Expectación por el veredicto del ‘caso Floyd’
Las partes presentan sus alegatos contra el expolicía Derek Chauvin
El juicio más trascendental de las últimas décadas en Estados Unidos quedó ayer visto para sentencia. Después de tres semanas de vistas y testimonios de un alto voltaje emocional, apoyados por los vídeos escalofriantes que documentaron la muerte del afroamericano George Floyd hace casi un año en Mineápolis, las partes presentaron los argumentos finales que determinarán la suerte del policía blanco Derek Chauvin. El veredicto está en manos de un jurado compuesto por 12 personas, que se retiraron al final de la jornada a deliberar sobre los tres cargos de asesinato y homicidio imprudente que se imputan Chauvin, el hombre que durante nueve minutos y 29 segundos asfixió a Floyd hincándole la rodilla en el cuello, el preludio de las mayores protestas raciales en años.
Por flagrantes que puedan parecer las pruebas, los abusos policiales en EEUU raramente acaban en castigo. En toda la historia de Minnesota, el estado donde se celebra el juicio, solo un policía ha sido condenado por asesinato. A escala nacional, no es muy diferente. Según un estudio de la Universidad Estatal de Bowling Green, de los 104 agentes no fede(( rales arrestados por asesinato u homicidio involuntario entre el 2015 y el 2019, solo cuatro fueron condenados por el primer cargo y 18 por el segundo.
Esta vez la perspectiva de que Chauvin pueda ser exonerado tiene al país el vilo. La tensión es extrema, particularmente en Minneapolis, una ciudad completamente tomada por 4.000 militares y policías. Los encontronazos con las fuerzas del orden se suceden allí desde la semana pasada, con otras dos víctimas, Daunte Wright y Adam Toledo. a la cofradía del clérigo islamista turco Fethullah Gülen, considerado como el líder de una agrupación criminal y terrorista por Turquía. Ankara también le nombra como el máximo responsable del intento de golpe de Estado de julio del 2016 –apenas cinco meses antes del asesinato del embajador ruso–. En la intentona murieron 251 civiles a manos de los militares sublevados.
Según el tribunal turco, el mismo Gülen, que vive exiliado en Estados Unidos desde los años noventa, fue quien dio luz verde al asesinato de Kárlov. Su intención, asegura la justicia turca, era enfangar las relaciones entre los presidentes ruso y turco, Vladímir Putin y Recep Tayyip Erdogan.
«La única intención del ataque era destrozar las relaciones entre Turquía y Rusia. Además, también buscaban levantar la moral de los miembros de Fetö [el nombre que recibe el grupo de Gülen en Turquía], y preparar el terreno para el golpe de Estado», dice el tribunal turco, que asegura que el asesinato tenía que ocurrir antes de la intentona, pero que tuvo que posponerse.