Más de 1.500 personas claman por otro modelo de renovables
Están en contra de los macroproyectos eólicos porque llaman a la especulación Piden autoconsumo, comunidades energéticas y contar con el territorio
Renovables sí pero no así o Aragón no se vende. Estos fueron los lemas más repetidos ayer en la manifestación celebrada por el centro de Zaragoza. Pero no fueron los únicos, ya que también se coreó Lo llamamos sostenible y no lo es, Es especulación y lo sabéis o No queremos placas donde las patatas, no queremos molinos donde los vecinos.
Más de 1.500 personas, convocadas por la Plataforma 13 de marzo, recorrieron el trayecto que va desde la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) hasta plaza España para denunciar la «falsa transición ecológica» que se está implantando en Aragón y mostrar su postura en contra de los macroproyectos eólicos y fotovoltaicos en la comunidad. Llegaron a Zaragoza desde Teruel y su provincia, de Movera, Ribera Alta, Monegros, Cinco Villas, Moncayo, La Fueva, Ribagorza o Sabiñánigo, y estuvieron arropados por representantes de IU, CHA, Podemos y Teruel Existe.
La primera manifestación contra el aluvión de proyectos fotovoltaicos y eólicos tuvo lugar hace un año pero la situación ahora es mucho peor porque, según reconoció Jesús Oquendo, portavoz de la plataforma, «muchos han pasado la declaración de impacto ambiental y hay un 30% nuevos». Por eso están de nuevo en la calle, para decir que sí, que es necesario que «Aragón dé el cambio hacia las renovables pero no con este modelo de macroproyectos, de especulación». Reclaman que sea «de forma distribuida, con autoconsumo, comunidades energéticas y espacios degradados», evitando así dejar el sector en «manos de cinco o seis grandes empresas» que provoca que «nos mareen con precios, condiciones», etc.
Todas las propuestas provocan afecciones: a la biodiversidad porque «los molinos son auténticos trituradores de aves», a las actividades tradicionales y a los pastos ganaderos; «la agricultura quedará reducida y la gente tendrá que emigrar y también perjudicará al turismo de naturaleza que se ha promovido».
Para luchar contra esto y promover una transición justa, Oquendo contó que habría que ha
La huerta de Movera también estuvo representada.
ber empezado ordenando el territorio, colocando pequeñas instalaciones porque «no es normal» construir proyectos en Cinco Villas o Teruel que van a evacuar la energía en Cataluña. La solución implicaría distribuir la producción, «autogenerarnos en pequeñas plantas que producirían para ellos». La pla
nificación es la palabra clave también para Marta Fernández, portavoz de la Plataforma ciudadana de afectados por los parques fotovoltaicos de la huerta de Movera. En la zona afectará a 50 hectáreas actuales de regadío tradicional, un territorio que alimenta a Zaragoza. «Quieren llenar de placas solares el patrimonio hidráulico» ya que se romperán acequias. Están a favor de las energía renovables pero no de la forma que se está haciendo porque «afecta al modo de vida y a la cultura tradicional» de los vecinos. La planificación debe ser «ordenada, sostenible y verde, teniendo en cuenta la riqueza de cada territorio», explicó.
Uno de los grupos más numerosos fue el llegado desde La Fueva. El colectivo pide «sentido común», que los parques eólicos se instalen «donde se consume la energía», aseguró su portavoz, Teresa Bardají, que como el resto, reconoce que están a favor de las renovables «pero no así», ya que no generan empleo y además hace que «la gente se vaya de los pueblos». Y es que «se habla mucho de reto demográfico y despoblación pero con estos proyectos se está animando a la gente a que vuelva a las ciudades», insistió, antes de reclamar que se cuente con ellos en la toma de decisiones. Aragón quiere ser la Galia, el lugar que resiste para conseguir una «transición justa y verde».
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