A través del intercambio
De cartas se crean vínculos afectivos sólidos entre personas acompañadas en período de convalecencia y jóvenes del Club de lectura Hijos de Ároman
En noviembre de 2021, los miembros del Club de lectura juvenil Hijos de Ároman organizado por la Fundación CAI decidieron donar todos los beneficios obtenidos por la venta de su obra Serendipia a un proyecto solidario. La iniciativa seleccionada fue Las Casitas, servicio que dinamizan las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl de la localidad de Zaragoza.
Recibidos por la hermana Susana, representantes del club y de la Fundación CAI pudieron visitar en persona Las Casitas y conocer de primera mano la iniciativa que las Hijas de la Caridad gestionan y coordinan en pro de las personas vulnerables y sin techo de la ciudad de Zaragoza, un proyecto social para que las personas sin hogar convalecientes una enfermedad, operación o tratamiento puedan recuperarse en un entorno tranquilo y acogedor. Sin duda, una experiencia enriquecedora para todos los participantes, donde se fraguó un vínculo invisible, pero sólido, entre los dos colectivos. Al poco tiempo, se propuso a los jóvenes del club la posibilidad de escribir cartas entre ellos mediante el proyecto denominado Palomas mensajeras. Todos los miembros se prestaron voluntarios y quisieron participar en el intercambio de cartas sin dudarlo, misivas cargadas de entusiasmo, juventud y alegría.
Después de un año de diálogo epistolar se han creado vínculos entrañables. Según las Hijas de la Caridad, cada reparto de cartas conlleva una dosis de alegría. Los residentes esperan los sobres con entusiasmo durante su convalecencia. La actividad les estimula cognitivamente, ayudándoles a expresar sus emociones y preocupaciones, además de paliar el sentimiento de soledad que sufren algunas personas, al carecer de una red familiar. En concreto, para E. A. B., persona acompañada de Las Casitas, el intercambio de cartas le ha resultado una experiencia muy buena, cada vez que recibía una carta le alegraba el día, ha manifestado que repetiría la experiencia, puesto que le ha resultado muy enriquecedora. En el caso de una joven miembro del club, el proyecto le ha resultado muy ilusionante, conocer la historia de otras personas, procurar que se distraigan de su rutina diaria, compartir sus pasiones, pero, sobre todo, aprender sobre la vida con las historias que le han contado las personas acompañadas.
‘Las Casitas’, un espacio óptimo y cercano para la convalecencia y recuperación de las personas acompañadas.
No descartan trasladar este servicio a otros centros de la Obra Social San Vicente de Paúl.
Las palomas mensajeras son adiestradas para llevar pequeños objetos desde y hacia lugares no muy lejanos, a cambio, reciben una recompensa o un gesto de cariño al llegar a su lugar de destino.