El consistorio entra en el plan de ayudas a la hostelería con 3,6 millones
Saldrán de la deuda pendiente de la DGA
Deuda líquida, vencida y exigible no incluida en los presupuestos del 2021. De ahí sale el primer cálculo que ha hecho el Ayuntamiento de Zaragoza para adherirse al plan de rescate de la hostelería, cuyo convenio debe firmarse en los próximos días y que ayer anunció la concejala de Economía, Carmen Herrarte, que aprovechó su comparecencia informativa para sacudir al Ejecutivo de Javier Lambán «por su nula voluntad negociadora» y especificó que la fórmula de apoyo elegida es «la que nos ofreció el Gobierno de Aragón, que no es otra que con el dinero que nos debe» y que sumará al menos 3.634.694 euros, según las primeras estimaciones de los técnicos municipales.
«Es un primer cálculo muy conservador», advirtió Herrarte, que recordó que se adapta a la horquilla que el Ejecutivo autonómico previó que debía aportar el ayuntamiento al plan, que incluye ayudas directas financiadas en un 60% por la DGA, un 20% por las diputaciones provinciales y el otro 20% por los ayuntamientos. «Nos pidieron primero 4 millones y luego 3,5, todo en el mismo día», afirmó la concejala, que cerrará el convenio antes del 28 de mayo, fecha límite para firmar la adhesión.
El consistorio, que siempre ha sido muy crítico con las formas y los tiempos en que se han desarrollado estas ayudas, decide participar «porque los ciudadanos jamás deben de ser las víctimas de los desacuerdos entre las administraciones», aseguró Herrarte, que considera que para ayudar al sector de la hostelería es también «urgentísimo» regular la calidad del aire, criterio que a juicio del consistorio es el que debe regir en los establecimientos hosteleros y no el aforo, como bien se puede concluir de la opinión de cien científicos en una carta. «El aire limpio va en función de las condiciones de cada establecimiento y no tanto del aforo, lo cual no quita para respetar las distancias de seguridad y las mascarillas».
En este sentido, si se establece una medición del aire en interiores, «no hay motivo para restringir ni cerrar actividades», insistió Herrarte, que entiende que la limitación de horarios perjudica a los empresarios zaragozanos, «discriminados» frente a los de otras ciudades, donde pueden cerrar más tarde», todo debido en parte a que el Gobierno de España «ha hecho dejación de funciones» en este aspecto, ya que no tendría que haber permitido, tras la finalización del estado de alarma, «una situación en la que cada comunidad adoptara medidas diferentes».
Herrarte remarcó que van a apoyar una iniciativa «en la que se nos ha invitado a poner dinero pero que no conocemos en profundidad», ya que no se les ha comunicado cómo van a llegar las ayudas al sector, en qué plazo y con qué cuantía. Por último, insistió en «la nula voluntad negociadora» del Gobierno, algo que no encontró reproches. Bien al contrario, desde el Departamento de Hacienda se reconoció «el esfuerzo que ha hecho la concejala Herrarte por sumarse al convenio» y recordó que Aragón es una de las comunidades «que más ayudas da a la hostelería, con cerca de 8.000 negocios beneficiados» y que se ofreció esa fórmula de detraer de deudas líquidas pendientes para no tensionar la tesorería del consistorio.
De un modo similar se expresó Javier Lambán, que señaló que si Zaragoza decide sumarse al plan de ayudas a la hostelería lo celebra «porque es lo que la mayor parte de los ayuntamientos van a hacer y lo que el sector de la hostelería y el turismo esperan».