un hospital en cada pueblo, incluso tampoco uno en cada comarca. Pero hay soluciones imaginativas, como los helicópteros para mover a la gente. En el tema de transportes, las directrices del Gobierno de Aragón ya contemplan mecanismos flexibles bajo demanda que habrá que dotar de presupuesto». Otro ejemplo es la educación, con todo el esfuerzo que se hace para mantener tantas escuelas abiertas con tan pocos alumnos. «Esto sí que vertebra el territorio y es una de las medidas estrella que ya se llevan aplicando mucho tiempo en Aragón y que no se destaca lo suficiente», defiende Pinilla.
A esta idea se suma José Antonio Pérez Cebrián, asesor estratégico de Forestalia, quien resalta la necesidad de construir siempre sobre las fortalezas de Aragón: ubicación, recursos y talento. Además, hace hincapié en la necesidad de «no desbancarizar los pueblos» y mantener las oficinas abiertas, aunque algunas registren pérdidas, ya que estas también vertebran el territorio.
LA GRAN OPORTUNIDAD
Aragón ha enfocado su crecimiento hasta ahora en los pilares de la ubicación geoestratégica como nexo entre los mayores consumidores del país, en la industria agroalimentaria y en el turismo. Ahora, en conexión con los objetivos de sostenibilidad hacia los que camina el mundo, una nueva ventana se abre para lanzar a Aragón hacia la cabeza de Europa: la energía limpia.
Según explica José Antonio Pérez Cebrián, asesor de estrategia de Forestalia, el territorio aragonés está perfectamente ubicado para crear «una nueva red transfronteriza de evacuación de energía de la que se habla ya en Bruselas». «Aragón, gracias al Pacto de París y el compromiso contra el cambio climático, está en el sitio y en el momento preciso para ser líder en la revolución de las energías renovables», asegura Pérez Cebrián.
Traducido a posibilidades, se estaría hablando de que la implementación de la energía limpia podría dar en la provincia de Teruel más de 28.000 empleos divididos en tres o cuatro años, es decir, entre 7.000 y 8.000 trabajadores que se vendrán hacia aquí, según las declaraciones del asesor de Forestalia. «Eso repercutirá en hostelería y restauración en comarcas tan deprimidas en cuanto a población como el Maestrazgo», constata Pérez Cebrián, quien añade que se crearán 500 puestos de
JAVIER ALLUÉ COMISIONADO DEL GOBIERNO DE ARAGÓN PARA LA LUCHA CONTRA LA DESPOBLACIÓN «El medio rural no es la representación de la España Vacía: es un medio lleno de vida y por el que debemos seguir apostando» J. ANTONIO PÉREZ CEBRIÁN ASESOR ESTRATÉGICO DE FORESTALIA «La energía limpia va a ser una inyección en las comarcas despobladas de Aragón. Se crearán más de 500 empleos fijos»