El amor prohibido de Alexandra Jiménez
Denia acoge estos días el rodaje de la nueva serie de Mediaset, sobre la relación entre una mujer y un menor, interpretado por Fernando Líndez
¿Qué puede llevar a una mujer de 42 años a entablar una relación amorosa con un joven de 15? ¿Se juzgaría esta situación de la misma manera si el adulto fuera un hombre? Son algunas de las preguntas que lanzará veladamente a la audiencia Escándalo. Relato de una obsesión, la serie de Mediaset y Alea Media (Patria, Entrevías) que estos días se está rodando en la localidad alicantina de Denia, a orillas del Mediterráneo.
Con los actores Alexandra Jiménez (Los Serrano, El inocente) y Fernando Líndez (Skam España) al frente del reparto, esta ficción que irremediablemente evoca a la célebre novela de Vladímir Nabokov Lolita, pero invirtiendo los roles de género, se sumerge en una relación prohibida (e ilegal) a través de unos personajes marcados por unos cuantos traumas que arrastran del pasado.
El inicio de la historia, de hecho, ya es una buena muestra de los demonios que arrastran los personajes. La protagonista, Inés (Jiménez), decide quitarse la vida sumergiéndose en el mar, pero el joven Hugo (Líndez) logra rescatarla. «Esa vuelta a la vida, esa segunda oportunidad, desencadena una historia de amor que se va distorsionando hasta que se transforma en una historia obsesiva y enfermiza», resume la actriz zaragozana, emocionada por interpretar a un personaje «con una personalidad tan difícil y tan frágil», muy alejado de las alocadas comedias a las que nos tenía acostumbrados, y que fue madre por cierto a finales del año pasado.
Su salvador en esta historia tampoco anda corto en dramas. «Hugo perdió a su madre al nacer y es una culpa que siempre ha llevado encima», explica Líndez, madrileño de 22 años, que antes de dedicarse a la interpretación ha triunfado como modelo a nivel internacional, trabajando en campañas con Versace, Isabel Marant, J. W. Anderson y Loewe, y en pasarelas de Milán, París, Nueva York y Londres. A ello se suma una «relación poco sana con su padre» y sus problemas en el colegio, provocados
¿Pero a qué adolescente no le gustaría enrollarse con una mujer mayor que él?», pregunta Líndez
por sus altas capacidades intelectuales, lo que le convierten en un chico con un comportamiento impulsivo y difícil de controlar.
En su empeño porque nadie se entrometa en esa relación prohibida, Inés se irá dejando llevar por sus impulsos y no dudará en tomar decisiones que afectarán irremediablemente a cuantos la rodean, sumiendo a todo su entorno en una espiral de graves acontecimientos.
«La semilla de la serie fue intentar explorar historias que siempre se han contado desde el punto de vista de los hombres. Hablar de mujeres inadecuadas en la sociedad que cometen el mismo pecado que un hombre pero a la que se las juzga de manera mucho más severa, como si siempre llevaran la letra escarlata marcada», explica Aurora Guerra (El secreto de Puente Viejo, Acacias 38), creadora de la ficción y coproductora ejecutiva junto a Arantxa Écija y Aitor Gabilondo. Este último, responsable de éxitos como El Príncipe, Patria y Vivir sin permiso, incide en que la serie va más allá «del enganche físico» de Inés y Hugo y que ahonda en cómo se devuelve la violencia sufrida a lo largo de la vida y en el automaltrato.
«Es obvio que el componente de morbo está, pero espero que al menos la polémica sirva para hablar de que las mujeres tenemos el mismo derecho que los hombres a equivocarnos», recalca Guerra, que se documentó mucho acerca del «síndrome del abandono, el síndrome de la mujer maltratada psicológicamente, los desórdenes alimenticios y las obsesiones por la maternidad» para plasmarlos en estos personajes y esta trama.
Los protagonistas, por su parte, han vivido el rodaje de las escenas tórridas con bastante naturalidad. «Pues ha sido todo mucho más cómodo de lo que pensaba», reconoce Jiménez, mientras Líndez confiesa que en un primer momento se sintió preocupado. «¿Pero a qué adolescente no le gustaría enrollarse con una mujer mayor que él?», lanza con una sonrisa pícara. También participan en la serie Víctor Duplá, Eve Ryan, Celia Freijeiro, Íñigo de la Iglesia, Antonio Gil, Carlos Serrano, Alba Gutiérrez, Raúl Peña, Marta Tomasa, Zoe Romagosa y Will Shephard, entre otros.
La historia que cuenta Escándalo. Relato de una obsesión quedará cerrada en ocho episodios, en un rodaje que espera estar acabado el el próximo 29 de julio. La filmación se ha desarrollado en entornos naturales de Madrid y de la costa de la Comunidad Valenciana, como Denia, Cullera, Castellón y Valencia. «La historia es tan perturbadora que el contrapunto luminoso del Mediterráneo le da un brillo que casa muy bien», justifica su creadora.