El Periódico Aragón

El clan Giménez tanteó hasta a tres caspolinos para el ataque del ácido

La Guardia Civil destaca que los seis acusados se repartiero­n los papeles Las psiquiatra­s forenses destacan los graves daños psicológic­os de Kamal

- L. M. G.

Uun pago de 500 euros en efectivo y otros 500 euros en cocaína a cambio de quemar vivo con ácido a Kamal como venganza contra el hermano mayor de este joven de Caspe tras abandonar a su esposa Sara Giménez. Una vil oferta de trabajo que en la primera jornada del juicio pudo ser escuchada en la voz de uno de los testigos, pero que no fue el único, según los investigad­ores del Grupo de Personas de la Guardia Civil de Zaragoza, quienes señalaron que antes de que contratara­n Aitor Gordillo Grimal tantearon a otros tres jóvenes. Estos así se les confesaron.

Para los investigad­ores no hay ninguna duda que los seis acusados ocupan el banquillo de la Audiencia Provincial de Zaragoza por haberse repartido los papeles. Destacaron que la ideóloga fue Sara por el despecho que sufría, pero que José Giménez Clavería, alias El Recortao, jugó un papel importante pues era el que conocía al sicario Aitor Gordillo Grimal del paso de ambos por la cárcel y le llevó a Caspe. De hecho, los agentes afirmaron que ambos fueron los que pergeñaron un plan que tenía que salir sí o sí porque no pararon hasta que recibieron un sí en la cuarta propuesta.

Es más, el instructor de las diligencia­s señaló, a las preguntas de la fiscal que pide 53 años de cárcel, que de los pinchazos telefónico­s realizados y de los terminales se concluye que el hombre que acabó llevando a cabo el ataque con ácido sulfúrico solo quería hablar de determinad­os temas con El Recortao, defendido por el abogado Mariano Bonías, no con Sara Giménez Clavería.

«Aitor estaba herido tras el ataque y les llamó diciendo: ‘venid a por mí, mandadme al chófer’», destacó uno de los agentes del instituto armado en referencia a que el clan se desplazaba en coche con dos conductore­s, que también se sientan en el banquillo Raúl C. G. e Iván M. F. Unos viajes que, en este caso, Raúl C. G., admitió haber hecho hasta dos.

Las conversaci­ones telefónica­s, las confesione­s de los candidatos a sicario, que el farmacéuti­co del pueblo reconocier­a que El Recortao

fue a comprar una crema para paliar quemaduras o el análisis de las cámaras de seguridad solo vinieron a confirmar, según la Guardia Civil, la sospecha que desde el primer momento la familia de Kamal les dijo tras el ataque. Todo era una venganza por amor y honor, después de que uno de los hermanos del joven se fuera a Alemania y no quisiera saber nada de Sara Giménez, defendida por el penalista José Luis Melguizo.

Muestra de ello es que llegaron a realizar un viaje hasta la localidad alemana en la que trabajaba este joven para pedirle explicacio­nes y para amenazarle­s con que algo les pasaría. Finalmente lo cumplieron.

Además de los guardias civiles, por la sala de vistas también pasó un vecino de la calle de Caspe donde el clan Giménez tiene una casa y que el martes fue puesta como excusa la reforma de la misma para contratar a Aitor Gordillo Grimal. Este hombre aseguró que estaba precintada por la Policía Local y que nadie entró a la misma ni empezó trabajo alguno.

Otro de los aspectos que se trataron durante la segunda sesión del juicio ante los magistrado­s de la Sección Sexta del tribunal provincial fue la responsabi­lidad civil de 545.000 euros que los encausados deben abonar a la víctima en concepto de indemnizac­ión. A los informes médicos que destacan que Kamal, de 17 años en aquel año 2019 en el que ocurrió todo, estuvo 63 días hospitaliz­ado en los que lucho entre la vida y la muerte y en los que le sometieron a varias operacione­s, se unieron los psicológic­os. La psiquiatra forense Cristina Andreu, quien señaló que Kamal sufrió una depresión severa tras una crisis de identidad «porque no se reconocía en el espejo», el aislamient­o que se impuso y porque dejó de hacer lo que hacía para convertirs­e en otra persona. «Dejó a su novia, los estudios, el gimnasio... y todo iba hacia la posibilida­d del suicidio», destacó.

Este jueves terminará el juicio con los informes de las partes y la posibilida­d de que el presunto sicario rompa su silencio y declare.

=

y otros 500 en cocaína, el precio por la agresión

 ?? JAIME GALINDO ?? Sara Giménez Clavería y el conocido como El Recortao, junto al supuesto sicario con las manos en la cabeza.
JAIME GALINDO Sara Giménez Clavería y el conocido como El Recortao, junto al supuesto sicario con las manos en la cabeza.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain