El Periódico Aragón

«Vamos con piano y voz para hacer un concierto entre todos»

Marlango llega hoy a Zaragoza en su formato más íntimo y con ganas de interactua­r con el público

- RUBÉN LÓPEZ ZARAGOZA

«Si la gente pide canciones que nos sabemos, las tocaremos», subraya Leonor Watling

«Cuando miramos hacia atrás nos sorprende lo que hemos conseguido; somos un bicho muy raro»

Marlango vuelve a Zaragoza mostrando su lado más íntimo y cercano. Tras casi tres años sin actuar en la capital aragonesa, el dúo formado por Leonor Watling y Alejandro Pelayo ofrece hoy un concierto en la sala Mozart dentro de su gira Delicatess­en, en la que hacen un recorrido por toda su discografí­a y tocan sus ya habituales versiones. Con un formato que se adapta a la perfección a estos tiempos pandémicos (solo piano y voz), el grupo llenará de emoción el Auditorio y buscará la complicida­d de un público que incluso podría marcar el devenir del espectácul­o.

«Vamos con una idea aproximada de cómo queremos que empiece y acabe la velada, pero, si la gente está con ganas de otra cosa y nos pide canciones, si nos las sabemos las tocaremos», subraya Watling, que apunta que siempre afrontan los conciertos con la intención de «hacerlo entre todos». «Y con este formato esa sensación es aún más real», añade.

Justo cuando irrumpió la pandemia, Marlango iba a iniciar una gira para celebrar sus 15 años sobre los escenarios. Pero todo se vino abajo y decidieron recuperar un formato que ya habían probado años atrás y que se aleja de los conciertos que realizan con una banda de hasta diez músicos. «En esta época ir a tocar ya es una ilusión tremenda. Además, hacía mucho que no íbamos a Zaragoza y teníamos muchas ganas», destaca la cantante y actriz madrileña, que adelanta que en el concierto «habrá sorpresas». El dúo también aprovechar­á para presentar algunos de sus nuevos temas, como La cruda, publicada el pasado diciembre y donde el grupo vuelve a mirar al pasado.

«Estamos escribiend­o canciones nuevas y nos salen todas como muy antiguas, no sé qué nos pasa», comenta entre risas. Con todo, el dúo aún no se plantea otro disco a corto plazo, aunque han vuelto a juntarse tras un tiempo sin poder hacerlo por culpa de la pandemia. Mientras tanto, también siguen haciendo suyas canciones de otros artistas y llevándola­s a otra dimensión. «Estamos cantando y tocando versiones porque muchas veces eso nos ayuda. De repente no encuentras lo que quieres contar y hay un tema que ya existe que te abre una puerta a donde quieres llegar. Por eso hacemos versiones, son como una manera de explicarno­s hacia dónde queremos ir», explica Watling, que indica que dentro de poco publicarán otra canción propia.

LOS ORÍGENES Han pasado ya bastantes años desde que el grupo publicó su primer disco en 2004, un trabajo con el que alcanzaron el éxito y llegaron al gran público con una propuesta que se alejaba de los senderos más comerciale­s. Desde entonces, el dúo ha seguido apostando por un sonido que bebe de diferentes fuentes con influencia­s del jazz, el rock o el blues. «Cuando miramos hacia atrás y nos damos cuenta de lo que hemos conseguido nos sorprendem­os. Hemos tocado dos noches seguidas en el Palau, nos hemos ido de gira por Alemania, Japón, México, Argentina... Tenemos grandes hits que contarles a nuestros nietos, aunque también hemos tocado en sitios diminutos y salas a medias. Es tan extraño poder vivir de algo que te gusta y seguir tocando que somos como un bicho muy raro», indica.

Watling habla con conocimien­to de causa. Y más en una época como esta en la que programar un concierto es una auténtica heroicidad. «A nivel musical se están haciendo cosas muy interesant­es en España, pero la situación laboral es muy complicada porque el parón de la pandemia ha llegado a una industria muy precaria. Me preocupa porque cuando salgamos de esta y queramos hacer cosas, una parte del sector no habrá podido sobrevivir. Y mientras, el Ministerio de Cultura sigue desapareci­do», asevera la cantante, que lamenta «el silencio atronador» por parte de las administra­ciones.

Por todo ello, agradece «de corazón» a todos los programado­res, técnicos y demás profesiona­les que han seguido promoviend­o actuacione­s pese a las restriccio­nes sanitarias. «Tienen toda mi admiración porque sé cómo están las cosas. Yo porque lo puedo compaginar con mi faceta de actriz, porque si no este año...», señala Watling, que, entre otros proyectos, acaba de estrenar la serie La Templanza. «Tengo la suerte de no tener que elegir y, además, ya me he acostumbra­do a convivir con mis dos facetas», apunta.

El que tampoco ha parado pese a la pandemia es Alejandro Pelayo, que a finales del 2019 publicó su nuevo disco de piano (La memoria de la nieve) y que en el último año «se ha escrito otro álbum entero», destaca Watling. «Hemos escrito mucho cada uno por su lado, pero Marlango funciona cuando

estamos juntos», subraya la cantante. «Para componer hemos probado de todo. Que yo le mande melodías o letras o que él me mande armonías. Eso a veces deja una semilla pero lo que funciona de verdad es juntarnos. Él con el piano, yo con los cuadernos y empezar a improvisar. Al final, las canciones de nuestros discos suenan muy parecido a como nacen en un principio», añade.

CONCIERTO EN EL SONNA Esta tarde (el concierto comienza a las 20.30 horas), sus composicio­nes sonarán casi desnudas, casi igual que en el momento en el que vieron la luz. Pero no será la última vez que se podrá disfrutar del directo de Marlango en Aragón en el corto plazo, porque el próximo 18 de agosto actuarán en el Salto de Roldán en el marco del festival Sonna Huesca.

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Leonor Watling y Alejandro Pelayo (Marlango) actúan hoy a las 20.30 horas en la sala Mozart del Auditorio de Zaragoza. ((

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