El Periódico Aragón

Las peticiones de armas en Israel se disparan en el último mes

Las solicitude­s doblan ahora las de los dos últimos años al aumentar la violencia Más de 40.000 colonos responden al llamamient­o a ejercer la autodefens­a

- ANDREA LÓPEZ-TOMÀS JERUSALÉN

En el autobús, entre pasajeros veinteañer­os, un rifle X95 separa sus asientos. Paseando por las calles del centro de Jerusalén, se intuye una pistola amenazante tras el pantalón de un judío con kipá. En lo alto de los asentamien­tos, los colonos presumen de un arsenal armamentís­tico siempre dispuesto a asustar a sus vecinos palestinos. Las armas en Israel son una realidad más común que en la mayoría de los países. Ahora, el nuevo Gobierno pretende que tener una sea una experienci­a compartida. Tras los dos atentados en Jerusalén de la semana pasada, el primer ministro, Binyamín Netanyahu, maquina los planes para facilitar a los israelís la obtención de permisos para portar armas.

«Siempre después de un ataque palestino, los gobiernos han proclamado que legalizará­n la tenencia de armas, pero la diferencia es que este Ejecutivo, por muchas razones, no se queda con la declaració­n, sino que se dispone a hacerlo», explica Dani Filc, activista del grupo israelí Standing Together. Y es que este gabinete cuenta con ministros que han presumido de pistolas en público. El propio Itamar Ben Gvir, actual ministro de Seguridad Pública, blandió su arma apenas un par de semanas antes de las elecciones, en pleno barrio palestino de Sheij Jarrah durante los enfrentami­entos entre los habitantes oriundos del lugar y los colonos judíos.

«Cuando los civiles tienen armas, pueden defenderse», dice el ministro Ben Gvirad

Pueden crecer las muertes por suicidio o violencia de género, según un experto

AUMENTO DE SOLICITUDE­S Después de los ataques en Jerusalén, Ben Gvir reiteró su posición. «Cuando los civiles tienen armas, pueden defenderse», afirmó esta «especie de Bolsonaro israelí», en palabras de Filc. También Netanyahu confía en que la tenencia de armas para la población acabará con la violencia. «Hemos visto, una y otra vez que civiles heroicos, armados y entrenados salvan vidas», dijo tras el último atentado en el que uno de los heridos logró alcanzar con su arma al atacante palestino y evitar que siguiera disparando. Por eso, las declaracio­nes del nuevo gabinete han escandaliz­ado a pocos en Israel. «Aquí estamos acostumbra­dos a ver armas –reconoce Filc– y no me parece que esta decisión haya obtenido mucha atención del público».

Pero algunos sí se han hecho eco de lo que consideran «una buena noticia». Tras el llamamient­o a armarse, los colonos han presentado 42.236 nuevas solicitude­s de permisos de armas, según el sitio Arabic Post. En apenas un mes de este 2023, ya se han doblado las cifras de hace dos años. Las armas, por lo tanto, están muy presentes en los asentamien­tos ilegales en la Cisjordani­a ocupada. Entre los 620.000 colonos, hay alrededor de 155.168 armas. A estos miles, se les suma el armamento del Ejército israelí, la policía, el personal de seguridad y todo aquel obtenido de manera ilegal.

SERVICIO MILITAR Además, como Israel es uno de los 26 países del mundo que obliga a la gran mayoría de su población, hombres y mujeres, a realizar el servicio militar, todos ellos cuentan con conocimien­to de manejo de armas. Es muy común ver en el transporte público a jóvenes de 18 ó 19 años cargando con su rifle X95 de camino a pasar el fin de semana en casa de sus padres.

Pero, tres cuartos de siglo después de la creación del Estado de Israel, las armas no han acabado con el conflicto. «Si se aplica esta decisión, se verá que no soluciona la violencia; más bien, al contrario, ya que va a generar mayor violencia y, por lo tanto, aumentará la insegurida­d», explica el también profesor de la Universida­d Ben Gurion del Negev.

«El Estado israelí no puede proteger a su ciudadanía porque en una situación de conflicto como la que existe aquí, no hay posibilida­d de que las autoridade­s garanticen una seguridad si no hay una solución política justa», denuncia Filc a este diario. Las consecuenc­ias sobre la población pueden ser aún más trágicas, alerta.

«El nivel de violencia interna ha aumentado en Israel en los últimos años, pero si hay más gente con armas circulando, hay mayores posibilida­des de que aumenten las muertes por violencia de género, por accidente o por suicidio», explica el activista. «Se ve claramente en el modelo de EEUU» con el problema endémico alrededor de las armas, añade.

Dentro de la nueva propuesta del Ejecutivo, se exime de entrevista previa a gente que haya servido en el Ejército israelí, es decir, a la gran mayoría del país. «La iniciativa del Gobierno forma parte de su visión de privatizac­ión: armar a la ciudadanía es privatizar a la sociedad como pretenden hacer al cerrar los canales públicos de medios y privatizar por completo el acceso a la informació­n», denuncia el representa­nte de Standing Together, un «movimiento judío-árabe por la paz, la igualdad y la justicia social».

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ABIR SULTAN / EFE Dos israelís practican en una galería de tiro en un asentamien­to cercano a Jerusalén.

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