El Justicia insta a dotar de mesa y ordenador a los doctorandos
La institución le sugiere a la universidad mejoras para el colectivo
El Justicia de Aragón, Ángel Dolado, emitió ayer una resolución por la que sugiere a la Universidad de Zaragoza a que, en lo posible, adopte las medidas precisas para proporcionar a su personal investigador en formación de los espacios y medios de trabajo necesarios para el desarrollo de su actividad.
En una nota de prensa, el Personal Investigador en Formación (PIF) informó de que en una reciente encuesta se constató que casi un centenar de investigadores predoctorales (personal docente e investigador contratado por la Universidad) no cuentan con los medios necesarios para desarrollar sus funciones como son elementos tan simples como una mesa, una silla y un ordenador, algo que parece básico para desempeñar una labor profesional.
Según el PIF, con su resolución El Justicia atiende sus quejas y recuerda que «las autoridades universitarias deben responsabilizarse de la situación profesional de estos empleados públicos, de acuerdo con lo que disponga la legislación aplicable».
En su resolución, Dolado, además de mencionar las obligaciones propias de la Administración cita también el propio Estatuto de los Trabajadores en cuyo articulo 4.2 se recoge la «obligación del empresario de proveer los necesarios instrumentos de trabajo para dar ocupación efectiva a sus empleados».
El colectivo que agrupa al personal universitario en formación lleva denunciando desde hace ya dos años que, en ocasiones, «deben ser los propios investigadores los que tengan que dedicar uno de sus primeros sueldos a comprarse el propio ordenador de trabajo, algo que sería impensable en cualquier otra empresa».
Precisamente los miembros de esta misma agrupación de jóvenes investigadores, en conversaciones con este diario, denunciaron hace algunas semanas las deficiencias de unos contratos que serían inimaginables en el sector privado. Entonces, una investigadora en formación asumió que ella tenía suerte «porque por lo menos tenía ordenador», un «lujo» del que no todos sus compañeros disponían. «Yo tengo suerte, mi caso es una excepción», declaraba.
El personal docente e investigación en formación lo conforman las personas que están realizando un doctorado en la universidad con un contrato de trabajo, aunque hay muchos doctorandos que no consiguen financiación y tienen que hacer su tesis compaginando su día a día con otras labores de las que obtienen ingresos. Principalmente, hay dos contratos a los que pueden acceder los doctorandos: los FPU, que paga el Estado (los dos primeros años no se cobran ni 1.000 euros al mes); y los del Gobierno de Aragón, que están mejor dotados económicamente y tienen salarios algo más altos.