El Casademont rompe la racha con una victoria contundente ante el Acunsa (99-71)
El Casademont muestra su versión más generosa para vencer al Gipuzkoa un duelo vital
En un solo día, ¿es posible cambiar a un equipo? Lo hizo Sergio Lamúa simplemente poniendo orden y lógica, utilizando a los jugadores en su sitio, pausando el juego, ampliando la rotación para incluir a todo el banquillo. Seguramente también influyó el hecho de que Luis Casimiro estuviera muy atento en la grada, las ganas de los jugadores de ganarse al nuevo técnico, pero lo cierto es que el Casademont Zaragoza realizó un gran partido, fue generoso, hizo parecer al Gipuzkoa peor de lo que es y logró una de las victorias más cómodas e importantes de la temporada (99-71).
El equipo aragonés, con el zaragozano a los mandos, rompió la pésima dinámica que arrastraba con Sergio Hernández. Pareció hasta sencillo, desde el cinco inicial pasando por los cambios hasta los minutos para los menos habituales. El Casademont jugó con tranquilidad, solo corrió cuando pudo y era necesario, compartió el balón como nunca, no hubo lanzamientos precipitados, todos tuvieron protagonismo. En defensa el equipo también mejoró, sobre todo en el rebote, lo que le permitió aprovechar los continuos errores del Gipuzkoa.
Fue todo rodado desde el inicio. Marcelo Nicola tuvo que parar el partido cuando habían pasado poco más de cuatro minutos porque el marcador ya reflejaba un claro 11-2. No mejoró mucho la cosa para los donostiarras, empeñados en lanzar y lanzar de tres sin mucho acierto, dejando continuas oportunidades al Casademont, que no las desaprovechó. En los zaragozanos todo fue equi