Azón y un doble de Azón con jerarquía para subir
que falló estrepitosamente en los contragolpes de última hora. Esa progresión se refrendó posteriormente en casa contra el Granada y este fin de semana frente al Racing, que salió goleado después de jugar con diez 70 minutos.
La presencia de Iván Azón cambia al Real Zaragoza, no solo por su aportación individual sino por el efecto contagio y dominó que produce en el resto. Lo explicó muy bien Escribá: Azón mejora a sus compañeros. Su presencia arriba junto a es diabólica por una combinación de factores: por la suma de energía juvenil, por su complementariedad,
Giuliano
por el vigor físico y la presión defensiva que ejercen, por su capacidad para chocar, por la repetición de esfuerzos, por la habilidad para correr a los espacios y la velocidad para ganarlos, por el peligro que producen juntos y porque el gol está así más cerca. La reunión de esa dupla, unida al magnífico estado de forma de Bermejo y a la presencia de Bebé, que acelera el fútbol por la izquierda, han contribuido a elevar al Real Zaragoza a otro escalón superior al que había ocupado hasta ahora. Arriba por fin hay frescura.
Azón se ha perdido 23 jornadas y ha participado solo en 13. Ha
yendo y viniendo, entrando y saliendo, cayendo y levantándose toda la temporada. No ha jugado con continuidad en ningún momento. Su ausencia ha sido demoledora para el Real Zaragoza, por sus propios efectos y porque quien debería haber cubierto ese hueco, no lo ha hecho y el precipicio se ha hecho profundísimo.
El club tenía en verano dos grandes activos jóvenes en ataque, Azón y Giuliano, y un tercero complementario, El error en la contratación de Gueye y la concentración de lesiones disminuyeron el potencial ofensivo de manera sensible, tanto que las dificultades para marcar han sido terribles todo el año. La lección para lo que venga es palmaria: un fallo tan acusado como el de Gueye, junto a un cierto infortunio, echa al traste una temporada. Este próximo verano, el Zaragoza tendrá que mejorar su acierto obligatoriamente cuando acometa un fichaje de referencia para el ataque y, además, protegerse. Para que si el plan A falla por imponderables, haya algo verdaderamente solvente detrás, más allá del vacío atronador de esta campaña.
=