La ley del ‘sí es sí’ sale adelante al dar un paso atrás el PSOE
Las medidas contra la explotación sexual no formarán, finalmente, parte del texto Los socialistas presentan otra norma que castiga al proxeneta y multa al putero
El Congreso de los Diputados es el lugar más imprevisible: ayer por la mañana, la ley del sí es sí parecía herida de muerte por el enroque socialista en torno a la prostitución, pero las tornas cambiaron y el texto fue aprobado en Comisión con un amplio respaldo parlamentario del que no participaron PP y Vox.
La ley de garantía integral de la libertad sexual finalmente no abordará la persecución del proxenetismo ni de la tercería locativa (alquilar locales para la prostitución), el aspecto polémico que llegó a poner en solfa la aprobación de la norma, después de que el PSOE diera el visto bueno a una enmienda transaccional pactada por Unidas Podemos, ERC, PNV, Bildu, el Grupo Plural, la CUP y Cs. Y esto permitió salvar in extremis la legislación.
VÉRTIGO EN LA CÁMARA BAJA Por la mañana, el PSOE aseguraba que no se iba a mover de su posición abolicionista, manifestada a través de una enmienda que endurecía la redacción sobre explotación sexual. Los socios parlamentarios advirtieron que votarían que no a esta redacción. La norma peligraba.
Pero pocos minutos antes de comenzar la Comisión de Igualdad en la que se votaba el dictamen de la ley, los socialistas retiraban su enmienda y anunciaban que registrarán esas medidas hoy mismo en el Congreso como proposición de ley para conseguir abolir la prostitución.
«La ley del solo sí es sí es un compromiso de todo el Gobierno, también del PSOE. (...) Es una de las leyes más importantes de la legislatura. Contará siempre con el PSOE. Combatir la violencia contra las mujeres está en el corazón de nuestra agenda política y por eso y por responsabilidad vamos a facilitar que se apruebe este dictamen», anunció la diputada Laura Berja.
Este movimiento, junto a una enmienda transaccional para sacar de la ley la reforma del artículo 187 del Código Penal, sobre proxenetismo y tercería locativa, obró el milagro: el dictamen se aprobó con un amplísimo respaldo. La ley de garantía integral de la libertad sexual combatirá las violencias sexuales, convertirá el consentimiento en el elemento esencial para enjuiciar los delitos sexuales y acabará con la distinción entre abuso y violación.
El PSOE ha perdido su pulso para combatir la explotación sexual en la ley del solo sí es sí, pero no se da por vencido en su intento por abolir la prostitución. Por eso, hoy registrará una proposición de ley para multar a los puteros y castigar el proxenetismo y la tercería locativa como pretendía que hiciera la ley de garantía integral de la libertad sexual.
Será un texto con tres puntos: reformar el artículo 187 del Código Penal para castigar todo tipo de proxenetismo (quien favorezca, promueva o facilite la prostitución de otra persona, aun con su consentimiento); el alquiler de locales para ejercer la prostitución, –como pedían en la enmienda que ha llegado a poner en riesgo la tramitación de esta ley– y sancionar a los hombres que paguen por sexo.
Solo dos formaciones votaron en contra del dictamen de la ponencia: PP y Vox. Los populares no apoyan la definición de consentimiento, no que se hayan eliminado los dos tipos penales de abuso y violación que hoy se recogen en el Código Penal. Además, a su juicio, «la presunción de inocencia» se «tambalea» en este proyecto de ley, según explicó la portavoz del PP en esta materia, Marta González.
Al tener carácter orgánico, esta norma deberá ahora pasar por el Pleno del Congreso en donde deberá recabar la mayoría absoluta de la Cámara antes de continuar su tramitación en el Senado.
En su redacción se recoge una nueva definición de consentimiento que señala que «solo se entenderá que hay consentimiento cuando se haya manifestado libremente mediante actos que, en atención a las circunstancias del caso, expresen de manera clara la voluntad de la persona». Además, aúna los tipos penales de abuso y violación en uno solo.
Al final, solo dos formaciones votaron en contra del dictamen de la ponencia, PP y Vox