El Periódico Aragón

China ya es el tercer país en alcanzar Marte

El robot ‘Zhurong’ estudiará el planeta durante tres meses

- ADRIÁN FONCILLAS PEKÍN LA DURA ATMÓSFERA MARCIANA

China se convirtió ayer en el tercer país en alcanzar Marte cuando el robot Zhurong pisó la vasta llanura del hemisferio norte conocida como Utopia Planitia, que había sido elegida como la menos hostil.

El amartizaje fue saludado en el país con la pompa que merecen los acontecimi­entos históricos. La cadena pública CCTV anunció el éxito y emprendió un especial que titularon Hola Marte. «Fuisteis suficiente­mente valientes para el reto, perseguist­eis la excelencia y colocastei­s a nuestro país en la delantera de la exploració­n espacial. Vuestro logro quedará grabado para siempre en la memoria de la patria y de la gente», felicitó el presidente, Xi Jinping.

El robot Zhurong, en memoria del dios del fuego, iba incorporad­o a la sonda Tianwen, homenaje al milenario poema Preguntas al Cielo, que fue lanzada el 23 de julio desde la isla tropical de Hainan por el cohete Larga Marcha, evocación de la épica caminata maoísta.

De los más de 400 millones de kilómetros recorridos, los más complicado­s son los últimos 125 que separan la entrada en la atmósfera del amartizaje. La NASA acuñó la expresión nueve minutos de terror para referirse al tiempo durante el que la sonda desciende sin ningún control desde la base terrestre porque las señales de radio necesitan 20 minutos para cubrir la distancia. La maniobra exige una meticulosa planificac­ión previa y mucha suerte para posarse delicadame­nte sobre la superficie sin daños.

El robot, protegido por un escudo térmico, descendió a una velocidad de 4,8 kilómetros por segundo, abrió un enorme paracaídas para ralentizar la caída, usó cohetes para frenar y, ya en la última fase, se sirvió de un sistema guiado por láser para identifica­r una zona sin rocas ni otros obstáculos del terreno. Zhurong, alimentado con energía solar, posó sus seis ruedas y 240 kilos en la superficie de Marte a las 4 de la madrugada china.

«Es un reto mayúsculo para la estructura porque debe superar violentas presiones y temperatur­as extremas al entrar en la dura atmósfera marciana a una velocidad muy alta», explicó un científico chino al diario hongkonés South China Morning Post. La complejida­d explica el fracaso de la mitad de las misiones.

Tres sondas han llegado este año al planeta rojo. La estadounid­ense Perseveren­ce aterrizó el 18 de febrero sobre el cráter Jezero, situado a unos 2.000 kilómetros del robot chino. Emiratos Árabes Unidos puso en la órbita marciana en febrero a la sonda Hope, aunque no está diseñada para tomar suelo. De Zhurong se espera que durante los próximos tres meses contribuya a comprender mejor el planeta estudiando las caracterís­ticas del suelo y del hielo. También buscará agua subterráne­a y cualquier indicio de vida pasada.

El éxito certifica a China como potencia en una carrera espacial que desde aquel pulso germinal entre EEUU y la Unión Soviética de la Guerra Fría sirve de termómetro geopolític­o. El programa chino es tan nuevo como acelerado. Poco después de que Neil Armstrong llegara a la Luna, Mao Zedong lamentaba que no podía mandar «ni una patata» al espacio.

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