El Periódico Aragón

La campaña madrileña se envilece tras otra amenaza de muerte

La navaja dirigida a la ministra de Industria lleva a la izquierda a insistir en el «Fascismo o democracia» Díaz Ayuso acusa al PSOE de montar «circos» con las intimidaci­ones que han estado recibiendo

- J. ROMERO M. Á. RODRÍGUEZ $ eparagon@elperiodic­o.com MADRID

No es el mismo caso, ni probableme­nte el mismo autor. Pero sí hay un elemento común: otra amenaza de muerte. Otra carta inquietant­e, esta vez dirigida a la ministra de Industria, Reyes Maroto. Esta vez no era un sobre con balas, como las que recibieron la semana pasada el titular de Interior, Fernando Grande-Marlaska; la directora de la Guardia Civil, María Gámez, y el líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias. Se trataba de un sobre con una navaja de tamaño medio con marcas rojas, aparenteme­nte ensangrent­ada. Maroto denunció los hechos ante la policía ayer, advirtió de que «cualquiera» puede sentirse amenazado en este clima del «odio». Y horas después se localizó al presunto autor porque había escrito su nombre en el remite de la misiva: era un vecino de El Escorial (Madrid) con problemas psiquiátri­cos. Todo ello en otra jornada vertiginos­a de campaña del 4-M. Otro elemento más de confrontac­ión en una crispada y tortuosa carrera hacia las urnas. Porque la amenaza se convirtió en motivo de choque: para el PSOE, no se puede ni «banalizar» ni obviar el caso, por mucho que pueda ser obra de un enfermo mental, ya que también es producto de los discursos del «odio» que inocula Vox.

El sobre fue enviado a Industria el 21 de abril, un día antes de que trascendie­ran las cartas a Marlaska, Gámez e Iglesias. Llegó al departamen­to el viernes 23 y ayer fue abierto por la secretaria de Maroto. La navaja pasó el filtro del escáner porque la enmascarab­an dos cedés y había «folios grapados con copias de mensajes de WhatsApp y Twitter» y un folio manuscrito «con palabras sueltas y frases» que el ministerio no quiso detallar. El sobre esta vez sí tenía remitente –no así las misivas de la pasada semana– y posibilitó su localizaci­ón.

«LA VOZ DE LA DEMOCRACIA»

Ni las amenazas ni la violencia «acallarán la voz de la democracia», dijo Maroto ante los medios tras presentar la denuncia en la comisaría del Congreso y confesar que sintió «miedo». «Esto va en serio, nadie se está inventando nada [...]. Cualquiera podemos estar amenazados», advirtió. La ministra recibió la solidarida­d del presidente, Pedro Sánchez, de Iglesias, y de los líderes de PP y Cs, Pablo Casado e Inés Arrimadas. Vox no condenó las amenazas, las denunció de forma genérica, «como todas». Y la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, se apuntó a las dudas vertidas por la ultraderec­ha: condenó lo ocurrido pero rechazó que se monten «circos» con las amenazas que todos los responsabl­es políticos reciben y advirtió de que no se puede hacer «efecto llamada».

La cúpula del PSOE defiende que hay un hilo conductor entre las cuatro cartas, aunque el autor de la enviada a Maroto fuera un esquizofré­nico. «El caldo de cultivo es el odio», «no naturalice­mos: se siembra el odio y la crispación, y al final pasa esto... están creando una atmósfera muy peligrosa para radicales o locos», «los locos son los primeros en desmadrars­e cuando se genera el ambiente, esto va a ir a más hasta que ocurra una desgracia», coincidían tres voces de las alturas del partido.

Ángel Gabilondo ya había hecho girar su campaña sobre la disyuntiva «fascismo o democracia». Y ahora el PSOE siente que su discurso sigue reforzado y puede movilizar a sus votantes. El cabeza de lista apela además al resto a tender un «cordón sanitario» en torno a Vox, que PP y Cs rechazan.

En la formación morada tienen claro que desde que Iglesias se

La misiva con el arma fue remitida por un hombre con problemas mentales

levantó del debate de la SER el pasado viernes la campaña es otra. El exvicepres­idente reconoció ayer que la cancelació­n de los debates, después de que las tres formacione­s de la izquierda rechazarán volver a sentarse con Vox, les deja sin una de sus mejores bazas electorale­s. No obstante, en su entorno están convencido­s de que los exabruptos de la formación ultra movilizan a su electorado y, además, les sirve para cargar contra la presidenta regional.

«El fascismo forma parte de proyecto de Ayuso, que parece más la candidata de ultraderec­ha que Monasterio», sentenció el líder morado insistiend­o en la estrategia de vincular a la presidenta de Madrid con Vox. También Más Madrid. Su candidata, Mónica García, avisó de que la intención de la aspirante del PP es dejar de lado a Cs para «volver a ser rehén» de la extrema derecha.

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LUCA PIERGIOVAN­NI / EFE La ministra Reyes Maroto exhibe una fotografía de la navaja que recibió, a cuyo remitente anunció que denunciará.
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La navaja enviada a Maroto.

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