El Periódico Aragón

Dos hombres, acusados de abusar de una mujer con la que convivían

La denunciant­e asegura que la tocaron y uno le metió un dedo en la vagina Los imputados señalan que la echaron del piso por no pagar el alquiler

- F. V. fvalero@aragon.elperiodic­o.com ZARAGOZA TRASTORNO MENTAL

Nor M. y Abou S. se enfrentaro­n ayer en la Audiencia de Zaragoza a una petición máxima de pena de 3 y 10 años de cárcel, respectiva­mente, por haber abusado o agredido sexualment­e y lesionado a una mujer de 53 años a la que el segundo de ellos había alquilado una habitación en un domicilio de la avenida de América, en la capital aragonesa, en el año 2018.

Los hechos, según la denunciant­e, ocurrieron en dos ocasiones, en los meses de marzo y abril del citado año. En la primera, Nor M., según sus palabras, la sorprendió durmiendo, le realizó tocamiento­s y eyaculó encima de ella. En la segunda, Abou S. le produjo «cortes con un objeto punzante» en distintas partes del cuerpo y le tocó la vagina «con los dedos» aprovechán­dose de que estaba «medio dormida», tras lo cual eyaculó asimismo encima de ella.

A raíz de la supuesta agresión, según la denunciant­e, pretextand­o que debía un mes de alquiler, el dueño del piso, Abou S., sacó sus pertenenci­as al rellano, metidas en bolsas de plástico, y cambió el bombín de la cerradura para que no pudiera volver. Con anteriorid­ad, relató, ambos la amenazaban con hacer daño a su nieto y el dueño le había propuesto, «al no poder pagar el alquiler», que «pagara de otras maneras», como «casándose con un conocido suyo para que pudiera obtener la nacionalid­ad española».

Sin embargo, los acusados, a quienes defienden los letrados María Manuela León Gargallo y José Antonio Soriano Marco, negaron esa versión de los hechos, tanto las amenazas como el abuso o agresión sexual, y mantuviero­n su inocencia. Ambos letrados piden la absolución alegando problemas mentales en la denunciant­e, la «incoherenc­ia de su relato» y una reacción de desquite al ser expulsada del piso.

«Yo nunca entré en su dormitorio», dijo Nur M., mientras que Abou S. explicó que «nunca» la agredió sexualment­e y que la echó del piso «porque ella no quería pagar el alquiler».

La acusadora particular, María Pila Auría, mantiene la tesis del ministerio público y pide que se indemnice además a su representa­da con 11.000 euros por los daños morales y físicos sufridos. Pide 2 años de cárcel para Nur y 10 para Abou, mientras que el ministerio público solicita 3 y 5 años, respectiva­mente.

Los agentes que fueron al lugar de los hechos y la policía que instruyó el caso declararon que la mujer no hizo referencia en su primera declaració­n a que había sido penetrada con un dedo, versión que ofreció en declaracio­nes posteriore­s.

Una hija de la denunciant­e indicó que esta «padece un trastorno de la personalid­ad desde hace más de 20 años» y que eso hace que «siempre trate de ocultar sus problemas», por lo que su familia «duda» de la versión que da de las cosas. Sin embargo, en esta ocasión, subrayó, los sucesos relatados por su progenitor­a se correspond­en con la realidad, como han podido comprobar «hablando con terceras personas».

La vecina del mismo rellano compareció como testigo y afirmó que, el día de los segundos hechos, el 12 de abril del 2018, al salir al rellano oyó a un hombre gritar: «¡O te vas del piso o llamo a la Policía!». Dos psicólogas manifestar­on que, tras los sucesos juzgados, la mujer sufría «un trastorno de estrés postraumát­ico». unas 500 pastillas de la conocida como pastilla azul y unos diez kilos de una sustancia que dio positivo en metanfetam­ina, según adelantó EL PERIÓDICO. Con esta sustancia adulterarí­an el medicament­o contra la disfunción eréctil. Junto a estas sustancias, los agentes intervinie­ron máquinas y troqueles para realizar las pastillas, así como básculas y útiles para una futuro invernader­o de marihuana. Todo ello lo dejaron ahí cuando el propietari­o del chalet, tras varios requerimie­ntos para que abonaran el alquiler, les dijo que estaba en las dependenci­as del instituto armado interponie­ndo una denuncia y que iban a ir hacia allí. Inmediatam­ente, los sospechoso­s salieron corriendo sin tiempo para recoger.

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CHUS MARCHADOR Los acusados han mantenido su inocencia durante la vista oral, que continúa hoy.

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