Aborda los problemas que asolan al mundo y reflexiona sobre la condición humana
o concebidas en su estudio de Zaragoza, Montreal o Fuendetodos, al tiempo que hay acciones e intervenciones desarrolladas en las calles de la capital aragonesa, la Comarca de Belchite, el mar Mediterráneo y en bosques de Italia, Canadá o Alemania. De hecho, la naturaleza juega un papel clave en muchas de las piezas (el 75% de ellas nunca han sido expuestas en Zaragoza).
El ayuntamiento ha programado visitas guiadas para el público en general. Se realizarán los domingos a las 11.00 horas y habrá que reservar previamente en la Lonja o en el teléfono 976 724 912 en horario de apertura.
La exposición, que está compuesta por unas 40 esculturas, más de 100 fotografías, unos 50 grabados, instalaciones y dos vídeos, se divide en siete estancias que simbolizan «los estados del alma» y las inquietudes del artista en las últimas tres décadas.
La primera de ellas recibe el nombre de Ausencias y recuerda una primera etapa de Calero donde incide en el afán del hombre por atrapar la esencia misma de la vida y su sentido. El artista reflexiona como escultor en torno a la materia, la forma y el vacío. Algo muy presente también en la segunda estancia, titulada
El aragonés de adopción
Vacíos del silencio y en la que se adentra en la soledad del hombre y en el silencio. En este sentido, cabe destacar que Calero también aprovecha la exposición para rendir homenaje a Pablo Gargallo, uno de los artistas que reflexionó sobre el vacío de una «forma magistral», dijo.
En la estancia número tres, la luz cobra especial relevancia como idea y culminación de una reflexión conceptual ligada a la vida. En esta sala, denominada Pulsiones de luz se recoge una obra «muy importante» que es un disparate interior de Fuendetodos. La cuarta estancia se centra en el alba, haciendo referencia al amane