El sector ve con buenos ojos el plan
El nuevo plan de captación de vivienda del Ayuntamiento de Zaragoza va a contar con la colaboración de los Agentes de la Propiedad Inmobiliaria (API), que se encargarán de trabajar con su cartera de clientes para tratar de convencerles de las ventajas de sacar más pisos al mercado. «El objetivo es trabajar conjuntamente y ofrecer garantías a los arrendatarios», explica Fernando Baena, el presidente del Colegio de los API en Aragón.
El proyecto se encuentra todavía en una fase inicial en la que el principal fin es conseguir pisos para crear una cartera lo suficientemente grande como para que la demanda no acabe con la oferta en pocos días. Según los datos disponibles, que expuso ayer el gerente de Zaragoza Vivienda, en la ciudad habría «unos 10.000 pilas sos vacíos». «Siendo ambiciosos en nuestros objetivos creo que podríamos captar un 10% de ellas», dijo. No obstante, para empezar a lanzar ofertas al mercado bastaría con hacerse con «unos 50 pisos».
«Hemos mantenido varias reuniones con el ayuntamiento y en breves firmaremos un convenio de colaboración. Por el momento nos vamos a adherir unos 40 API de toda la ciudad», explica Baena.
«Tenemos que convencer a ciertos propietarios que tienen reticencias a que sus viviendas salgan al mercado. Y nos consta que hay pisos que no salen porque hay que hacer alguna inversión para actualizarlos o por el temor ante posibles impagos», explica Baena.
«Vamos a asesorar a los propietarios para que vean que les vale la pena bajar el precio a cambio de sustanciales mejoras en cuanto a garantías», añade además. Por ejercer de captadores los API cobrarán su honorario habitual, equivalente a una mensualidad.
A cambio de las garantías que ofrece el programa, los propietarios de los inmuebles deberán pagar un 5% de la renta que reciban a Zaragoza Vivienda por los gastos de gestión, aunque se ofrecen también otras ventajas: si las viviendas necesitan una actualización y obras para poder adherirse al plan, la sociedad pública prevé poder adelantar dinero a los arrendatarios a cambio de, por ejemplo, las rentas del primer año en el que la casa esté alquilada. Es decir, durante los primeros meses el arrendador no ingresaría nada, pero a cambio tendría la casa arreglada y comenzaría a cobrar puntualmente una vez amortizada la deuda.