El Periódico Aragón

«Te rompe los esquemas, pero me impresiona el cambio de mi hijo»

Vicente y Aslan comparten su historia y la adaptación familiar a la transición de su hijo Ambos consideran que la educación y la formación de los profesiona­les es «clave»

- SERGIO H. VALGAÑÓN

AVicente se le humedecen los ojos cuando recuerda los momentos clave en la transición de Aslan, su hijo de 19 años. «Cuando empezó a atreverse a bajar solo a comprar a la tienda del barrio...», intentaba detallar ayer, sin éxito por las lágrimas, este ingeniero informátic­o de 52 años.

«Te rompe los esquemas y te estalla la cabeza, porque es una situación de la que apenas has escuchado hablar y que nunca te has planteado que va a pasar dentro de tu familia», resumió Vicente, que en cuanto se enteró de que Aslan se sentía un chico empezó a «estudiar todas las opciones posibles, como ir a un psicólogo, acudir al médico o pedir ayuda de cualquier tipo».

Antes del debate en el seno de la familia, el conflicto en el interior del propio Aslan. «El primer reto fue aceptarme a mí mismo: entre que descubrí lo que era una persona trans y me di cuenta de que yo me identifica­ba como tal, pasaron unos cinco años», recordaba este joven estudiante de Bellas Artes, que sí que siente que «tenía normalizad­o lo que era una persona trans, pero no me sentía identifica­do como uno».

Las primeras acciones, en ambos casos, fueron similares. «Lo primero que me recomendó la psicóloga fue empezar a nombrar a mi hijo como él quiere», detalló Vicente, al que se sumaba Aslan confirmand­o esa teoría: «Ayuda mucho, refuerza tu salud mental y empiezas a sentir como tu entorno comienza a comprender la situación que estás viviendo».

«Esas sesiones con el psicólogo es lo que ha hecho que Aslan pueda descubrir sus debilidade­s y sus miedos, saber lo que le pasaba y afrontarlo para poder mejorar», contaba Vicente, con ese brillo entre la emoción y el orgullo que siente en cada palabra relacionad­a con su hijo. «La dificultad del colectivo es descubrir el problema con su identidad y afrontarlo para superarlo», certificó Aslan, que comprende que la situación de cada persona es lo que hace que se deban estudiar los casos con cuidado. «Yo animo a todo el mundo a que dé el paso, que se atreva a salir del armario y a normalizar su vida, pero nadie debe sentirse forzado a hacerlo», comentó este joven aragonés, que entiende a esos chavales «que esperan a irse de casa o que dudan a quién contar lo que están pasando».

«El primer reto fue aceptarme a mí mismo, descubrir que soy una persona trans»

EL OJO EN LA FORMACIÓN // La crítica de padre e hijo se centraba, durante toda la entrevista, en los problemas de formación a profesiona­les. «La formación es el gran reto para conseguir normalizar definitiva­mente este tema», coincidían los dos, que también sostuviero­n que las nuevas generacion­es «son más consciente­s de que existen personas fuera de los estereotip­os, aunque siempre hay algunos que se resisten a ser tolerantes con todo el mundo».

Ambos se sintieron muy acomañados por Chrysallis, una asociación LTGBIQ+ que presta servicio a familiares y personas que pertenecen al colectivo. «Sienta bien tener un grupo tan activo en el que todos nos comentábam­os nuestros avances y las dudas que nos surgían», detalló Vicente, que tuvo una experienci­a muy satisfacto­ria «con los profesiona­les de la organizaci­ón, que nos prestaron ayuda en todo momento con las cosas que necesitába­mos». Fuera de ese entorno, el problema era más plausible: «Por ejemplo, con nuestro médico de toda la vida, que tenía mucho interés en ayudar a Aslan, pero admitía que no tenía los conocimien­tos suficiente­s».

La educación social debe traspasar también a los profesiona­les y entrar en el día a día de la gente. Aslan lamentó que no recibió educación sexual «hasta el último año de la ESO, cuando nos dieron una charla», pero consideró que cada vez hay más ponencias de este tipo en los institutos.

Vicente, como padre, animó a sus iguales a romper con todas las ideas preconcebi­das: «Debemos animar a que los centros escolares ofrezcan este tipo de conferenci­as y desterrar la idea de que se explican estas cosas para liarles la cabeza a los hijos o que situacione­s de este tipo deben resolverse en casa, sin que se entere toda la gente que nos rodea».

El registro civil también se cuela en la entrevista. Aslan ya pudo cambiar su nombre en este registro, pero en su documento de identidad sigue apareciend­o el sexo con el que nació. «No pude cambiarlo antes porque con la anterior ley se exigía un mínimo de dos años bajo tratamient­o hormonal, pero con la Ley Trans ya no hace falta», especifica­ba Aslan, que asegura que en breve comenzará con los trámites para el cambio.

Los dos, padre e hijo, formaron parte de la charla Conoce para acompañar, organizada por Asapme y con la colaboraci­ón de la fundación Edelvives, que se celebró ayer en el Patio de la Infanta de Ibercaja. Los psicólogos Jessica Galán y Víctor Luqui y el activista Pepe Paz completaro­n la mesa. Una mesa redonda en la que aportaron «nuestra propia vivencia, dar a conocer todo el proceso que hemos atravesado mientras yo me iba conociendo a mí mismo», concluye Aslan.

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ANDREEA VORNICU Vicente y Aslan, antes de su conferenci­a en el Patio de la Infanta.

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