El emérito anima al Madrid y pone rumbo a Sanxenxo
El ‘show’ mediático puede volver a repetirse en el nuevo viaje a España
Juan Carlos I estuvo anoche en el legendario estadio de Stamford Bridge animando al Real Madrid en su partido de vuelta de los cuartos de final contra el Chelsea, antes de poner rumbo, hoy, hasta el aeropuerto de Vigo. Le esperan en Sanxenxo con los brazos abiertos.
El emérito, de 85 años, se dejó ver en Londres. Estuvo el jueves por la noche cenando con un grupo de amigos en el club privado Oswald, en el barrio de Mayfair, «uno de los refugios más exclusivos de la capital para altos miembros del Gobierno, donantes adinerados, miembros de la familia real y estrellas del mundo del espectáculo que buscan festejar en privado», según lo describe The Times. El Daily Mail publicó fotos ayer de Juan Carlos I a su salida del local. Finalmente no almorzó con Carlos III, un encuentro que él, la semana pasada, comentó que se produciría a sus amigos, convertidos en portavoces improvisados estos últimos años en los que la Zarzuela no quiere informar de las actividades del exjefe de Estado.
Fuentes de Buckingham, sin embargo, no confirmaron en ningún momento esa cita, tampoco ayer.
Esta mañana, el emérito cogerá de nuevo el avión privado que le presta la familia real emiratí y viajará a Vigo. Será su segunda visita a España desde que se exilió a Abu Dabi (Emiratos Árabes Unidos) en agosto de 2020 para intentar mitigar el impacto en su hijo, Felipe VI, de las informaciones que se conocieron sobre su fortuna oculta. La Fiscalía del Tribunal Supremo archivó las investigaciones porque los delitos o habían prescrito o no podían ser perseguidos por ser Juan Carlos I inviolable (según marca la Constitución) en su etapa como jefe de Estado, hasta 2014.
La primera visita a Sanxenxo, en mayo del año pasado, dejó un gusto amargo en el actual Rey. Durante unos días su padre fue el centro de los medios de comunicación y ya ha quedado como imagen más potente de aquellos días el momento en el que una periodista le preguntó si daría explicaciones de sus negocios privados y él respondió: «¿Explicaciones de qué?» mientras soltaba una carcajada.
El año pasado, después de su estancia gallega estuvo unas horas en el palacio de la Zarzuela, donde almorzó con su familia, con la reina Sofía con mascarilla guardando la distancia social porque había dado positivo por covid pocos días antes.
Felipe VI no quiso que trascendiera ninguna imagen de aquel encuentro, el primero entre padre e hijo desde agosto de 2020. Después se les ha visto a ambos juntos en algunas ceremonias en el extranjero, como en el funeral de Isabel II, en septiembre en Londres; y en el mismo tipo de ceremonia, en enero, en Atenas (Grecia) por la muerte del rey Constantino, hermano de Sofía.
HASTA EL DOMINGO En esta nueva / visita a las Rías Bajas el show mediático puede repetirse. La Casa del Rey ha hecho saber esta vez, además, que no estaba al tanto del desplazamiento a España, una manera de mostrar su malestar con el viaje. Según el club náutico, el emérito se entrenará con la tripulación del Bribón para revalidar el título de campeones del mundo por el que tendrán que pelear el próximo mes de septiembre en la isla de Wight (Reino Unido). Tiene previsto volver a Emiratos el domingo, pero esta vez sin pasar por Madrid. Se desconoce aún dónde se alojará, si lo hará en la casa de su amigo íntimo y patrón del Bribón, Pedro Campos, o si optará por una casa rural ubicada en Dorrón en la que ya realizó otras estancias.
La visita sigue dividiendo. Para el alcalde de la localidad, Telmo Martín, «desde el punto de vista de la promoción turística es una buena noticia». «Todos los sucesos que rodean la figura del emérito no hacen más que corroborar que la monarquía española es una institución corrupta e injusta que no tiene cabida en este país», aseguró la secretaria general de Galiza Nova, Marta Gómez.
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Juan Carlos I no tiene planes de pasar por la Zarzuela en esta ocasión, lo que sí hizo el año pasado