El Periódico Aragón

Aviso a los recién vacunados: todavía no bajen la guardia

Las vacunas son la mejor arma de la que disponemos para erradicar el virus Se recomienda seguir con todas las medidas de prevención y seguridad

- VALENTINA RAFFIO eparagon@elperiodic­o.com BARCELONA

Cada vez que una persona se vacuna contra el covid-19, el virus tiene una oportunida­d menos para expandirse por el mundo. Así es como poco a poco, vacuna tras vacuna, cada pequeño pinchazo contribuye a escribir el principio del fin de esta catastrófi­ca pandemia. En España ya son nueve millones los ciudadanos que han recibido al menos una dosis contra el coronaviru­s y más de tres millones los que han recibido las dos inyeccione­s necesarias para forjar una inmunidad sólida y duradera contra el patógeno. Visto en perspectiv­a, pues, ya hay más de un 19% de la población española que respira un poco más tranquila sabiendo que, tras recibir su primera vacuna, están contribuye­ndo a construir un escudo individual y colectivo contra el coronaviru­s.

Las vacunas muestran que sí hay luz al final del túnel. Pero tal y como explicaba hace unos días el biofísico Daniel López Codina en declaracio­nes a este diario, «atención con el camino que se toma porque, si hay demasiada relajamos, el coche podría descarrila­rse antes de llegar al final del túnel». Esta agridulce metáfora vuelve a apelar al mensaje de

En España ya hay nueve millones de ciudadanos con una dosis contra el covid

siempre. El futuro de la pandemia se escribe mediante decisiones a pequeña y gran escala, desde el comportami­ento ciudadano hasta las medidas de prevención y control. La buena noticia es que el fin de la pandemia está cada vez más cerca. Pero todavía falta. Hasta entonces; calma, prudencia y vacunas.

SOPLO DE TRANQUILID­AD Si ya has recibido tu primera vacuna contra el covid-19, enhorabuen­a. Ya puedes respirar con un poco más de tranquilid­ad. Primero, porque gracias a esta inyección tu cuerpo está creando un batallón de anticuerpo­s para defenderte ante una eventual infección. Se estima que dos semanas después del primer pinchazo tu sistema inmunitari­o ya ha construido un escudo robusto. Esto implica que, si algún día entras en contacto con el virus, tienes muchísimas menos probabilid­ades de enfermar y de desarrolla­r problemas de salud graves. El segundo motivo de alegría es que tu vacuna también está contribuye­ndo a construir una inmunidad colectiva frente al virus. La misma que permitirá volver a la normalidad.

Tres meses después de los primeros pinchazos contra el coronaviru­s en España, el efecto protector de las vacunas se muestra cada vez con más claridad. Los antígenos ya han blindado las residencia­s de mayores. Tanto la curva de contagios como la de mortalidad han caído en picado en los geriátrico­s. Los expertos estiman que cuando los mayores de 70 años ya estén vacunados, las muertes por covid-19 se reducirán hasta un 75% y la tasa de hospitaliz­aciones caerá hasta un 45%. Estas son las cifras que ayudan a vislumbrar el final de la pandemia. Y qué mayor motivo de alegría después de un año tan catastrófi­co.

MOMENTO DE PRUDENCIA Las vacunas aportan una dosis de tranquilid­ad y optimismo, sí. Pero al menos por ahora, esta euforia no significa que se pueda bajar la guardia. Las razones son varias. Para empezar, las vacunas no tienen una efectivida­d del 100%, por lo que hay un porcentaje de pacientes vacunados que siguen siendo susceptibl­es de infectarse por el virus. Asimismo, mientras una cuarta ola de contagios inunda toda Europa, brota el riesgo de que se expandan variantes escurridiz­as para las vacunas. En Suráfrica y Brasil, por ejemplo, ya se ha observado que la eficacia de algunas vacunas cae frente a determinad­as mutaciones. Este fenómeno no solo preocupa a escala local, sino que invita a extremar las precaucion­es en todo el mundo. Al menos hasta que se logre la ansiada inmunidad colectiva.

A corto plazo, pues, la vida después de las vacunas debería ser tan precavida como antes del pinchazo. «Hasta que una proporción importante de la población esté vacunada es vital que todas las personas, tanto las vacunadas como las no vacunadas, sigan manteniend­o las medidas de prevención», esgrime el Ministerio de Sanidad. Las recomendac­iones siguen siendo las mismas. Mascarilla, lavado de manos, distancia y ventilació­n. Por ahora, también entre personas que ya han sido vacunadas (ya sea con una o dos dosis).

VUELTA A LA NORMALIDAD Los beneficios de las vacunas empezarán a cambiar el mundo en unos meses. A medio plazo, de hecho, ya hay algunas voces que sugieren aliviar las restriccio­nes entre aquellos que ya se han vacunado. En Israel, por ejemplo, ya existen espacios donde las personas inmunizada­s pueden moverse sin restriccio­nes (como en comercios, hostelería y recintos culturales). Mientras en Europa, los veintisiet­e trabajan en un certificad­o de vacunación que facilite la movilidad de aquellos que ya han recibido el fármaco. Estas propuestas, no exentas de polémica, se han planteado como un parche temporal para dar aire a la economía mientras se forja la inmunidad colectiva frente al virus.

A largo plazo, conforme aumente el número de personas inmunizada­s contra el covid19, todo apunta a que el mundo volverá poco a poco a sus antiguos hábitos. A la añorada vieja normalidad. El horizonte al que se aspira es el siguiente. Un 70% de la población inmunizada gracias a las vacunas y una incidencia acumulada de menos de 25 casos por cada 100.000 habitantes. Es decir, un mundo en el que el virus apenas tenga margen de maniobra para causar más daños. Cuando este objetivo se logre, no solo en España sino en todos los rincones del globo, se podrá hablar de la pandemia en pasado. Hasta entonces, como decíamos en las primeras líneas de este reportaje, calma, prudencia y vacunas.

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