‘Buffy’, otra vez, con más sentimiento
((¿Y si en lugar de (tratar de) digerir la serie ‘The Nevers’, invirtiésemos el tiempo en un ‘rewatch’ de ‘Buffy, cazavampiros’? Seguramente sería tiempo mejor invertido. Así podríamos celebrar con conocimiento de causa el inminente– será el año próximo– 25º aniversario de una serie que ocupa un puesto de honor en el imaginario pop colectivo.
Sus momentos icónicos son multitud: recordemos aquel episodio musical, aquel en el que no se hablaba, o cuando (spoiler) moría la madre de Buffy y no había gota de música. curioso carruaje de tres ruedas. Ambas trabajan en el St. Romaulda’s Orphanage, algo así como el Instituto Xavier de la Patrulla-X, financiado por una ricachona, Lavinia Bidlow (Olivia Williams), en silla de ruedas como el Profesor X. Entre los huéspedes del lugar brillan la niña gigante Primrose (Anna Devlin), la experta en sacar verdades Desirée (Ella Smith) o la recién llegada políglota Myrtle (Viola Prettejohn).
No se vayan todavía, aún hay más. The Nevers va sobrada de personajes y subtramas. El inspector de policía Frank Mundi (Ben Chaplin) investiga una serie de asesinatos a manos de Maladie (Amy Manson), presunta Tocada que está formando un grupo malévolo de mujeres con poderes. Pero es que, además, en la serie seguimos los planes del aristócrata Hugo Swan (James Norton) de montar un negocio sexual con los Tocados. O las artimañas criminales de Declan Orrun (Nick Frost), experto en cambiar de chaqueta según sople el viento.
Ni siquiera después del segundo, tercer o cuarto episodio –todos los ofrecidos a la prensa–, queda demasiado claro qué o quién es lo importante de The Nevers y por qué la serie tiene derecho a existir. Hay, como es de esperar, diálogos ingeniosos, pero también alguno pretendidamente ingenioso. La acción solo resulta convincente en el primer episodio, dirigido por el propio Whedon.
Pero la indefinición dramática o la falta de inspiración no son lo único que hace incómoda The Nevers.
Es difícil escuchar su mensaje inclusivo y de empoderamiento femenino sin hacerse preguntas. Whedon dejó la serie en noviembre, oficialmente por cansancio. Pero su marcha se produjo mientras WarnerMedia investigaba las acusaciones del actor Ray Fisher contra Whedon por su supuesto comportamiento abusivo durante