La reapertura de la N-260 entre El Run y Campo se retrasa hasta junio
La subdelegada del Gobierno cita hoy a los alcaldes y empresarios a una reunión en Graus
El Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (Mitma) anunció ayer que el corte al tráfico de la carretera N-260 entre los municipios de El Run y Campo se prolongará más de lo esperado. El desprendimiento de rocas de gran envergadura ocurrido el pasado mes de abril sobre la calzada. Desde entonces se encuentra cortado el paso y se acomete la ejecución urgente de los trabajos para despejar la vía pero la complejidad de reparar el tramo afectado ha obligado a posponer su reapertura, que en principio se iba a realizar el próximo viernes día 14, y ahora tardará un mes más. Hasta «finales de junio», se estima ahora, justo cuando Aragón ha levantado las restricciones de movilidad con las comunidades limítrofes y el buen tiempo animaba a la llegada de turistas a la zona. Mientras, las consecuencias en el día a día proseguirán para los municipios afectados.
Así lo aseguró el jefe de la Demarcación de Carrreteras del Estado en Aragón, Rafael López Guarga, quien acudió a este punto kilométrico 399 de la carretera N-260 junto a la subdelegada del Gobierno en Huesca, Silvia Salazar, el preno sidente de la comarca de La Ribagorza, Marcel Iglesias, y los alcaldes de Campo y Seira, Eusebio Echart y Daniel Larramona, además de técnicos de la obra.
El corte se mantendrá hasta que quede asegurada la estabilización del talud donde se han producido los desprendimientos y pueda garantizarse la circulación viaria en condiciones de seguridad, algo que es nada sencillo y que no saldrá barato. Pero es que las afecciones del desprendimiento son importantes y la solución nada sencilla.
La subdelegada del Gobierno en Huesca destacó que es «de agradecer que esto (el desprendimiento) haya sucedido en una época que no hubiera tránsito» y pedía «comprensión a los habitantes del valle» por la espera y las consecuencias para su día a día. De hecho, anunció que hoy, a las 12.00 horas en la sede comarcal de La Ribagorza en Graus, ha convocado a alcaldes y empresarios para explicarles la situación que ayer pudo constatar a pie de obra. Antes, ayer por la tarde, solicitó a la Delegación del Gobierno de Aragón en Huesca prorrogar las condiciones en las que ahora se presta «una atención sanitaria adecuada en este tiempo de espera».
Tras los estudios técnicos de impacto y evaluación realizados, se están efectuando ahora una serie de actuaciones previas con el objetivo de poder reabrir al tráfico la N260 por este tramo «lo antes posible y en las debidas condiciones de seguridad», remarcó López Guarga. Unas actuaciones que ahora se dirigen al saneamiento manual de los bloques inestables existentes en la zona más alta del talud, para posteriormente proceder a su reparación y estabilización mediante la ejecución de medidas de sostenimiento de la ladera, como bulones, anclajes y redes de cables de acero.
Todo ello se llevará a cabo antes de iniciar la retirada del material reposado sobre la plataforma, a fin de evitar nuevos desprendimientos en la zona durante la ejecución de estos trabajos. El jefe de la Demarcación de Carreteras expuso que se están colocando mallas metálicas de ocho centímetros de pase (no pueden traspasarla con más diámetro) para evitar la caída de más rocas, y que después de sanear la zona se creará una plataforma de trabajo para que entre la maquinaria pesada que servirá para hacer la escollera previa a dejar expedita la calzada y permitir el paso. Los vecinos dee la zona pasarán y ellos seguirán trabajando, en unos anclajes «de 18 a 25 metros de profundidad» en «el talud lateral y el frontal, que será donde emboquillar» el túnel proyectado.
Mª Carmen Lacasa, directora de la obra, también remarcó que lo ocurrido les «ha partido en dos» la zona de los trabajos, dejando materiales a uno y otro lado del desprendimiento, hacia Campo y hacia Seira, pero que ya hay «más de 100 personas trabajando» en el tramo afectado y en el del Congosto de Ventamillo.