Rauw Alejandro levanta pasiones en el Príncipe Felipe
El puertorriqueño emula un concierto casi convencional en Zaragoza
El artista puso al público en pie y remató su actuación repasando sus colaboraciones con Bad Gyal
Se empeñó ayer Rauw Alejandro en cumplir aquello de que las normas están para saltárselas. El cantante puertorriqueño consiguió que las casi 4.000 personas –el aforo al completo– que acudieron al Príncipe Felipe bailasen a su son. La distancia social y los asientos perdieron toda su fuerza, para desgracia de los miembros de seguridad.
El público, citado a las 21.00 horas, tuvo que aguantar hasta y media para ver al nuevo monarca mundial del reggaetón. La espera no se hizo larga: los últimos éxitos del gran género musical del momento animaron a un público ansioso de baile y fiesta.
Terminaron de desvanecerse las luces y, como respuesta, miles de linternas alumbraron el pabellón zaragozano. Todo listo para la llegada del auténtico protagonista. Rauw Alejandro eligió Dile a él para comenzar el concierto. Como compañía escogió a seis bailarines que le dejaron bastante tiempo solo sobre el escenario. También a un DJ, encargado de animar al público los pocos segundos que el ritmo decaía, y a los elementos: el fuego, que participó en varias canciones, tampoco quiso perderse la cita.
No faltó a la noche el alcalde Jorge Azcón, que desde el palco pudo observar la locura desatada por el artista puertorriqueño. Aparte de los brazos y las palmas, también volaron banderas de España, sujetadores y cachirulos que el cantante se atrevió a incorporar a alguna de sus sugerentes coreografías.
La eterna lucha entre las normas sanitarias y el puertorriqueño se decantó, a base de insistencia, por el artista. Alejandro no dejó de animar a los asistentes a convertir el concierto en una auténtica fiesta, rozando el enfado –al menos en apariencia– en más de una ocasión: «Yo no he venido a un concierto de música clásica... Quiero a toda Zaragoza de pie». Para después, en pleno júbilo grupal, lanzar un «¡Qué les chinguen!», en clara alusión a los organizadores del evento. Si sus mejores éxitos no eran suficientes para elevar la temperatura de la noche, Alejandro subió la apuesta con una colaboración estelar. Bad Gyal, que alargó su estancia en Zaragoza tras actuar el día 12 en el mismo recinto, cantó junto al puertorriqueño Zorra, una de sus colaboraciones; y Fiebre, quizá el éxito más reconocido de la barcelonesa.
Rauw Alejandro cosechó ayer una gran actuación en el pabellón zaragozano y superó cualquier límite impuesto por las circunstancias sanitarias. Su público pudo bailar, permisividad de las autoridades mediante, y el reggaetonero les regaló una noche que, seguro, tardarán mucho tiempo en olvidar. A la espera del regreso oficial de los conciertos de verdad, casi 4.000 personas ya pueden decir que vieron a Rauw Alejandro y disfrutaron «todo de él».