El Periódico Aragón

El Ejército se suma a la búsqueda de Karim con un dron submarino

Los pontoneros usan un robot subacuátic­o para llegar hasta las zonas más difíciles Los bomberos de la DPZ amplían el rastreo fuera de Zaragoza, hasta la presa de Pina

- $ C. GOMAR I. MARTÍN eparagon@elperiodic­o.com ZARAGOZA

El Regimiento de Pontoneros se unió ayer a la búsqueda del joven Karim, de 13 años, que el sábado pasado desapareci­ó en el Ebro mientras se bañaba en la zona que hay entre el anfiteatro de la Expo y la pasarela del voluntaria­do. Los militares desplegaro­n su equipo desde el embarcader­o de Vadorrey y recogieron un dron submarino a la altura del azud para completar la búsqueda, mientras un subacuátic­o de los Bomberos de la Diputación Provincial de Zaragoza (DPZ) ampliaba el rastreo hasta la presa de Pina. La Policía Nacional, la Local y la Unidad Verde también participan en diferentes tareas.

Las posibilida­des de que el menor haya sido arrastrado por la corriente son muchas, por lo que ayer se decidió ampliar la zona de búsqueda. El operativo, al que ya se habían sumado las unidades caninas y de drones del Cuerpo de Bomberos de Zaragoza, se completó con la Caballería de la Local y, sobre todo, la Unidad Verde, muy conocedora no solo del río sino también de los galachos y que rastrea el tramo comprendid­o entre la presa y La Cartuja, .

El Regimiento de Pontoneros instaló el centro de control en la misma entrada del azud en su margen derecha, desde donde se dirige un robot subacuátic­o escoltado que rastrea el fondo del río y accede a las zonas de mayor dificultad. El dron submarino, cuyo funcionami­ento es muy similar a los aéreos, fue sujetado por un umbilical y es controlado a través de un ordenador. El cable tiene hasta 300 metros de longitud y una cámara de dirección regulable, además de cuatro potentes focos con los que se consigue iluminar incluso zonas muy oscuras del curso fluvial.

Hasta la zona se acercó ayer también la delegada del Gobierno, Pilar Alegría, que explicó que la colaboraci­ón del Ejército fue activada «por la solicitud que nos hizo llegar la Policía Nacional». La Unidad de Pontoneros «tiene en Zaragoza instrument­os que pueden facilitar la búsqueda, un robot subacuátic­o que lleva una cámara de mayor visibilida­d para tomar imágenes de lo que se está rastreando, mucho más en una zona de especial dificultad como es el azud».

Los profesiona­les trabajaron sin descanso hasta que se fue la luz con la esperanza de hallar un milagro en la orilla, «pero la realidad muchas veces es dura y se impone. Esperemos que sea cuanto antes», dijo el concejal Alfonso Mendoza. A su lado, el jefe de servicios de Bomberos, Eduardo Sánchez, recordó que el río «cambia de un año para otro, y hay que ir palmo a palmo, marcando zonas, balizando, con equipos de seguridad y extremando las precaucion­es».

Desde el domingo por la mañana los drones han realizado más de 1.600 ortofotogr­afías que están siendo analizadas minuciosam­ente. Sin embargo, hasta el momento no ha habido noticias ni pistas del joven Karim, al que también se busca en las orillas de los caminos que colindan el Ebro.

G. V., sin embargo, relató que cuando llegó a su casa con la ropa, había un grupo de menores en su puerta, y entre ellos estaban estas dos menores, a las que conocía del barrio. «Una quiso subir a casa porque me pidieron un vaso de agua. Subí con N. E., no duró ni 3 minutos. Me dijo si me ayudaba a hacer la colada porque la tenía en la cocina», argumentó el acusado.

La menor L. E., junto con su madre, no se presentaro­n al juicio, y fue imposible localizarl­as, según el juez. La otra niña afectada, N. E., compareció detrás del biombo y explicó que el supuesto autor conocía a sus amigos y vio como cogía a su amiga de la mano para llevarla hacia su domicilio. Según la joven, minutos después vio como bajaba «asustada y temblando». Fue entonces cuando ella subió y se encontró con G. V. «Me acuerdo que me pidió que le ayudara con la ropa, me lanzó una prenda y le dije que no. Estábamos en la cocina y me empezó a besar y a morder la mejilla con la luz apagada». Los amigos llamaron a la Policía, y los agentes, después de entrevista­rse con los implicados, procediero­n a la detención del joven.

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JAIME GALINDO Una lancha con dos bomberos rastrea las orillas del Ebro, ayer por la mañana.

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