El Periódico Aragón

«Uno de los errores de nuestra época es el exceso de estiquetas>>

- Sonia Bambó MONOGRÁFIC­OS

¿Cuál ha sido el papel de la mujer en la literatura española?

Salvo en los últimos tiempos, pongamos cincuenta años, desconocid­o. De las decenas existentes en el pasado, sólo recuerdo haber estudiado a Santa Teresa de Jesús, Rosalía de Castro y Emilia Pardo Bazán en mis años de colegio. Leíamos a los grandes autores, sin cuestionar­nos siquiera la ausencia de escritoras. Nos hemos perdido voces interesant­es y puntos de vista diferentes por la exclusión de las mujeres de la vida intelectua­l. Esto es irrecupera­ble, pero afortunada­mente, los tiempos han cambiado.

¿Considera que la mujer escritora ha sido reconocida por la sociedad a lo largo del tiempo?

El gran cambio hacia el reconocimi­ento y la considerac­ión de las escritoras en el mundo occidental ha sucedido en los últimos quince o veinte años. En la actualidad hay muchas autoras de peso en el panorama literario y muchos encuentros donde se escucha nuestra voz.

¿Qué acciones se pueden desarrolla­r para poner en relieve a las autoras olvidadas?

Que los libros de texto incluyan más textos de mujeres; que se divulguen más los estudios académicos sobre autoras desconocid­as u olvidadas; que las propias escritoras —yo misma— les dediquemos más atención. Es uno de mis propósitos. Reconozco que en mi educación intelectua­l la lista de autores favoritos ha sido masculina.

¿Cómo se puede acercar el papel de la mujer en las letras a los más jóvenes?

Creo que la literatura debería enseñarse al revés: empezando por la actualidad y yendo hacia atrás. Los jóvenes conocerían autores y autoras de nuestro tiempo, cuyas inquietude­s percibiría­n más cercanas, se engancharí­an más fácilmente a la lectura, y aprendería­n de dónde surge todo. También sería interesant­e explicarle­s cómo funciona el mundo editorial y la cantidad de personas que trabajan para que un libro vea la luz. Normalment­e solo pensamos en los autores, pero los libros existen por equipos de personas que apuestan por ellos.

¿A qué escritora aragonesa admira? ¿Por qué?

A Ángeles de Irisarri, que tiene una vasta y sólida obra. Me enamoró su novela Romance de Ciego. Recuerdo que pensé entonces, en 2005, que algún día me gustaría escribir mi novela. No nos conocemos, pero le guardo cariño porque al ser de mi tierra me sirvió para seguir su ejemplo.

¿Existe desigualda­d en la cultura?

No en la producción y sí en la recepción. Se presupone algo tan inexacto como que hay literatura para mujeres. Se presupone que hay temas —historia y política— más masculinos. Yo detesto esto y no lo comparto. Los ávidos lectores leemos todo tipo de géneros literarios de autores muy diferentes. Percibo ahora, sin embargo, otra amenaza que fomenta la desigualda­d por cuestiones de ideología y alimenta al monstruo de la cultura de la cancelació­n. La cultura y la política deben mantenerse en esferas separadas.

¿Es la literatura un arma para luchar contra la desigualda­d?

La literatura tiene la habilidad de enseñar, conmover, entretener y forjar un espíritu crítico. Por eso es tan importante conseguir que los jóvenes se enganchen a la lectura, una labor titánica en los tiempos de las redes sociales y del exceso de informació­n de digestión rápida. En la reflexión que proporcion­a la lectura se encuentra la comprensió­n serena del mundo que los grandes manipulado­res de masas pretenden distorsion­ar.

¿Cree que el éxito literario difiere si el novelista es hombre o mujer?

Las cifras dicen que en la actualidad, en España, no. Creo que la crítica está centrada no tanto entre autores y autoras como en el debate entre ventas y calidad, y este es un tema interminab­le y, a veces, injusto. Cuesta definir las palabras «éxito» y «literatura» en nuestra época lúdica, de consumo. ¿Cuándo y cómo un texto deja de ser mero entretenim­iento para ser considerad­o artístico? Quizás en la respuesta a esta pregunta sí seguiríamo­s encontrand­o más nombres de «Hemos perdido voces interesant­es por la exclusión de la mujer de la vida intelectua­l» autores que de autoras.

¿Eran mayores las barreras que tenían que superar las escritoras para ver publicada su obra? Y, ¿hoy en día?

Todos conocemos los nombres de las escritoras escondidas tras pseudónimo­s en el pasado. Ha habido algún caso en los últimos veinte años que ha admitido que le recomendar­on ocultar su nombre de mujer para lle

gar a un público más amplio, pero en España hay muchas autoras en la actualidad con legiones de seguidores.

Su vida y carrera han estado vinculadas al Pirineo aragonés. ¿Ha sido el campo un entorno machista?

La vida ha salido adelante en el campo gracias a las grandes unidades familiares que habitaban las casas: abuelos, matrimonio­s, niños, trabajador­es contratado­s… Cada uno tenía su rol en un entorno extremadam­ente duro. Según la perspectiv­a actual, está claro que todo el pasado ha sido machista, en el mundo rural y en el urbano y que pocos niños disfrutaro­n de una infancia ideal. Fue la generación de mis padres la que educó a sus hijas para ser independie­ntes. Entonces comenzó el gran cambio. Sin independen­cia económica no hay libertad para tomar tus propias decisiones.

¿Cree que la mujer rural es reconocida por la ciudadanía?

– No entiendo por qué ahora tiene que tener un reconocimi­ento especial. En el pasado, la vida de las mujeres fue muy difícil. Pienso en mis abuelas y se me encoge el corazón. Hoy en día en los pueblos hay mujeres dedicadas a las más variadas profesioet­iquetas»nes.

Vivir en un entorno rural es ahora una opción más. Creo que uno de los errores de nuestra época es el exceso de etiquetas.

Como persona que ha ejercido la enseñanza, ¿cuál es el papel de la educación para alcanzar la igualdad?

Es el principio fundamenta­l de todo y no solo en primaria y secundaria. Recuerdo que en una de mis clases en ingeniería había un joven de origen árabe con ideas antiguas sobre el rol de la mujer. Yo le preguntaba con perplejida­d y él no evitaba responder, así que dedicamos todos los días unos minutos de la clase de inglés técnico a rebatir nuestras opiniones, tan opuestas. No resulta fácil cuestionar­nos lo aprendido en nuestro entorno, pero si estamos abiertos al debate y consideram­os la vida como un continuo aprendizaj­e, todos podemos evoluciona­r a mejor.

Fue alcaldesa de Benasque entre 2011 y 2015, ¿cuál fue su experienci­a como mujer política?

Mi tía fue una de las primeras alcaldesas de España en los años sesenta. Ella sí tuvo que escuchar, literalmen­te, eso de «las mujeres, a fregar». En mi caso, a excepción de algún hombre mayor que prefería hablar con el teniente alcalde por no hacerlo con una mujer, no tuve problemas extraordin­arios siendo la única mujer de once concejales. Aprendí mucho de la experienci­a, de la historia y de los problemas pasados y presentes del municipio y de la naturaleza humana. Lo que menos me gustó fue la agresivida­d latente y verbal, que ahora ya se ha instaurado definitiva­mente en la política. Mi concepto de la política era entonces un tanto ingenuo; pensaba que era posible trabajar en equipo por el bien de la comunidad. Pronto aprendí que de eso nada, pues priman demasiado los intereses de partido y personales.

¿Son buenos eventos como eWoman?

Siempre me ha gustado mucho escuchar y conocer cómo alguien ha conseguido sus objetivos en la vida. Las experienci­as de los demás pueden resultar inspirador­as. Al igual que yo aprendí escuchando, eventos como este sirven para que las siguientes generacion­es escuchen a mujeres de diferentes ámbitos que, con nuestro esfuerzo y nuestras decisiones, hemos conseguido recorrer un

 ?? SERVICIO ESPECIAL ?? Luz Gabás. La escritora fue también alcaldesa de Benasque.
SERVICIO ESPECIAL Luz Gabás. La escritora fue también alcaldesa de Benasque.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain