Arrimadas resiste y asciende a Bal pese a que Cs toca fondo
La líderesa no logra contener la caída libre, pero su círculo la arropa
La odisea de los naranjas continúa, pero Inés Arrimadas se resiste. Más, si cabe. «Cs no va estallar», censura un dirigente del partido que se ha volcado en la campaña electoral madrileña. Los escuderos de la lideresa naranja le quitan responsabilidad alguna porque «no puede pagar por los errores del pasado», léase los volantazos de Albert Rivera, y alegan que está imprimiendo su propio sello recuperando el espacio de centro: «Cs vuelve a ser un partido bisagra y lo estamos pagando, pero estamos consolidando nuestro proyecto», justifica una voz del partido que descarta toda dimisión. «Es un camino largo y no podemos pensar que cada competición electoral es un match ball», remacha. La primera reacción de Arrimadas tras la hecatombe de Madrid fue la de parapetarse tras su cargo. La presidenta del partido que perdió medio millón de votos y sus 26 diputados ni siquiera se refirió a la posibilidad de dimitir; en vez de eso, anunció su intención de «relanzar el centro liberal en España», achacando el mal resultado a la «crispación» y a la «polarización». En la reunión del comité (( permanente, Arrimadas destacó que apenas lleva un año en el cargo frente a la petición de los críticos, que toma fuerza, de convocar un congreso cuanto antes.
La líder ha anunciado un tour por las 17 autonomías para arropar a la militancia hasta una convención política que se celebrará en julio y ha designado a dos nuevos vicesecretarios del partido, el aragonés Daniel Pérez y Edmundo Bal, el candidato que ha sacado 0 escaños en Madrid. El exabogado del Estado no dejó su escaño en el Congreso, por lo que mantiene el acta y gana enteros en el estrecho círculo de Arrimadas.
Varias fuentes destacan que la contienda electoral ha servido para exhibir una vuelta a las esencias, que se apoya en la participación de dirigentes que pasaron a segundo plano por discrepancias con Rivera, como el eurodiputado Javier Nart, o el exmiembro de la cúpula, Toni Roldán. condena, la del exgerente del PP Cristóbal Páez (18 meses de cárcel) y la de los socios de Unifica, Gonzalo Urquijo y Belén García, se conocerán hoy.
El único cambio introducido por la fiscalía fue apreciar la atenuante de reparación del daño a Unifica, porque abonó la responsabilidad civil que le atribuía y que ascendía a casi 200.000 euros. Ello ha supuesto que la pena de tres años y 10 meses de cárcel que solicitaba para Urquijo y García se rebajara a 2 años y medio por un delito contra la Hacienda Pública en concurso medial con uno continuado de falsedad, informa Efe.
Ni el fiscal ni la Abogacía del Estado acusaban a la empleada del estudio de arquitectura Laura Montero, que se sentaba en el banquillo por las acusaciones populares y este pasado martes retiraron su petición de pena. Solo el Observatori Desc pidió aplicar a Bárcenas la atenuante de arrepentimiento tardío y que se le condene a 10 años y medio de prisión. Izquierda Unida prácticamente dejó inalterable la veintena de años de prisión que solicita para el extesorero.