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J. C. Garza
– ¿Qué es un sueño lúcido?
– Es aquel en el que te das cuenta de que estás soñando y eso te permite interactuar de forma activa con el sueño. En un sueño común, te dejas llevar por el argumento del sueño; en el lúcido, al tener consciencia de que todo el entorno es creación de tu mente puedes tener decisiones voluntarias y, en parte, dirigirlo. No todo, pues siempre hay una parte que dirige el subconsciente.
¿Qué aporta el sueño lúcido al que lo tiene?
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– Muchos beneficios. La gente que se interesa por ellos suele ser para vivir experiencias que en vigilia no podemos vivir, como volar, viajar a lugares imposibles como la Luna o encontrarse con fallecidos. Cualquier cosa que te puedas imaginar despierto la puedes experimentar en un sueño lúcido con un grado de inmersión igual o mayor que en vigilia. Un sueño lúcido es una de las experiencias más increíbles que se pueden tener y ayuda a vivir una vida más plena.
Según apunta en su libro, el sueño lúcido se puede provocar con una serie de técnicas de aprendizaje. ¿Con qué objetivos?
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–Sí, se puede inducir con un entrenamiento de base cuando estás despierto. Los sueños lúcidos se usan fundamentalmente como algo lúdico, pero desde un tiempo a esta parte también como herramienta terapéutica en un marco más grande. Lo comparo con la hipnosis terapéutica, en la que la persona entra en un estado de conciencia muy enfocado al mundo interno pero no se deja de percibir el mundo externo y eso favorece el trabajo terapéutico con la memoria y los recuerdos. El sueño lúcido sería un paso más, te permite acceder a esas memorias con un nivel de realidad mucho mayor. Digamos que establece un puente entre la vigilia y el sueño.
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¿En qué casos se emplea?
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– Por ejemplo en el trabajo con pesadillas, pues el miedo activa el nivel neurológico y eso puede provocar la lucidez. También se emplea en un ámbito más espiritual para descubrir quién soy más allá de quién sueño que soy. Es una herramienta de autoconocimiento
Usted es funcionario de prisiones, ¿lo usa con los presos?
– Sí, con los presos tenemos un programa de mindfulness para la prevención de recaídas, que no deja de ser un tratamiento de la atención y hay una parte en la que trabajamos los sueños.
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Estamos hablando de ciencia.
Miguel
– Sí, hasta 1975 el sueño lúcido pertenecía al ámbito del esoterismo y el misticismo. Ese año, el doctor Keith Hearne comprobó en un laboratorio que una persona podía realizar movimientos oculares que previamente habían acordado cuando estaba soñando. En realidad, desde Aristóteles, casi todas las religiones y filosofías han trabajado este tema con distintos nombres. Antes con una perspectiva espiritual y ahora la ciencia cada vez lo acepta más.
¿Por qué son tan necesarios los sueños?
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– De una manera oficial te diría que son necesarios porque nos ayudan a consolidar la memoria y el aprendizaje. También son un campo de entrenamiento para cosas que van a suceder en vigilia y limpian la información.
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Psicólogo y Máster de Mindfulness. Acaba de publicar el libro ‘Soñar lúcido’. Además es funcionario de prisiones y desempeña su labor en una comunidad terapéutica de reclusos con problemas de adicciones, donde incorpora los sueños lúcidos como recurso de tratamiento.