Zaragoza se vuelca en los homenajes
Los ‘etarras’ Mikel Carrera e Itxaso Zaldúa fueron imputados por el atentado hace cuatro años y el juicio podría celebrarse en julio del 2022
“E l sistema democrático que hoy disfrutamos no ha surgido de la nada». Estas fueron las palabras con las que Manuel Giménez Larraz, hijo mayor del político asesinado por la banda terrorista ETA hace 20 años en Zaragoza, recordó a su padre en el acto en el que el Ayuntamiento de Zaragoza descubrió una placa en memoria del que fuera presidente del PP de Aragón y que fue asesinado un 6 de mayo del 2001. En el mismo lugar en el que fue abatido aquella tarde de domingo, en la calle Cortes de Aragón.
En un acto solemne organizado por el consistorio y presidido por el alcalde, Jorge Azcón, y los dos hijos de Giménez Abad, se recordó la figura del político conservador y se volvió a dejar constancia de la importancia de no olvidar los años de terrorismo y sufrimiento para salvaguardar el sistema democrático actual. Un homenaje en el que el primer edil manifestó la necesidad de apartar a aquellos que a día de hoy siguen «blanqueando» al terrorismo y que se niegan a condenarlo, siendo «cómplices» de la barbarie de ETA y los Grapo.
Con la presencia del presidente de las Cortes de Aragón, Javier Sada; la delegada del Gobierno en Aragón, Pilar Alegría; la vicealcaldesa de Zaragoza, Sara Fernández; el secretario general del pleno del Ayuntamiento de Zaragoza y hermano de la víctima mortal, Luis Giménez Abad, los portavoces de todos los grupos municipales, representantes de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado y de las asociaciones víctimas del terrorismo, además de un gran número de personas y vecinos que quisieron acompañar a la familia,
Azcón recordó la figura y el papel que desempeñó el que fue su compañero de partido y destacó la importancia de «mantener viva la memoria de las víctimas, de los que sufrieron los crímenes terroristas». Una obligación de los demócratas, matizó.
CICATRICES POR LA DEMOCRACIA El primer edil lamentó que 20 años después del crimen de Giménez Abad sus asesinos, los etarras Mikel Carrera Sarobe e Itxaso Zaldua, sigan pendientes de juicio. «No es aceptable que siga habiendo asesinatos de ETA sin resolver», puntualizó un alcalde que defendió con insistencia el sistema democrático actual y la necesidad de expulsar de las instituciones políticas a aquellos que «sostienen un relato falso» sobre los múltiples y dolorosos atentados que se produjeron en el país, llevándose por delante más de 800 vidas y causando un sufrimiento incalculable en la sociedad.
También Manuel Giménez Larraz defendió el sistema democrático y la necesidad de no dejar en el olvido a todas las víctimas del terrorismo. Para el hijo mayor del que también fuera senador, las placas en recuerdo de los que ya no están, como la de su padre, «tienen una importancia simbólica muy importante, porque son las cicatrices de la lucha por la democracia», recalcó .
Dos décadas después, Manuel Giménez Larraz recordó junto a su hermano lo importante que fue para la familia que más de 350.000 personas salieran a las calles de la capital aragonesa para manifestarse en contra de ETA y para « gritar que no iban a dejar que su voluntad se viera sobrepasada por unos asesinos». Sucedió el día después de que ETA asesinara a Giménez Abad cuando se dirigía junto a su hijo Borja a la Romareda.