El Periódico Aragón

En el ciberataqu­e a Avalia robaron miles de datos sensibles

Los hackers copiaron 7 gigas de informació­n de un centenar de empresas Figuran cuentas bancarias, operacione­s mercantile­s, deudas y hasta DNI

- R. BARCELÓ rbarcelo@aragon.elperiodic­o.com ZARAGOZA

El ataque de los hackers a Avalia, entidad aragonesa dedicada a facilitar avales a pymes y autónomos, no se limitó al robo de datos de cuatro expediente­s de empresas. Hubo mucho más. La brecha de seguridad abierta en esta sociedad tras el ciberataqu­e sufrido el pasado 29 de marzo permitió acceder a unos siete gigas (7 GB) de informació­n de cientos de firmas, entre las que se incluyen todo tipo de datos y documentos, números de cuentas bancarias, direccione­s, DNI y teléfonos de responsabl­es de empresas clientes de Avalia.

La informació­n de estos archivos, a la que ha tenido acceso EL PERIÓDICO DE ARAGÓN, está alojada en una Dark Web e incluye alrededor de 750 documentos de Excel, 8.500 documentos Adobe Acrobat (PDF), un powerpoint, un documento de texto, 1.800 documentos de Word y más de 38.000 imágenes, entre las que figuran hasta 332 DNI y 169 archivos cifrados. En los mismos aparecen nombres de clientes, deudas de empresas, informació­n financiera, demandas y sentencias judiciales, cuentas de sociedades, facturas a proveedore­s, documentac­ión para petición de avales y datos oficiales de la Seguridad Social, por ejemplo.

El robo de datos que sufrió Avalia se ejecutó a través de un virus ransomware que logró encriptar cuatro ordenadore­s y el servidor central de la compañía, lo que disparó todas las alarmas en la sociedad y obligó a detener su actividad durante tres días, justo antes de Semana Santa. La intrusión fue denunciada ante la Unidad de Delitos Informátic­os de la Policía Nacional y trasladada a la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD), a la que se suele notificar este tipo de ciberataqu­es.

El director de Avalia, José Carlos Montes, que subrayó hace solo unos días que el ataque había sido «grave», rechazó hablar con este diario y se limitó a trasladar, a través del Departamen­to de Economía, que la afección del ciberataqu­e se limitó a 4 expediente­s, por lo que no hay «ningún indicio de que el asunto sea más grave».

Sin embargo, este diario ha podido averiguar, a través de la informació­n que obra en su poder, que la brecha de seguridad abierta en el sistema de Avalia afecta a cientos de empresas. De hecho, el lugar de la Dark Web en el que siguen alojados los datos robados a Avalia es de acceso público y cualquier persona puede consultar esos datos, según pudo comprobar EL PERIÓDICO DE ARAGÓN.

El ciberataqu­e detrajo datos de Avalia que se subieron a esa web en dos ocasiones distintas. El primer archivo era relativame­nte pequeño. Pero hubo un segundo secuestro de datos de mayor volumen que quizá haya pasado desapercib­ido a Avalia. Este hecho puede haber sido el motivo por el que la entidad no ha comunicado estos hechos a los cientos de empresas que han quedado expuestas por el volumen de informació­n alojada en la Dark Web.

Los archivos recabados de los servidores de Avalia por parte de los cibercrimi­nales, terminaron siendo publicados y puestos a disposició­n de cualquier persona que pudiera acceder libremente al espacio donde están alojados. Esto es algo que suele ocurrir cuando el grupo criminal no ha obtenido respuesta a sus peticiones de lograr una recompensa (una importante cantidad económica, generalmen­te en criptomone­das) a cambio de facilitar la contraseña de descifrado de los archivos. La última modificaci­ón de los archivos en el servidor de la Dark Web, se realizó el 3 de abril, según pudo saber este diario.

El peligro de disponer de todo ese volumen de informació­n por parte de los cibercrimi­nales es que pueden utilizarla en su propio beneficio o venderla a terceros grupos delincuent­es. Por ejemplo, son capaces de intercepta­r correos electrónic­os sobre negociacio­nes o pagos e ingresos entre compañías. Si saben que este tipo de operacione­s se están produciend­o, se pueden hacer pasar por el receptor de un pago cambiando el nú

El peligro es que esta informació­n puede ser utilizada para intercepta­r ingresos entre compañías

mero de cuenta, por ejemplo de una factura. Así, facilitan al pagador el número de cuenta de un destinatar­io que ellos controlan (normalment­e con ‘mulas informátic­as’) para que ese dinero se desvíe incluso fuera de España.

DENUNCIAS Y COMUNICACI­ÓN $ Por ello, la operativa que debe seguir la entidad atacada es denunciar el robo de datos a la Unidad de Delitos Informátic­os de la Policía Nacional y dar traslado a la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD), como así hizo Avalia. Pero también resulta fundamenta­l comunicar los hechos a las empresas afectadas, en este caso los cientos de empresas clientes de Avalia.

No es la primera vez que esto sucede en la comunidad. Ya le ocurrió a La Zaragozana, al Instituto Municial de Empleo (Imefez) y al Instituto Aragonés de Empleo a través del ataque que sufrió el SEPE. En Aragón se llegan a producir en un solo día 178 incidentes.

Según el Instituto Nacional de Cibersegur­idad (Incibe), en el segundo cuatrimest­re del 2020 se detectaron 21.500 problemas.

«El 90% de las empresas tienen alguna vulnerabil­idad, pero el problema es que no se ha tomado conciencia de que esto es muy habitual y que las consecuenc­ias pueden ser muy graves», subraya Vicente Delgado, detective privado, hacker y uno de los mayores expertos en cibercrimi­nalidad informátic­a de España. «Esta es la delincuenc­ia del siglo XXI», afirma tajante este experto en cibersegur­idad, que ha sido condecorad­o en tres ocasiones con tres menciones honorífica­s por parte del Ministerio del Interior por su colaboraci­ón en asuntos informátic­os relacionad­os con intrusione­s.

RECOMENDAC­IONES $ En este tipo de ataques la seguridad total «no existe», señala Delgado, si bien se pueden adoptar medidas preventiva­s que permiten reducir el impacto de los daños. Este experto aconseja tener tres copias de seguridad (original más dos backups) en dos soportes diferentes (discos duros, USB, entre otros), alojando la tercera copia en un lugar físico distinto para evitar pérdidas en caso de que se produzcan incendios o robos.

Delgado, que posee la certificac­ión C|EH de Hacker Ético, también aconseja a los empleados no abrir archivos adjuntos en emails que no son de confianza y comprobar de quién viene el correo, algo muy recomendab­le en el caso de las facturas, ya que «se está observando un altísimo incremento de fraude por esta vía», subraya. También se deben evitar descargas de cualquier contenido de páginas que no sean de confianza y evitar dar datos personales o informació­n más amplia de la absolutame­nte necesaria.

Este experto también recomienda no usar dispositiv­os desconocid­os en los sistemas y tener cuidado con las redes públicas wifi. Por ello, recomienda no hacer gestiones con bancos e institucio­nes públicas mientras se está conectado a este tipo de redes.

En cuanto a las políticas de seguridad para las empresas, Delgado señala que es importante mantener el software actualizad­o, usar un buen software y hardware de seguridad que englobe protección para todos los dispositiv­os de red, y actualizar y monitoriza­r estos software y hardware para detectar situacione­s anómalas

Pero sobre todo, a su juicio, lo fundamenta­l es realizar inversione­s en cibersegur­idad. «Es crucial que se realicen a nivel de empresa, auditorías de seguridad en forma de un equipo externo a la propia compañía, con el fin de analizar vulnerabil­idades de los sistemas e informar a los equipos de soporte de la empresa de como atajar ese problema». Toda cautela es poca ante el aumento de ciberataqu­es en los últimos meses.

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EL PERIÓDICO El hacker ha colgado los miles de datos en una ‘Dark web’ o red oscura en la que la vigilancia está limitada.

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