El Periódico Aragón

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Gobierno y Generalita­t se culpan mutuamente del retraso en vacunar a policías y guardia civiles

- GUILLEM SÀNCHEZ BARCELONA

La Consejería catalana de Salud comenzará a vacunar el próximo lunes a los agentes de la Guardia Civil y de la Policía Nacional que trabajan en Cataluña. Lo hará con Moderna, dos meses y medio después de inmunizar a los Mossos d’Esquadra y porque lo ha ordenado el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC), que ha apreciado indicios de un trato «discrimina­torio». Finalizará así un episodio sujeto a versiones contradict­orias, intensamen­te politizado y doloroso para funcionari­os estatales que llevan años en una posición delicada tras las cargas en los colegios el 1-O. Este diario ha contactado con varios de ellos y coinciden en que se han sentido «menospreci­ados».

Cuando una orden judicial lo ha mandado, el secretario general de Salud, Josep Maria Argimon, ha lamentado, visiblemen­te airado, que vacunar a unos 4.000 policías –para cumplir con la equiparaci­ón del dictado judicial– significar­á dejar de hacerlo a ciudadanos que tienen más de 60 o 70 años.

«El Govern no ha tenido ninguna prisa en vacunarnos», critica un inspector jefe de la Policía Nacional, que añade que ha molestanes

Wanda Metropolit­ano

- do casi lo mismo «la falta de reacción» del gobierno español para solucionar­lo. «Hablábamos con compañeros de Madrid, Zaragoza o Valencia y nos preguntaba­n contrariad­os… ¿Pero todavía no os han vacunado? Ha sido muy raro». En este contexto, razona, las declaracio­nes de Argimon «han sentado muy mal». «Es ruin decir que para vacunarnos a nosotros se quedarán sin dosis los ancianos». Otro policía nacional, inspector en este caso y nacido en Barcelona, dice sentir «tristeza».

Las palabras de Argimon estaban «fuera de lugar». «Y las de Puigdemont –que acusó a los policías y guardias civiles de gozar de un trato de privilegio porque iban a recibir la vacuna antes que ancianos a los que golpearon «salvajemen­te» el 1-O– son indignante­s», añade. «La gente olvida que nosotros trabajamos en la renovación del DNI, tramitando peticioPod­emos de asilo, haciendo controles en las fronteras, en los puertos, en los aeropuerto­s, investigan­do a pie de calle redes de narcotráfi­co, de terrorismo, de pedofilia, de prostituci­ón... no vacunarnos nos expone a nosotros pero también a los ciudadanos que atendemos cada día», concluye.

«No tenemos culpa»

Antonio Granados, portavoz del sindicato SUP, señala que a menudo se olvida que los agentes de la Policía Nacional y de la Guardia Civil son funcionari­os esenciales que trabajan «por y para los ciudadanos catalanes» y recuerda que quedar excluidos de la vacunación no solo ha entrañado riesgo para su salud sino también para la de sus familias.

«Nos hemos sentido menospreci­ados», sentencia otro mando policial. «Después del 1-O, la percepción que tienen los ciudadanos hacia los cuerpos estatales ha cambiado bastante. Y nosotros no tenemos ninguna culpa».

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JOSÉ LUIS ROCA Vacunación de una policía, ayer, en Madrid.

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